
De copa en boca: De Sol a Sol rancio airén 2015
Julián Ruiz Villanueva, alma pater de Esencia Rural.
Julián Ruiz Villanueva, cabeza visible del proyecto Esencia Rural en Quero (Toledo), al que no tengo el gusto de conocer personalemente, pero con el que he tenido la oportunidad de charlar por teléfono -y porque las horas no eran muy apropiadas, si no habríamos estado charlando «sine die»-, trasmite pasión en lo que hace y eso también se refleja en su vino.
Buscador incansable de un patrimonio vinícola abandonado, yendo tras barricas o tinajas que hoy en día serían difíciles de reproducir, y manteniendo su objetivo inicial de elaborar su vinos de la forma más natural posible evitando la no intervención de agentes artificiales externos ni en el campo ni en la bodega bajo criterios biodinámicos.
De Sol a Sol, un vino fuera de rango de Julián Ruiz.
Para aquellos a los que nos gusta el jazz, cuando empezó a entrarnos el gusanillo, ante una pieza musical sólo podíamos indicar que nos gustaba o no. Con algo más de tiempo, aprendizaje, audición y lectura, puedes llegar a indicar que su equilibrio, su swing, su ritmo o su cadencia hace que sea adictiva.
En el mundo del vino viene a suceder lo mismo, empiezas emitiendo tu juicio de valor en base a tu gusto (me gusta o no) y con el paso del tiempo, el conocimiento y la experiencia adquiridas, lo fundamentas sobre bases más sólidas (ya se sabe que la experiencia es la base de la ciencia, casi siempre)
Al catar este De Sol a Sol Rancio 2015 me enfrenté con un vino totalmente distinto a lo que había probado hasta ahora, lo que hace que tu «disco duro» empiece a buscar referencias, semejanzas, características que hagan posible su posicionamiento en tu tabla de valores, pero no es el caso, ya que se sale de rango, porque es distinto.
No busquemos influencias de suelo o de casta, porque el vino queda definido por la maceración y por microoxigenación en tinajas con una clara influencia de las elaboraciones existentes en sistema de georgiano, denominado qvevri, pero con la firma personal de Julián.
Cuando te acercas a un vino elaborado sin corrección de acidez, estabilizado en tinajas de 3.200 l. durante 15 o 20 días, con maceraciones tan largas de 14 a 15 meses en depósitos de inox y con una crianza en barricas de 700 l. y 550 l. orientadas al N para conseguir una mejor estabilización y llenadas en unos 2/4 para provocar la aparición de velo, me encuentro sin parámetros con los que comparar, pero con un excelente vino por disfrutar, aunque sea distinto.
De Sol a Sol Rancio Airén 2015
Nada mejor que sea Julián Ruiz, el padre de la criatura, el que nos comente la elaboración de este vino proveniente de viñas centenarias prefiloxéricas:
La elaboración en bodega sigue los preceptos de la asociación de vinos naturales de España, es decir, no se corrige el vino con ninguna sustancia externa al propio vino, nada de sulfuroso, nada de ácidos, nada…
Se recolecta la uva en cajas de 14 kg ,se despalilla y se macera la pasta durante 241 dias en depósitos de inox a temperatura ambiente. Durante esta maceración se desarrolla el proceso de las fermentaciones alcohólica y maloláctica, después se pasa por prensa neumática y realizamos una crianza biológica-oxidativa durante dos años con varios velos en depósito de inox y barro (Tinaja). Se termina la crianza en barricas de crianzas biológicas antiguas, hasta su preparación de embotellado, que en este vino a sido nula, no se ha clarificado, no se ha filtrado y no lleva ningún tipo de conservante en el embotellado.
Se embotellaron 2.270 botellas en abril de 2019
Y para que tengan toda la información sobre este verdadero descubrimiento, por mi parte, les dejo la información técnica:
El análisis del laboratorio en el momento del embotellado daba los siguientes parámetros:
Grado Alcohólico: 14.20º medido a 20º de temperatura
Sulfuroso Libre: no detectable 0 mgr/litro de sulfuroso
Sulfuroso Total: no detectable 6 mgr/litro de sulfuroso
PH: 3,86
Acidez Total: 3,90 expresado en gr/litro de ácido tartárico
Azúcar: 2,2 gr/litro
Cata:
En vista presenta un color anaranjado apagado y con cierta turbidez. Llamativo en todo caso.
Su fuerte está en las sensaciones olfativas. Inicialmente presenta una alta volátil que te descoloca, pero que da pie a sensaciones tropicales, notas de oxidación acompañadas de toques licororos (¡cuidado con la temperatura de servicio), recuerdos terrosos y ajerezados. Cuanto menos sorprendente.
En boca muestra buena acidez y recorrido con una retronasal en la que vuelven a desplegarse un abanico de aromas ya descritos en la fase olfativa a la que se añaden aportes de mandarina y toffe de café con leche.
Me ha gustado. Me ha parecido un vino distinto, que te descoloca, que te aleja de lo concebido y te hace reflexionar, pero muy disfrutable.
Tal y como iniciaba este post creo que a este vino le iría un perfecto «maridaje» si lo escuchamos con el tema de Ahmal Jamal Music! Music! Music! -lo pueden sustitur por Vino! Vino! Vino!- de su actuación en el Pershing Lounge en 1958 acompañado por Israel Crosby en el bajo y de Vernell Forunier en la batería.
Espero que al menos con este post les haya entrado el gusanillo de descurbrir la existencia de vinos elaborados bajo velo de flor fuera del Marco y de Montilla-Moriles. Éste es el segundo post en ese sentido y le seguirán más -¡sí llámenme friki!-. Si tienen noticias de la existencia de vinos de este tipo, comentenlo, ya saben que están en su blog.
¡Salud y buen vino!
Fotografías: Principal (Cuvee3000), Viñas de airén en Quero (Eugenio Sáez) y autor.
Comentarios del personal