La verdad es que siempre que tengo que resumir una cata de vinos de Borgoña pienso que no trasmito todas las sensaciones que se desarrollan a lo largo de la misma, tanto por parte de los vinos como de los comentarios que suscitan, algunos de ellos viscerales a favor o en contra, y ha que reconocer que eso le da vidilla a la reunión.

Hace unas semanas tuvimos el placer de reunirnos en torno a seis vinos en una cata dirigida por Iñaki Gómez Legorburu y que fueron servidos en base a su denominación: genérico, village, 1er Cru y Grand Cru. 4 de ellos de Pierre Bourée: Bourgogne 2009, Gevrey-Chambertin Clos de la Justice 2008, Beaune 1er Cru Epenottes 2008, Gevrey-Chambertin 1er Cru Champeaux 2008 y Charmes-Chambertin Grand Cru 2008. De Domaine Jacques-Frederic Mugnier Nuits St. George Clos des Fourches 2004 y de Domaine Joblot Givry Clos de la Servoisine 2002 1er Cru.

Como tampoco es plan de soltaros toda la información relativa a las bodegas os pongo los enlaces al importador de Bourée en España, y así salibáis con todo lo que importa nuestro amigo Iñaki y a la web de Jacques-Frederic Mugnier. De Joblot, comentar que su Domaine de 14 hectáreas se encuentra en el corazón de la Côte Chalonnaise siendo uno de los premier crus de Givry, comarca conocida por poseer los mejores terroirs en los que se consigue, gracias a una producción rigurosamente controlada y a su orientación, una excelente maduración de las uvas. Todos los vinos de Joblot envejecen en barrica, frecuentemente de madera nueva.

Y después de esta escueta introducción debemos de pasar a descubrir qué nos aportaron los siete vinos elaborados con la uva tinta reina de la Borgoña, la pinot noir.

1.- Bourgogne 2009. Crianza en barrica durante 18 meses y elaborada la maloláctica con el raspón.

Cata: Muestra un color rubí de capa baja con notas rosáceas (petalos) en el menisco. Lágrima fina y viva. En nariz furta roja muy sutil. Apuntes terrosos y florales. Ligeros mentolados y notas de caramelo tostado. Limpio. En boca muestra una entrada rúsica y secante, buena acidez, de corto recorrido, pero agradable.

2.- Nuits St. Geroge Clos des Fourches 2004. Frederic Mugnier.

Cata: En vista muestra notas atejadas, de capa baja. Lágrima fina y lenta. En nariz notas de reducción que van desapareciendo y dando lugar a tostados, fruta madura, cuero, tabaco, hoja de te y rosa secas, y mentolados. En boca muestra buena acidez y ligero amargor final, con cuerpo y terciarios marcados.

3.- Gevrey-Chambertin Clos de la Justice 2008. Maceración con raspón y una crianza de 20 meses en barrica.

Cata: De color rubí y capa baja, casi piel de cebolla. En nariz fruta roja, sutil y elegante, notas de higos y apuntes terciarios y balsámicos. En boca excelente acidez, sedoso, con muy buena estructura, envolvente y con volumen. Un vino realmente elegante.

4.- Givry Clos de la Servoisine 2002 1er Cru. Domaine Joblot.

Cata: Muestra un color rubí con menisco atejado y lágrima fina. En nariz notas de reducción, cueros, apuntes de carne cruda, mentolados y hojarasca, frutas en licor y café. En boca muestra buena acidez y ataque.

5.- Beaune 1er Cru Epenottes 2008.

Cata: Rubí de capa media baja. Fruta roja, notas licorosas, tabaco y violetas. En boca excelente acidez aunque tal vez se muestra un poco secante.

6.- Gevrey-Chambertin 1er Cru Champeaux 2008.

Cata: Al igual que sus hermanos repite el mismo color rubí de capa baja y lágrima fina. En nariz frutas rojas, apuntes terrosos, calizos, flores secas y tabaco. En boca mantiene la constante de sus hermanos con una excelente acidez, mostrándose complejo, sutil, sedoso y elegante.

7.- Charmes-Chambertin Grand Cru 2008.

Esperando al top -por lo de Gran Cru- con ansia que no defrauda en absoluto.

Cata: Mantiene las constantes de color rubí, capa baja y menisco atejado. En nariz fruta roja, notas minerales, terciarios y tabaco. Complejo. En boca buena acidez, sedoso, elegante y largo. No defrauda y vale lo que piden. Un vino para disfrutar ahora y en muchos años.

Cata en la que sobre todo, aparte de disfrutar, aprendimos y mucho sobre estos vinos que cada día nos enamoran más. A destacar cierta decepción con el Clos des Fourches ’04 tal vez demasiado evolucionado para su añada, el más que correcto Clos de la Servoisine ’02 de Joblot y los realmente espléndidos Clos de la Justice ’08, Champeaux ’08  y por supuesto el Charmes-Chambertin Grand Cru ’08.

Y como no sólo de borgoñas vive uno, pues Carlos Rodríguez, el jefe de cocina del restaurante El Candil nos obsequió con unos platos de cocina en miniatura de entre los que resaltar este «rabo de toro sobre patata confitada y crema de calabaza», que quitaba «el sentío».

La próxima cata será sólo para «dementes», y hasta ahí puedo leer.

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