Como es tradición -y en esta casa las tradiciones gastronómicas se siguen manteniendo- el día de todos los santos terminamos la comida con los tradicionales buñuelos a los que añadí unas floretas -hechas con harina, huevo, anís y azucar- que mi hija no había probado nunca -y todo hay que decirlo- también nos apetecían a los mayores.
Para acompañar nos tomamos una copa del Moscatel Toneles de Bodegas Valdespino. Obra maestra dónde las haya: denso, casi zaíno, con ese lágrima ambarina. Nariz explosiva con notas que van desde cáscara de naranja, chocolate, dátil, hasta canela, café. Y un paso de boca inolvidable: se mastica, con una acidez impensable y largo, largo, largo. Una retronsal en el que vuelven las notas marcadas en nariz.
El placer fue increschendo hasta lograr el éxtasis con el Toneles. Realmente «di-vino».
El placer fue increschendo hasta lograr el éxtasis con el Toneles. Realmente «di-vino».
¡ Figura !, y luego te irias de paseo, ¿no?. Como telo pasas, eso tiene buena pinta.>Un abrazo.
Bufff…esto del Toneles es una experiencia mística la primera vez que lo pruebas y cada vez que repites. Yo también he tenido la fortuna de tomar una botella en buena compañía, también escribí sobre él y en efecto, te transporta a otra dimensión de las cosas…esa presencia, esa untuosidad, esos perfumes, esa contundencia y, al mismo tiempo, ese frescor, esa delicadeza…>Felicidades por la conjunción de floretas con toneles!!!>Joan
Como bien dice el amigo Gabriel disfruté de lo lindo y claro ¡de paseo había que ir a bajar el asunto!>;-))
Yo sólo he probado Toneles «directo barrica» en la bodega y prácticamente «en vena»!>>Particularmente hay vinos que me hacen callar (cosa dífícil en mí) durantes unos instantes, dejarme llevar por el vino y finalmente emocionarme por poder disfrutar de, como diría Agustin Santolaya, «un trozo de historia embotellada», éste fue uno de ellos.>>Me encantan tus maridajes Baranda! unos buñuelitos, con una «copita de moscatel»…