Siempre me habían explicado que sin buena materia gris y sin buena materia prima difícilmente podría elaborarse un buen producto, y la verdad es que en este proyecto contamos con todos los ingredientes para que el resultado final no decepcione y cumpla con las expectativas:

Tenemos materia gris:

  1. David Sampedro, 5ª generación de viticultores y enólogos riojanos, que ha centrado la búsqueda de su Grial vinícola en el terroir y en el trabajo del viñedo como lo hicieron sus antepasados.
  2. Bruno Murciano, enamorado de la bobal y sumiller de reonocido prestigio nacional e internacional.
  3. Emilio, ex-propietario de las viñas que viendo el camino de abandono al que iban predestinadas,  se las ofrece a Bruno para hacer realidad su sueño de bobal.

Tenemos materia prima:

  1. Situadas en Caudete de las Fuentes y a 800 m. de altitud, cuentan con 7.5 Ha. de viñas de bobal en la ladera de una colina rodeada de un bosque de pinos con exposición NO a SE.
  2. 3 «terroirs» diferentes: calizo, arena rojiza y arcillas con cantos rodados, y viñedos en vaso de 70-80 años de edad.

Si a esto unimos un buen hacer basado en:

  • Retrasar la poda a finales de febrero
  • Realilzar una vendimia en verde a mediado de agosto
  • Y reducir drásticamente los tratamientos fitosanitarios

Se consiguie un buen vino bautizado como La Malkerida, 100% bobal, con una fermentación y maceración realizada en depósitos de hormigón, y 12,5% de vol.

Supongo que el nombre se ha tomado de la obra de Jacinto Benavente aunque añadiendo esa k en homenaje a los orígenes vascos de David (por cierto si no la han leído se la recomiendo).

La Malkerida 2011.

Cata:

Bonito color picota de menisco amoratado de capa media-baja. Limpio y brillante.

Notas en nariz de fruta negra con ligeros verdores que no molestas y le dan frescura, balsámicos, ligerso especiados y ahumados, monte bajo y romero.

En boca muestra buena acidez y taninos golosos aportados por la fruta, «pelín» secantes, pero que no molestan. Retronasal marcada por las notas de fruta y balsámicas. Sedoso y de buen recorrido con un regusto muy agradable que incita a seguir disfrutando. Muy expresivo y distinto, algo que hay que agradecer en estos tiempos de globalización.

En resumen un vino que agrada en vista, se muestra franco y sin desequilibrios en nariz y se manifiesta fresco, goloso y en cierto modo «adictivo», y con 12,5% de vol. que también ayudan a disfrutar de la botella de inicio a fin.

Y lo mejor de todo es que después de La Malkerida han hecho su Sueño realidad, claro que de éste hablaremos en otro post… cuando lo catemos.

Spread the love