Tengo la suerte de tener por buen amigo a un gran amante de los vinos como es Iñaki Gómez Legorburu y del que les recomiendo que lean su blog Baba O’Wines para disfrutar no sólo de los comentarios sobre vinos, sino también de sus reflexiones, siempre tan acertadas.
En su último post hablaba del «llanero solitario», figura en la que algunos nos vemos reflejados como buscadores de cierta luz centrando nuestro esfuerzo en «la formación, interés, pasión, sensibilidad, gestión, reciclaje, curiosidad, humildad,…, » con el fín de lograr un criterio propio y alejarnos de modas y sunamis de opinión marcados por gurús de aquí y de allende los mares.
La verdad es que alguna vez me han definido como «ratón de bodega», más que por mi gusto por los quesos -que también- , por lograr acercar a mis amigos y aficionados al vino elaboraciones que se suelen salir un poco de la «norma» bien por su composición, por su elaboración o por la zona donde se producen.
Así, y tras esta introducción un tanto extensa, me gustaría compartir con vostros un vino que cumple en gran parte esas premisas: elaborado por una casta más bien desconocida a nivel de vino tranquilo, como es la trepat; con un terruño asentado en una DO que el sólo nombrarla dejaría a más de uno «ojiplático», como es la Conca de Barberà; y creado por una bodega familiar con raices asentadas en esa tierra desde 1781, tal y como lo atestigua su Documento de compra de la propiedad Carles Andreu, como es Celler Carles Andreu.
El vino:
Carles Andreu 2010 es elaborado en un 100% de uva trepat de cepas de 50 años. Madura en barricas de roble francés de pimer año, de 225 litros, durante 6 meses. Graduación 12,5% vol.
Cata:
Color rubí – ojo de perdiz abierto de color y de lágrima viva. Limpio y brillante.
Notas de mermelada de frutos rojos -fresa-, regaliz y punta de tostados, canela y tabaco rubio.
En boca se muestra fresco, de correcta acidez y muy agradable. De mediano recorrido con una retronasal marcada por las notas de frutos rojos, balsámicas y de tabaco.
Buen vino de una variedad más reconocida por elaboraciones espumosas que en vinos tranquilos, amén de gran desconocida por el consumidor final, pero que aporta tipicidad y diferencia para con las elaboraciones que nos rodean. La verdad es que la riqueza vinícola de nuestro país no deja de sorprenderme… afortunadamente.
Me encanta este vino. Cuando lo compro me suelen comentar en la tienda que apenas hay un par de clientes (o sea, tarados 😉 ) que lo compramos…
Saludos,
Jose
Que gratos recuerdos tengo de este vino, elegancia, suavidad, autenticidad y grandisimo precio.
La verdad es que no comprendo cómo no se venden más este tipo de vinos (no sólo para «tarados» como nosotros ;)), pero como bien dice Carlos, lo tiene practicamente todo, ¡hasta un precio excelente!.
Bueno, seguiremos haciendo de «ratón de bodega» para seguir ampliando el grupo de «enochalados» 😉
Yo me encontré un vino ue oliá a metal de latas aparte de otros muchos detalles, había leido que era una uva tendente a oxidarse, no se pero me lo puso el bodeguero. Me recordo a borgoña en color y capa, a men de algua nota en nariz, pero vamos una cosa lejana y fugar, nada de comparativas. Y como decis, el precio de risa, un vino distinto que arroja un poco de luz entre tanta sombra y mñás en ese rango de precios
Jorge, a mí personalmente no me salieron esos olores a metal, es más me pareció un vino franco de aromas, agradable y muy fresco. La tendencia oxidativa iría más con la evolución cromática, pero no vi un vino con caída de color, sino más bien un vino elaborado con una uva con una capa más media-baja.
Creo que deberías darle otra oportunidad… si tienes sitio en la lista, claro 😉
Si a mi el vino me gustó no te creas y lo del color lo recuerdo con poca capa y con color evolucionado. Que el vino no fuera así y el bodeguero no se diera cuenta?, puede ser pero a mi no me disgustó…
Bueno, pues pensé que con los olores de lata el vino no te había gustado. Entendí mal. Sobre el color, yo no lo ví evolucionado, sino más propio de la variedad, aunque estoy contigo en que el bodeguero sabrá más de su vino 😉
Sib, el color del trepat de Carles Andreu es muy bajo, muy ligero.
Saludos,
Jose
Hola
Conocí los vinos de Carles Andreu en la última muestra de vinos catalanes, y realmente me impresionaron, por su calidad y su precio. Una pena que sean tan difíciles de conseguir.
Saludos,
Vicente
La verdad Vicente es que tenemos tantos vinos que descubrir y que disfrutar dentro y fuera de nuestras fronteras que espero en poder continuar siendo «enochalados- en nuestra próxima vida -una vez reencarnados, claro- 😉