En mi último viaje a Galicia invitado por el CRDO Ribeiro, y del que dejé constancia en mis post sobre Riberio I y Ribeiro II, tenía pendiente la visita a una bodega fuera de la DO, de la que había leído y escuchado cosas interesantes sobre su filosofía de trabajo y su vino: A pita cega 2011.
Así pues, y antes de iniciar las actividades organizadas por el Consejo Regulador, realicé como copiloto de Pilar Higero una escapada a Lagar de Sabariz recorriendo esas carreteras sinuosas que hacen mágica la Galicia de interior .
Llegamos a la bodega en la que ella es el «alma mater» de una pequeña explotación vitivinícola bajo la filosofía de la agricultura biodinámica y que nada más llegar describí como un «Shangri-La», un biotopo en el que la máxima es la armonía que queda reflejada a lo largo de todo el proceso vinícola. Me sentí como Ronald Coman en Horizontes Perdidos cuando atraviesa el pasadizo acompañado de Jane Wyatt que los conduce al paríso tibetano en el que vive una idílica y utópica comunidad . ¡Todo un privilegio!.
Pequeña hacienda rodeada de suaves colinas y bosques que la aislan de toda influencia «maligna». El Miño a escasos 400 m. en línea recta, pero del que no llegan sus malditas nieblas. Ovejas, gallinas y ocas, romero, rosales, lavanda, hierbabuena, fresas -¡mon dieu! nunca olvidaré ese aroma a fresa de Sabariz-, Tempranillo, fiel perro guardián de vidas y hacienda, y vides de albariño y treixadura.
Se siente la armonía y el equilibrio de la naturaleza reflejada en un vino que ha conseguido hacerse un hueco en el mundo vinícola por trasmitir una filosofía de vida dentro de una botella y apreciada en una copa excelentemente plasmado en el post sobre A pita cega 2011 de Joan Gómez Pallarès
El vino, A pita cega 2011 está elaborado con uvas de albariño, treixadura casi al 50% y otras bajo cultivo biodinámico provenientes de 4 ha. en Sabaríz (Orense) situadas en suelos ácidos, sueltos y bien oxigenados que Pilar define como «viticultura de granito», que se vinifican por separado y se crian durante 2-3 meses con sus lías finas, realizando una estancia de un año en depósitos de acero inoxidable. 13,7% vol. Botella totalmente reciclable y eliminación de la etiqueta en favor de tinta vegetal no contaminante. El respeto por el medio ambiente llevado a su máxima expresión.
La cata:
El vino en vista se muestra amarillo pajizo con menisco alimonado. Lágrima fina y densa. Untuoso en agitación.
Nariz que va evolocionando con el tiempo iniciando un predominio de notas frutales (manzana) y continuando con el aporte de aromas cítricos y minerales. Sutiles florales (lavanda).
En boca muestra una muy buena acidez. Untuoso, envolvente, largo, con ese punto de amargor que lo hace adictivo. Elegante y muy disfrutable.
A pita cega 2011 ha sido elegido hace unas semanas como el mejor vino blanco del año 2013 para la web especializada www.elmundovino.com y por mi parte, unos meses antes, en las útlimas navidades, lo incluí en mi lista de «top ten» del año 2013 en la web www.prwinenews.com con la que colaboro.
Si tienen ocasión, pruebenlo, mejor dicho, disfrútenlo porque no les dejará indiferentes, y si quieren comentar sus impresiones están en su casa, están en su blog.
¡Salud y buen vino!
Parece un lugar bien chulo y con respecto al vino, todo quisque tiene buena opinión de él, pero el precio es de los que da reparín.
Saludos,
Jose
Jose, ya sabes que lo del precio va en fución de lo que uno espera recibir y entonces establecemos si la RCP es buena. Hay vinos caros cuya RCP es pésima y otros de menos de 5€ excelente, pero también sucede al revés. En fin, si ud. se anima, rompa el cerdito y dese un homenaje, que EMHO, lo merece.
Abrazotes,
Mario.
Estoooo… creo que no estamos de acuerdo. El precio es el que es. Lo que sí es personal es la percepción del mismo y por ello lo que calificamos como RCP. Esta puede ser buena o mala, según cada quien, lo que sí creo que es un hecho es que el precio es de los que escuecen 😉
Saludos,
Jose