De copa en boca: Las Envidias 2016.

De copa en boca: Las Envidias 2016.

Beatriz Herranz

Recuerdo que la primera vez que habé con Beatriz, copropietaria de la Bodega Barco del Corneta, fue allá por el año 2015 y fue por teléfono cuando atravesaba la Plaza de los Bandos en Salamanca. Años después resulta llamativo que precisamente ella represente a un miembro de uno de los «bandos» -en el buen sentido de la palabra- en los que se ha dividido la vitivinicultura a nivel nacional entre aquellos que defienden la autenticidad, la personalidad, el terruño y aquellos que pudieramos considerar más los «alquimistas» del vino.

En aquella conversación mi interés estaba centrado su primer vino, Barco del Corneta, del que había léido comentarios muy interesantes, seguramente en www.elmundovino.com -afortunadamente han vuelto tras un año sin sus catas a ciegas- y que dio lugar a un post allá por 2015 en el que comentaba mis sensaciones sobre su tercera añada, la 2013.

Hoy las sabias palabras del maestro Joan Gómez Pallarés en su libro «Vinos naturales de España» sobre Beatriz Harranz no pueden estar más presentes:

A Beatriz Herranz y a su  vino Barco del Corneta los veo como otra isla en un océano enorme de maneras obtusas de tratar el viñedo, las cepas y de cómo hacer vino.

Afortunadamente esta isla ha dado lugar a un archipiélago de vinos que parten todos de una misma filosofía de trabajo: buscar en sus vinos la autenticidad de la casta, ya sea verdejo, palomino, viúra o juan garcía en terrenos de La Seca o de Fermoselle.

En 2017  incorporó Félix Crespo Álvarez  y su bodega, situada en La Seca (Valladolid), se encuentra en una casa de 200 años que compraron en el centro del pueblo. Los vinos se comercializan sin denominación de origen, y también se elaboran vinos de la zona de Arribes del Duero. La producción actual es de 60.000 botellas por cosecha.

Beatriz y Félix. Barco del Corneta

Las Envidias 2016. Parajes del Infierno.

Las Envidias forma parte de una trilogía encuadrada dentro de los Parajes del Infierno formada por vinos elaborados con verdejo, viúra y palomino.

Sus cepas centenarias de palomino de pie franco se encuentran en el paraje de Alcazarén (Valladolid), parcela de La Liebre, definido por Beatriz como «la ‘Isla del Tesoro’ de Barco del Corneta, inmerso en Tierra de Pinares» y situado sobre suelos de arenas eólicas que impidieron el ataque de la filoxera.

La vendimia se realiza a mano, en cajas de 10 kilos, seleccionando los racimos. Se macera entre 12 y 18 horas, se prensa con raspón y decanta naturalmente.
La fermentación es espontánea en barricas de 300 litros y en una bota jerezana en las que se criará bajo velo de flor durante 24 meses. Después pasa cuatro meses en el depósito hasta su embotellado.

Vendimia Las Envidias 2016

La Cata:

Atractivo color amarillo con reflejos cobrizos. Lágrima fina y densa.

En nariz se produce un cruce de aromas entre las sensaciones de frutos secos (nuez), recuerdos de de levadura en flor, toques de fruta amarilla madura, junto con recuerdos cítricos y apuntes especidados.

En boca se muestra con volumen, personalidad y peso. Distinto, diferente. Retronasal compleja en la que vuelven las notas olfativas junto con un recuerdo salino. Excelente equilibrio, buena acidez y recorrido.

Elaboración realmente excelente y sorprendente en el que se vuelve a los inicios de la elaboración de vinos de la zona en la que hubo los llamados como los pálidos y los dorados que se elaboraban bajo el sistema de velo de flor. Afortunadamente algunos elaboradores han recuperado los dorados, pero los pálidos, hasta donde yo se, han desaparecido, y si alguno de ustedes tiene noticias al respecto le agradecería que me lo comunicaran en los comentarios.

El que se vuelva a los origenes, a dar valor a la casta, a retomar los aromas de una variedad compleja, pero sin un gran abanico aromático, nos permite ver un atisbo de esperanza en una parte de nuestra cultura olvidada, denostada y castigada por un mar de ignorancia a la que habrá que poner freno.

¡Salud y bien vino!

Fotos: Bodega, Diario de Castilla y León, El Mundo y autor.

 

Las Envidias 2016
De copa en boca: 42 by Eneko Atxa

De copa en boca: 42 by Eneko Atxa

42 by Eneko Atxa 2015

Elaborado por la Bodega Gorka Izaguirre (perteneciente al grupo en el que también se encuentra Eneko Atxa, chef «estrellado» -por la Guía Michelin– al mando del restaurante Azurmendi) con un 100% de uva Hondarribi Zerratia de un viñedo de 3 ha. dentro de la DO Bizkaiko Txakolina y con una edad de 15 años.

42 by Eneko Atxa fermenta y se cría sobre lías con batonages diarios durante 10 meses en una tina de roble francés de 5.000 litros de capacidad antes de pasar a redondearse en botella. 13% vol.

Servir sobre los 12º C. Es un vino blanco, pero no me lo «enfríen» demasiado.

La cata:

Muestra un precioso color amarillo intenso con reflejos verdosos, lágrima fina y densa. Untuoso.

Sensaciones aromáticas complejas e intensas en las que se muestran aportes de fruta amarilla con toques cítricos (pomelo), apuntes ahumados, bollería fina (brioche), mantequilla, elegantes tostados y recuerdos de frutas tropicales.

Boca con excelente acidez y tensión, largo, elegante, glicérico, salino y con una sensación de ligero amargor final que lo hace más apetecible.

Excelente exponente de los «nuevos txacolís» en los que se muestran las características propias de identidad de fruta y terruño tanto en fase olfativa como gustativa.

La crianza en madera se ha realizado de forma tan perfecta que, aún mostrando características de la misma, se muestra totalmente conjuntada con el aporte frutal. Elegancia pura.

Me ha encantado. Para recatar o, mejor dicho, para volver a disfrutar.

Yo lo he maridado con un bacalao fresco a la plancha acompañado de cuscus con okra y kale, pero haría también buena «pareja» con pescados asados o ahumados.

Por cierto, yo no le doy más importancia que la que tiene, pero si a todo lo demás le añadimos que ha sido seleccionado Gran Medalla de Oro y el Trofeo del Mejor Vino Blanco en el Concurso Internacional de Bruselas, pues miel sobre hojelas.

PVP 19,90 € y vale lo que cuesta.

¡Salud y buen vino!

Foto de cabecera de Bodega Gorka Izagirre.

Foto del vino: autor.

De copa en boca: V Malcorta 2017 de Javier Sanz

De copa en boca: V Malcorta 2017 de Javier Sanz

V Malcorta 2017

Mañana, día 19 de noviembre de 2019, habrá una Jornada sobre Enoturismo en La Seca organizada por Destino Castilla y León -hashtag #DestinoVerdejo- a la que lamentablemente no podré asisitir, pero sí me quiero unir, aunque sea en la distancia, con esta recomendación.

No es la primera vez que nos acercamos a los vinos elaborados por Javier Sanz. Ya lo hicimos con su rufete y con su «básico» verdejo, pero en esta ocasión me gustaría recomendaros un vino que se sale de normas y castas al uso puesto que estamos ante una elaboración con un clon de la uva verdejo, la malcorta.

Como todo tiene su explicación en esta vida, esta uva, casi extinta hace 20 años si no hubiera sido por el interés del viticultor en su reuperación, debe su nombre a que era difícil su vendimia a mano. Y de ahí su nombre «mal» «corta«.

Dejando a un lado esta breve historia, estamos ante un vino que ha pasado 5 meses sobre lías y del que se han elaborado unas 11.000 botellas en un año, el 2017, caracterizado por una baja productividad, pero con un fruto en el que la maduración fenólica fue óptima. 13 % vol.

La cata:

En copa mantiene un preciso color amarillo con reflejos ligeramente dorados y una densidad media.

Aromaticamente encuentras sensaciones de fruta de hueso, cítricos, notas florales y minerales -me encanta la sensación de canto rodado húmedo- y membrillo fresco.

En boca mantiene una excelente acidez consecuencia de ser una uva de maduración tardía. Tacto graso, untuoso, largo, complejo, elegante y muy disfrutable.

Podría evolucionar con más guarda, pero ahora está realmente bueno.

¡Gracias Javier por recuperar esta casta y por tan buen trabajo!

No tengo que decirles «más ná», pero si consiguen hacerse con una botella de las poquitas que hay en el mercado, no lo duden.

Foto de portada de www.de-vinos.es. Foto de la cata: autor.
Ismael Gozalo: escultor de la verdejo.

Ismael Gozalo: escultor de la verdejo.

 Cuando Miguel Ángel, Chillida o Botero realizan una obra escultórica parten de materia inerte a la que dotan de vida jugando con la elegancia del mármol, la tensión del hierro o la maleabilidad del bronce. Es más, le aportan una elegancia tridimensional que la propia materia por sí misma tiene, pero que los escultores resaltan bajo un contexto: la sensualidad de un David, la potencia de un Peine de los vientos o la bolupuosidad de la Mujer con espejo.

En esa línea si los escultores dotan de vida a la materia muerta, Ismael Gozalo aporta personalidad a la materia viva, a la uva verdejo, resaltando también su carácter tridimensional a través de la vista, el olato y el gusto, y haciendo de cada uno de sus vinos obras individuales y añada tras añada, irrepetibles. En una palabra esculturas de verdejo con título e historia propia: Nieva York, Correcaminos, La banda del Argílico, Microbio, Sin nombre o Km 0. El Origen, entre otros.

Creo imprescindible el transcribir la elaboración de los vinos para comprender mejor su historia y las características de cada uno de ellos.

No es la primera vez que disfruto con los vinos de Ismael, aunque sí lo es con la uva verdejo. En definitiva les animo a descubrir su obra comenzando con esta breve, pero intensa exposición.

1.- Nieva York 2018

100% Verdejo.

«Petillant naturel o como se conoce Pet Nat, buenas burbujas = buenos momentos.

Son las burbujas rosé de la casa, elaborado con las uvas de los primeros días de vendimia, el vino fermentado con baja turbidez y baja temperatura, cuando ha bajado la suficiente densidad se embotella para que finalice la fermentación alcohólica ya en botella.

Tras unos meses de crianza en botella con sus finas lías se hace un degüelle a la volé para quitar esas lías y se completa con vino seco del mismo lote.»

La Cata:

Llamativo color amarillo verdoso de este espumoso ancestral. Burbuja fina y ligeramente untuoso en agitación. Aromas a manzana verde y sensaciones florales conjuntadas con recuerdos de canto rodado. En boca cuchillo de acidez -me encanta-, fresco, burbuja viva y jugetona y un buen recorrido.

2.- Correcaminos 2018

100% Verdejo.

«Una particularidad de estos vinos es que son 0,0 SO2, sin filtrar ni clarificar.

El varietal por excelencia de la bodega, es en la provincia de Segovia donde mejor comportamiento agronómico tiene debido a una mezcla de factores, destacando entre ellos la heterogeneidad de los suelos, la aridez de la zona, las antiguas selecciones masales de antiguos viñedos de Verdejo, las viñas en pie franco, todo esto unido a la climatología de la zona con sus contrastes verano/invierno y día/noche.

Elaboración:

Uva entera y con baja temperatura se prensa como siempre se ha hecho en prensa vertical, buscando el polo opuesto de la nueva enología, algo a lo que la mayoría tienen miedo la hiperoxidacion, buscando hacer estables los vinos en el tiempo, hacerlos duros desde el principio, nada de protección basada en «la magia negra» sino que el planteamiento es el clasicismo o la tradición de como mis abuelos hacían sus vinos.

La prensa vertical de 5 hl tiene una diferencia con la utilizada por mis abuelos, el cestillo es de inoxidable para facilitar su limpieza y evitar aromas y sabores indeseados en el vino.

Una vez la uva es prensada, siguiendo su tempo de drenaje y tras un bajo rendimiento el mosto es decantado con las únicas ayudas de unos depósitos flauta (estrechos y altos) y el frío.

Mosto parcialmente desfangado es ensamblado para que juntos arranquen la fermentación alcohólica no hay ninguna obsesión con la temperatura de fermentación, pues las levaduras indígenas cada año tienen sus diferencias y varían su comportamiento.

Una vez finalizada la fermentación alcohólica el vino permanece en contacto de sus lías durante al menos 5 meses, no hay movimiento de lías para evitar la pérdida del CO2 natural y que sea un ayudante que evite la evolución en el vino.»

La Cata:

Amarillo verdoso con ligera turbidez. Aromas de fruta blanca (pera y manzana) maduras. Sensaciones de barquillo de vainilla. Fresco y muy vivo. Buena acidez y recorrido. Mantiene buena tensión junto con un toque ligeramente oxidativo que le aporta personalidad. Vivo y de los que crean adición. Se empieza y se acaba.

3.- La Banda del Argílico 2018

Elaboración:

«Uva madura en su justa medida proveniente de dos viñas diferentes del término de Nieva, ambas plantadas en pie franco.

La primera con suelo arenoso (en el prado de las viñas) y la segunda suelo arenoso con gravas (Sarabia) bajos rendimientos en campo y bajos rendimientos en bodega hacen que este vino sea posible.

Es un guiño a las bandas de Argilico que tienen nuestros suelos donde las raíces se hunden para captar la mineralidad y donde se hace el intercambio de nutrientes.

Las bandas tienen muchas funciones, hacer de tampón para que la humedad no se evapore y mantener siempre un aceptable estado hídrico con las plantas, ¡también es donde los microbios pasan el estío para no morir de calor!!!  y donde se produce el intercambio en el complejo arcillo/húmico.

Este vino es el resultado de 2 vendimias una primera buscando frescura, bajo PH y poco alcohol y la segunda y mayoritaria es la que da maduración, finura, frutalidad, longitud en boca y estructura, esta unión de los dos mostos hace la magia del balance y el equilibrio.

El vino permanece en contacto con sus finas lías durante 5 meses y medio.»

La Cata:

Amarillo verdoso. Nariz muy expresiva con predominio de la fruta amarilla acompañada de sensaciones minerales y flor de acacia. Excelente acidez y recorrido con una retronasal en la que se mantienen las notas frutales y minerales acompañadas de notas de frutos secos. Mantiene buena tensión, untuosidad y volumen junto con largo recorrido. Directo.

 4.- Microbio 2017

«Resultado de una fermentación y crianza en viejos fudres de 1050 litros, donde pretendo respetar al máximo la expresión varietal de la verdejo unida al factor suelo.

Vino elaborado aprovechando al máximo las biosinergias de factores tan importantes en un vino como son altitud, edad del viñedo y suelo.

Quizás sea el vino más salino de los que elaboro, recordándonos que el suelo donde están hincadas las viñas hace 180 millones de años fue el mar Tetis.»

La Cata:

Amarillo ligeramente dorado. Excelente conjunción de fruta amarilla de hueso, brioche y notas minerales (canto rodado). Boca en la que muestra tensión con una ligera volátil y recuerdos de aceituna y sensaciones cítricas en retrogusto. Fresco y salino. Muy disfrutabe.

5.- Sin Nombre 2016

«Fermentado en madera y permanece en ella durante al menos 9/10 meses en contacto con sus final lías, a primeros del mes de agosto el vino se saca de barrica para darle su segundo período de crianza, esta vez en depósitos de inox, permanece durante al menos otros 9/10 meses pasando así su segundo invierno de crianza con las finas lías.

Transcurridos estos meses el vino se puede considerar estable y se embotella siguiendo las mismas premisas de siempre, ¡día y luna! ¡Sin clarificar, sin filtrar!

El vino sin nombre.

Así de sencillo es el nombre de este vino verdejo fermentado y criado en un cask de 12 HL, no puede ser mas sencilla la manera de trabajar, la única magia reside en la alta calidad de la materia prima, uva procedente del pago de los Navales.

Es el resultado de un sinfín de sin: Sin Corrección de Acidez, Sin Encimas, Sin Corrección de CO2 hasta el embotellado, Sin Clarificar, Sin Filtrar, Sin Remontado de lías, Sin Battonage…»

La Cata:

Amarillo con reflejos dorado. Nariz limpia con sensaciones de flores bancas, membrillo fresco y un ligerísimo recuerdo tostado bajo un acompañamiento de aporte mineral. Elegante en nariz y elegante en boca con una muy buena acidez, volumen, untuosidad y recorrido. Excelente.

6.- Km 0. El Origen 2016

«100% verdejo, viñedo prefiloxérico, vendimia entera, se fermenta en tinajas de barro, tras dos meses de fermentación, la pasta se prensa y el vino se baja a barrica, para su crianza durante 10/12 meses. Después de la primera crianza en barrica se deja durante otros 10 meses en depósito, para su afinado final.

Estos vinos tienen una alta tanicidad, debido al contacto del mosto con las pieles y raspón durante largo tiempo.

El color es naranja. Esta es la razón de su nombre.

Este tipo de vinos son muy longevos y agradecen largas guardas en botella.»

La Cata:

Color naranja con ligera turbidez. En nariz necesita aireación para dar todo de sí y deja a un lado los toques de acidez volátil que marcan inicialmente. Esa aireación deja paso a notas terrosas, fruta madura, ciertos toques cítricos y florales. Complejo. Boca muy «personal» en la que muestra su potencia protagonizada por su tanicidad y su largo recorrido. Un «orange wine» no apto para todos los públicos, aunque a mí me ha gustado. Con todo, si encuentra algunas botellas, guarde algunas, para verlo evolucionar a lo largo del tiempo. Me lo va a agradecer.

Con este recorrido por algunas de los vinos de Ismael Gozalo espero haber generado al menos cierta curiosidad por probarlos y acercarse a unas elaboraciones de verdejo que, como mínimo, estoy seguro que no les dejará indiferentes.

Al igual que con una escultura, no es lo mismo leer una descripción que visualizarla tridimensionalmente o, experimentar sensaciones tátiles sobre su superficie, en definitiva sentir aquello que el artista ha querido transmitirnos.

Por ello les animo a que descubran estas «esculturas» de verdejo para disfrutarlas en toda su dimensión.

Si desean compartir sus opiniones, no tengo que recordarles que este es su blog. Sientanse cómodos y con plena libertad.

¡Salud y buen vino!

Fotos de bodega y autor.

De copa en boca: Gorka Izagirre 2017

De copa en boca: Gorka Izagirre 2017

A estas alturas de la primavera nos vamos acercando irremediablemente hacia la próxima estación veraniega y empezamos a sentir como las pelusas de los chopos nos hacen estornudar, la boca se nos reseca y vamos demandando vinos más frescos que nos hagan el tránsito hacia el calor de una forma más agradable y placentera.

Reconozco que disfruto de los vinos blancos durante todo el año y no soy un cosumidor «estacional» de los mismos, al igual que tampoco me decanto por un buen espumoso sólo tras celebrar la llegada del Año Nuevo con el «corchazo» consabido -no lo digo por el TCA, sino por el pepinazo acústico que tanto gustan al común de los mortales-.

No es la primera vez que me acerco a los vinos elaborados en el País Vasco, bien como cata monográfica o bien como elemento incuido dentro de viajes marcados por el turismo y la gastronomía, y considero que se debe de apartar su concepto de vino menor y tal vez un tanto «menospreciados» por puro desconocimiento.

En definitiva cualquier tiempo es bueno para deleitarse con un buen vino y éste que les comento, lo es y se lo recomiendo, aún para aquellos inmovilistas que no salen del verdejo, y doy fe que los hay.

 El vino:

El txacolí Gorka Izagirre está formado por el ensamblaje al 50% de la Corbu Blanc (Hondarrabi Zuri) y de la Petit Corbu (Hondarrabi Zuri Zerratia) maceradas por separado y con una crianza sobre lías.

Las uvas son obtenidas de 21 hectáreas de viñedo de unos 20 años de edad cultivadas en 10 parcelas repartidas por 7 municipios diseminados por toda Bizkaia.

D.O. Bizkaiko Txakolina. 12 % vol.

La cata:

Vino blanco de color amarillo pajizo con reflejos verdosos acerados y con un ligero carbónico. Untuoso.

Aromas minerales que se acompañan por sensaciones florales y notas de herbáceas y fruta amarilla -manzana-. Recuerdos balsámicos y de fruta exótica (lichi y chirimoya) que para nada empalagan, amén de dotarle de complejidad aromática.

En boca se muestra elegante, con un buen recorrido y un carbónico sutil, muy bien integrado, que practicamente es sólo un ligero cosquilleo muy agradable.

Fresco, elegante, con muy buena acidez y buen recorrido. Glicérico, seco y con un toque final ligeramente amargo.

Advierto, ¡puede crear adición!.

De paso, les recomiendo que descubran los vinos de esta bodega. No sólo estoy seguro que les van a sorprender, sino que me lo van a agradecer.

¡Salud y buen vino!

Fotos de la Bodega y del autor.

De copa en boca: Corta y Raspa 2017

De copa en boca: Corta y Raspa 2017

Corta y Raspa Las 40 2017. Mayetería Sanluqueña

La verdad es que cuando uno tiene delante una botella de vino no sólo tiene curiosidad por probarlo, sino también por descubrir algo de su historia o de su origen, y este Corta y Raspa Las 40 es un cúmulo de preguntas, afortunadamente todas con respuesta.

En primer lugar habría que definir qué se entiende por «mayeto» , qué era, cuándo se dió, si existe en la actualidad o es una figura extinta y por qué aparece ahora de la mano de Ramiro Ibáñez. Así que iremos por partes.

La palabra aparece por primera vez en el Diccionario de la RAE en 1.803, estando definido como «viñador de escaso caudal«.

Dicho así de «frío» no nos aporta mucho, aunque si nos acercamos a la página de Callejuela encontramos una definición basada en la experiencia: «Personas de campo, de peoná y rato, llanas y con un gran conocimiento de la vid y todas sus labores. Contar con viña, lagar propio y bodega, habitualmente pequeña, eran los requisitos para ser Mayeto y encontrarse en el escalón más alto de la desaparecida clase media.» No en balde el padre de Pepe y Paco Callejuela, D. Francisco Blanco Martínez, Blanquito, lo fue durante 20 años.

La mayetería tuvo su época dorada en las zonas de Ronda y Sanlúcar de Barrameda, y consistía en una explotación agrararia en minifundo con el cultivo de hortalizas en la zona roteña, mientras que en Sanlúcar, Jerez o Chipiona era el campesino que cultivaba la viña. Sus inicios parten del s. XV cuando la Carta Puebla de Rota otorga terrenos a quienes se comprometieran a vivir y cultivar en La Mayetería.

En los años 80 y 90 desaparece la mayetería, y se pasa de la elaboración de su propio vino a la venta de la uva a las bodegas.

La figura quedó extinta hasta que en el 2016 y de la mano de Ramiro Ibáñez se reúnen tres mayetos: Antonio BernalJosé Manuel HaranaRafael J. Rodríguez para elaborar la primera añada de la «saga» Corta y Raspa con la finalidad de poner en valor el trabajo y elaborar sus propios vinos.

Por último sólo nos falta hacer mención al propio nombre del vino que no ha sido elegido de forma baladí ya que hace referencia «a un tipo de corte especial de la poda de vara y pulgar. Se hace un corte longitudinal seguido de otro en bisel, respetando la carrera de verde, señalando así al resto de faeneros, que pasen por esa cepa durante otras labores, que ese corte es correcto y no necesita modificarse en el futuro», tal y como queda definido en el blog de Federico Ferrer.

El vino.

Está elaborado por Rafael J. Rodríguez Jiménez en Sanlúcar de Barrameda de viñas de más de 30 años del pago de Las 40 en el Cerro de Añina. Fermentación alcohólica espontánea  en la que el mosto la realiza sin fortificación y una crianza en Bota con sus levaduras salvajes y sin apenas velo de flor.

La cata:

De color amarillo dorado, atractivo, limpio. Aromas protagonizados en sus inicios por la fruta amarilla (membrillo), frutos secos, sensaciones minerales (caliza), flores blancas y ligeros toques almizclados. Boca marcada por las notas salinas, se muestra fresco, amplio, con muy buena estructura y de medio recorrido dejando recuerdos de amontillado.

Me ha gustado. Me ha parecido distino, sencillo, pero no simple. Muy personal. Una vuelta a un pasado digno de recuperar. Bien elaborado y además la relación Disfrute-precio me parece muy buena ya que el PVP está sobre los 11,50 €.

¡Salud y buen vino!