por elbaranda | Mar 20, 2021 | blanco, Catas, verdejo, Vinos de copa en boca
Beatriz Herranz
Recuerdo que la primera vez que habé con Beatriz, copropietaria de la Bodega Barco del Corneta, fue allá por el año 2015 y fue por teléfono cuando atravesaba la Plaza de los Bandos en Salamanca. Años después resulta llamativo que precisamente ella represente a un miembro de uno de los «bandos» -en el buen sentido de la palabra- en los que se ha dividido la vitivinicultura a nivel nacional entre aquellos que defienden la autenticidad, la personalidad, el terruño y aquellos que pudieramos considerar más los «alquimistas» del vino.
En aquella conversación mi interés estaba centrado su primer vino, Barco del Corneta, del que había léido comentarios muy interesantes, seguramente en www.elmundovino.com -afortunadamente han vuelto tras un año sin sus catas a ciegas- y que dio lugar a un post allá por 2015 en el que comentaba mis sensaciones sobre su tercera añada, la 2013.
Hoy las sabias palabras del maestro Joan Gómez Pallarés en su libro «Vinos naturales de España» sobre Beatriz Harranz no pueden estar más presentes:
A Beatriz Herranz y a su vino Barco del Corneta los veo como otra isla en un océano enorme de maneras obtusas de tratar el viñedo, las cepas y de cómo hacer vino.
Afortunadamente esta isla ha dado lugar a un archipiélago de vinos que parten todos de una misma filosofía de trabajo: buscar en sus vinos la autenticidad de la casta, ya sea verdejo, palomino, viúra o juan garcía en terrenos de La Seca o de Fermoselle.
En 2017 incorporó Félix Crespo Álvarez y su bodega, situada en La Seca (Valladolid), se encuentra en una casa de 200 años que compraron en el centro del pueblo. Los vinos se comercializan sin denominación de origen, y también se elaboran vinos de la zona de Arribes del Duero. La producción actual es de 60.000 botellas por cosecha.

Las Envidias 2016. Parajes del Infierno.
Las Envidias forma parte de una trilogía encuadrada dentro de los Parajes del Infierno formada por vinos elaborados con verdejo, viúra y palomino.
Sus cepas centenarias de palomino de pie franco se encuentran en el paraje de Alcazarén (Valladolid), parcela de La Liebre, definido por Beatriz como «la ‘Isla del Tesoro’ de Barco del Corneta, inmerso en Tierra de Pinares» y situado sobre suelos de arenas eólicas que impidieron el ataque de la filoxera.
La vendimia se realiza a mano, en cajas de 10 kilos, seleccionando los racimos. Se macera entre 12 y 18 horas, se prensa con raspón y decanta naturalmente.
La fermentación es espontánea en barricas de 300 litros y en una bota jerezana en las que se criará bajo velo de flor durante 24 meses. Después pasa cuatro meses en el depósito hasta su embotellado.

La Cata:
Atractivo color amarillo con reflejos cobrizos. Lágrima fina y densa.
En nariz se produce un cruce de aromas entre las sensaciones de frutos secos (nuez), recuerdos de de levadura en flor, toques de fruta amarilla madura, junto con recuerdos cítricos y apuntes especidados.
En boca se muestra con volumen, personalidad y peso. Distinto, diferente. Retronasal compleja en la que vuelven las notas olfativas junto con un recuerdo salino. Excelente equilibrio, buena acidez y recorrido.
Elaboración realmente excelente y sorprendente en el que se vuelve a los inicios de la elaboración de vinos de la zona en la que hubo los llamados como los pálidos y los dorados que se elaboraban bajo el sistema de velo de flor. Afortunadamente algunos elaboradores han recuperado los dorados, pero los pálidos, hasta donde yo se, han desaparecido, y si alguno de ustedes tiene noticias al respecto le agradecería que me lo comunicaran en los comentarios.
El que se vuelva a los origenes, a dar valor a la casta, a retomar los aromas de una variedad compleja, pero sin un gran abanico aromático, nos permite ver un atisbo de esperanza en una parte de nuestra cultura olvidada, denostada y castigada por un mar de ignorancia a la que habrá que poner freno.
¡Salud y bien vino!
Fotos: Bodega, Diario de Castilla y León, El Mundo y autor.

por elbaranda | Oct 18, 2019 | blanco, Catas, Rueda, verdejo, Vinos de copa en boca
V Malcorta 2017
Mañana, día 19 de noviembre de 2019, habrá una Jornada sobre Enoturismo en La Seca organizada por Destino Castilla y León -hashtag #DestinoVerdejo- a la que lamentablemente no podré asisitir, pero sí me quiero unir, aunque sea en la distancia, con esta recomendación.
No es la primera vez que nos acercamos a los vinos elaborados por Javier Sanz. Ya lo hicimos con su rufete y con su «básico» verdejo, pero en esta ocasión me gustaría recomendaros un vino que se sale de normas y castas al uso puesto que estamos ante una elaboración con un clon de la uva verdejo, la malcorta.
Como todo tiene su explicación en esta vida, esta uva, casi extinta hace 20 años si no hubiera sido por el interés del viticultor en su reuperación, debe su nombre a que era difícil su vendimia a mano. Y de ahí su nombre «mal» «corta«.
Dejando a un lado esta breve historia, estamos ante un vino que ha pasado 5 meses sobre lías y del que se han elaborado unas 11.000 botellas en un año, el 2017, caracterizado por una baja productividad, pero con un fruto en el que la maduración fenólica fue óptima. 13 % vol.
La cata:
En copa mantiene un preciso color amarillo con reflejos ligeramente dorados y una densidad media.
Aromaticamente encuentras sensaciones de fruta de hueso, cítricos, notas florales y minerales -me encanta la sensación de canto rodado húmedo- y membrillo fresco.
En boca mantiene una excelente acidez consecuencia de ser una uva de maduración tardía. Tacto graso, untuoso, largo, complejo, elegante y muy disfrutable.
Podría evolucionar con más guarda, pero ahora está realmente bueno.
¡Gracias Javier por recuperar esta casta y por tan buen trabajo!
No tengo que decirles «más ná», pero si consiguen hacerse con una botella de las poquitas que hay en el mercado, no lo duden.
por elbaranda | Sep 3, 2019 | blanco, Catas, Rueda, verdejo
Cuando Miguel Ángel, Chillida o Botero realizan una obra escultórica parten de materia inerte a la que dotan de vida jugando con la elegancia del mármol, la tensión del hierro o la maleabilidad del bronce. Es más, le aportan una elegancia tridimensional que la propia materia por sí misma tiene, pero que los escultores resaltan bajo un contexto: la sensualidad de un David, la potencia de un Peine de los vientos o la bolupuosidad de la Mujer con espejo.
En esa línea si los escultores dotan de vida a la materia muerta, Ismael Gozalo aporta personalidad a la materia viva, a la uva verdejo, resaltando también su carácter tridimensional a través de la vista, el olato y el gusto, y haciendo de cada uno de sus vinos obras individuales y añada tras añada, irrepetibles. En una palabra esculturas de verdejo con título e historia propia: Nieva York, Correcaminos, La banda del Argílico, Microbio, Sin nombre o Km 0. El Origen, entre otros.
Creo imprescindible el transcribir la elaboración de los vinos para comprender mejor su historia y las características de cada uno de ellos.
No es la primera vez que disfruto con los vinos de Ismael, aunque sí lo es con la uva verdejo. En definitiva les animo a descubrir su obra comenzando con esta breve, pero intensa exposición.
1.- Nieva York 2018
100% Verdejo.
«Petillant naturel o como se conoce Pet Nat, buenas burbujas = buenos momentos.
Son las burbujas rosé de la casa, elaborado con las uvas de los primeros días de vendimia, el vino fermentado con baja turbidez y baja temperatura, cuando ha bajado la suficiente densidad se embotella para que finalice la fermentación alcohólica ya en botella.
Tras unos meses de crianza en botella con sus finas lías se hace un degüelle a la volé para quitar esas lías y se completa con vino seco del mismo lote.»
La Cata:
Llamativo color amarillo verdoso de este espumoso ancestral. Burbuja fina y ligeramente untuoso en agitación. Aromas a manzana verde y sensaciones florales conjuntadas con recuerdos de canto rodado. En boca cuchillo de acidez -me encanta-, fresco, burbuja viva y jugetona y un buen recorrido.
2.- Correcaminos 2018
100% Verdejo.
«Una particularidad de estos vinos es que son 0,0 SO2, sin filtrar ni clarificar.
El varietal por excelencia de la bodega, es en la provincia de Segovia donde mejor comportamiento agronómico tiene debido a una mezcla de factores, destacando entre ellos la heterogeneidad de los suelos, la aridez de la zona, las antiguas selecciones masales de antiguos viñedos de Verdejo, las viñas en pie franco, todo esto unido a la climatología de la zona con sus contrastes verano/invierno y día/noche.
Elaboración:
Uva entera y con baja temperatura se prensa como siempre se ha hecho en prensa vertical, buscando el polo opuesto de la nueva enología, algo a lo que la mayoría tienen miedo la hiperoxidacion, buscando hacer estables los vinos en el tiempo, hacerlos duros desde el principio, nada de protección basada en «la magia negra» sino que el planteamiento es el clasicismo o la tradición de como mis abuelos hacían sus vinos.
La prensa vertical de 5 hl tiene una diferencia con la utilizada por mis abuelos, el cestillo es de inoxidable para facilitar su limpieza y evitar aromas y sabores indeseados en el vino.
Una vez la uva es prensada, siguiendo su tempo de drenaje y tras un bajo rendimiento el mosto es decantado con las únicas ayudas de unos depósitos flauta (estrechos y altos) y el frío.
Mosto parcialmente desfangado es ensamblado para que juntos arranquen la fermentación alcohólica no hay ninguna obsesión con la temperatura de fermentación, pues las levaduras indígenas cada año tienen sus diferencias y varían su comportamiento.
Una vez finalizada la fermentación alcohólica el vino permanece en contacto de sus lías durante al menos 5 meses, no hay movimiento de lías para evitar la pérdida del CO2 natural y que sea un ayudante que evite la evolución en el vino.»
La Cata:
Amarillo verdoso con ligera turbidez. Aromas de fruta blanca (pera y manzana) maduras. Sensaciones de barquillo de vainilla. Fresco y muy vivo. Buena acidez y recorrido. Mantiene buena tensión junto con un toque ligeramente oxidativo que le aporta personalidad. Vivo y de los que crean adición. Se empieza y se acaba.
3.- La Banda del Argílico 2018
Elaboración:
«Uva madura en su justa medida proveniente de dos viñas diferentes del término de Nieva, ambas plantadas en pie franco.
La primera con suelo arenoso (en el prado de las viñas) y la segunda suelo arenoso con gravas (Sarabia) bajos rendimientos en campo y bajos rendimientos en bodega hacen que este vino sea posible.
Es un guiño a las bandas de Argilico que tienen nuestros suelos donde las raíces se hunden para captar la mineralidad y donde se hace el intercambio de nutrientes.
Las bandas tienen muchas funciones, hacer de tampón para que la humedad no se evapore y mantener siempre un aceptable estado hídrico con las plantas, ¡también es donde los microbios pasan el estío para no morir de calor!!! y donde se produce el intercambio en el complejo arcillo/húmico.
Este vino es el resultado de 2 vendimias una primera buscando frescura, bajo PH y poco alcohol y la segunda y mayoritaria es la que da maduración, finura, frutalidad, longitud en boca y estructura, esta unión de los dos mostos hace la magia del balance y el equilibrio.
El vino permanece en contacto con sus finas lías durante 5 meses y medio.»
La Cata:
Amarillo verdoso. Nariz muy expresiva con predominio de la fruta amarilla acompañada de sensaciones minerales y flor de acacia. Excelente acidez y recorrido con una retronasal en la que se mantienen las notas frutales y minerales acompañadas de notas de frutos secos. Mantiene buena tensión, untuosidad y volumen junto con largo recorrido. Directo.
4.- Microbio 2017
«Resultado de una fermentación y crianza en viejos fudres de 1050 litros, donde pretendo respetar al máximo la expresión varietal de la verdejo unida al factor suelo.
Vino elaborado aprovechando al máximo las biosinergias de factores tan importantes en un vino como son altitud, edad del viñedo y suelo.
Quizás sea el vino más salino de los que elaboro, recordándonos que el suelo donde están hincadas las viñas hace 180 millones de años fue el mar Tetis.»
La Cata:
Amarillo ligeramente dorado. Excelente conjunción de fruta amarilla de hueso, brioche y notas minerales (canto rodado). Boca en la que muestra tensión con una ligera volátil y recuerdos de aceituna y sensaciones cítricas en retrogusto. Fresco y salino. Muy disfrutabe.
5.- Sin Nombre 2016
«Fermentado en madera y permanece en ella durante al menos 9/10 meses en contacto con sus final lías, a primeros del mes de agosto el vino se saca de barrica para darle su segundo período de crianza, esta vez en depósitos de inox, permanece durante al menos otros 9/10 meses pasando así su segundo invierno de crianza con las finas lías.
Transcurridos estos meses el vino se puede considerar estable y se embotella siguiendo las mismas premisas de siempre, ¡día y luna! ¡Sin clarificar, sin filtrar!
El vino sin nombre.
Así de sencillo es el nombre de este vino verdejo fermentado y criado en un cask de 12 HL, no puede ser mas sencilla la manera de trabajar, la única magia reside en la alta calidad de la materia prima, uva procedente del pago de los Navales.
Es el resultado de un sinfín de sin: Sin Corrección de Acidez, Sin Encimas, Sin Corrección de CO2 hasta el embotellado, Sin Clarificar, Sin Filtrar, Sin Remontado de lías, Sin Battonage…»
La Cata:
Amarillo con reflejos dorado. Nariz limpia con sensaciones de flores bancas, membrillo fresco y un ligerísimo recuerdo tostado bajo un acompañamiento de aporte mineral. Elegante en nariz y elegante en boca con una muy buena acidez, volumen, untuosidad y recorrido. Excelente.
6.- Km 0. El Origen 2016
«100% verdejo, viñedo prefiloxérico, vendimia entera, se fermenta en tinajas de barro, tras dos meses de fermentación, la pasta se prensa y el vino se baja a barrica, para su crianza durante 10/12 meses. Después de la primera crianza en barrica se deja durante otros 10 meses en depósito, para su afinado final.
Estos vinos tienen una alta tanicidad, debido al contacto del mosto con las pieles y raspón durante largo tiempo.
El color es naranja. Esta es la razón de su nombre.
Este tipo de vinos son muy longevos y agradecen largas guardas en botella.»
La Cata:
Color naranja con ligera turbidez. En nariz necesita aireación para dar todo de sí y deja a un lado los toques de acidez volátil que marcan inicialmente. Esa aireación deja paso a notas terrosas, fruta madura, ciertos toques cítricos y florales. Complejo. Boca muy «personal» en la que muestra su potencia protagonizada por su tanicidad y su largo recorrido. Un «orange wine» no apto para todos los públicos, aunque a mí me ha gustado. Con todo, si encuentra algunas botellas, guarde algunas, para verlo evolucionar a lo largo del tiempo. Me lo va a agradecer.
Con este recorrido por algunas de los vinos de Ismael Gozalo espero haber generado al menos cierta curiosidad por probarlos y acercarse a unas elaboraciones de verdejo que, como mínimo, estoy seguro que no les dejará indiferentes.
Al igual que con una escultura, no es lo mismo leer una descripción que visualizarla tridimensionalmente o, experimentar sensaciones tátiles sobre su superficie, en definitiva sentir aquello que el artista ha querido transmitirnos.
Por ello les animo a que descubran estas «esculturas» de verdejo para disfrutarlas en toda su dimensión.
Si desean compartir sus opiniones, no tengo que recordarles que este es su blog. Sientanse cómodos y con plena libertad.
¡Salud y buen vino!
Fotos de bodega y autor.
por elbaranda | May 2, 2018 | aromas, blanco, verdejo, Vinos de copa en boca
Elaborado con un 100% uva verdejo. 13% vol. Bodegas Portia. DO Rueda. Dirigido en exclusiva al sector de la hostelería.
Vendimia nocturna. Maceración en frío y posterior prensado. Fermentación alcohólica en depósitos de acero inoxidable.

La cata:
Color amarillo pajizo con ribete ligeramente verdoso. Lágirma fina y densa y untuoso en agitación.
Sensaciones olfativas con predominio de aromas a fruta tropical, notas cítricas (limón) y toques de fruta amarilla. Nariz demasiado castigada por las notas de «frutas exóticas». En una palabra, huraño en aportes propios de la verdejo. ¿Excesivas levaduras añadidas?. Al menos da una sensación de artificialidad.
En boca muestra una buena acidez con percepciones glicéricas. Retronasal protagonizada de nuevo con el aporte exótico y cítrico, terminando con un ligero amargor.
He de reconocer que no es mi tipo de «Rueda». Me resulta un tanto empalagoso y en mi opinión no considero que sea un buen exponente de esta casta que más bien está dirigido a ese consumidor «educado» en este tipo de sensaciones «exógenas» y añadidas que hacen perder todo atisbo de tipicidad. Lástima y máxime cuando es un producto dirigida al sector Horeco en el que se podría haber realizado una función más didáctica.
Por cierto, no estaría de más que cambiaran el color de la letra de la contraetiqueta ya que apenas se lee la información suministrada con las letras en blanco.
¡Salud y buen vino!
Foto de cabecera: Bodegas Portia.
por elbaranda | Feb 24, 2018 | blanco, Catas, Rueda, verdejo, Vinos de copa en boca

Muchas veces cuando hablamos de vinos «básicos» tendemos a dar la impresión de que son los vinos para hacer «cash» y que se alejan de todos los parámetros que debe de cumplir una elaboración que debe de reflejar casta y terruño. Pero no todo es blanco ni negro, o blanco y tinto, y Javier Sanz verdejo 2017 es un «básico» con personalidad marcada tanto de uva como de zona y con una excelente RCP (9 € PVP), que todo cuenta, a pesar de que aún hay personal que se escandaliza por pagar este precio por un «blanco». ¡Queda camino por hacer!.

Elaborado con 100% verdejo de viñas de entre 40 y 60 años que desarrollan su actividad en 45 ha. sobre una superficie formada por cantos rodados que marcan su carácter mineral.
La vendimia comenzó el 21 de agosto con Sauvignon Blanc y sobre finales de Agosto, primeros días de Septiembre, ese empezó con la verdejo. La maceración se hace en frío durante 6h, la fermentación controlando la temperatura es durante unos 14 días y por último está 2 meses de maceración con lías finas en el depósito. 13% vol.

Cata:
Precioso color amarillo pajizo con menisco verdoso. Intenso. Lágrima fina y densa. Sensaciones aceradas en agitación. Elegante.
En nariz predominio de las notas de hinojo, anisados y heno recién cortado sobre un fondo mineral de canto rodado que aporta estructura. Limpio y fragrante.
En boca muestra una excelente acidez y una retronasal que nos devuelve, cual «deja vu», a las sensaciones olfativas. Largo en recorrido y con sensaciones finales ligeramente amargas que lo hacen adictivo. Me ha gustado y mucho. Franco, sin artificios y marcado por la sinceridad de la casta.

Excelente ejemplo a seguir con el fin de reivindicar vinos elaborados con verdejo marcados por las notas «puras» de la casta huyendo de los artificios que lamentablemente se han llevado a cabo para «homogeneizar» los gustos de aquellos que se han acercado a estos vinos bajo el hipnotismo de frutas tropicales, empalagosidad y «platanitis». Ahora hay que trabajar en sentido contrario y cambiar los gustos creados artificialmente para volver a disfrutar de elaboraciones en las que hable el terruño y la casta.
Lo dicho, sienténse, descorchen y disfruten. Están en su blog.
por elbaranda | Sep 1, 2017 | blanco, Catas, V.T. de Castilla, verdejo, Vinos de copa en boca
Isaac y Manuel Cantalapiedra.
Isaac y Manuel Cantalapiedra son un soplo de aire fresco en la zona de Rueda que se aleja de parámetros al huso y que a día de hoy están haciendo perder la identidad vinícola de esta tierra con la elaboración de vinos impersonales huyendo de pilares tan imprescindibles como casta y terruño.

Lo mejor para intentar entender un vino es conocer a las personas que hay detrás: Isaac esperó más de treinta años para hacer «su» vino y Manuel, su hijo, dejó su carrera profesional de pianista para que sus manos dieran sentido y armonía a viñas y terruño que nunca olvidó.
Quizás la mejor definición sobre ellos la hizo Luis Gutiérrez: son los “new non-Rueda Rueda producers”. De paso les recomiendo que lean la entrevista que les hacen en el magazine de Bodeboca, Vignerons.
El vino: Cantalapiedra + Moyano = Cantayano
Botella nº 3848 de 19.450 de las elaboradas por Isaac Cantalapiedra con verdejo ecológico de las parcelas Los Picones, Las Comas y El Chiviero de viñas de más de 30 años de edad a 720 msm en La Seca sobre suelos franco-arcillosos con afloraciones calizas y manto de canto rodado, muy pobres en materia orgánica. Viticultura ecológica y sostenible. La vendimia comenzó el 13 de septiembre de 2014, con un rendimiento de 4.400 kg/ha (2.860 L/ha).pedregosos de 5,85 ha.

Tras una maceración pelicular de 6 horas, la uva se prensó suavemente para así obtener mosto de la más alta calidad. La fermentación se llevó a cabo durante 21 días en depósitos de acero inoxidable de 3.000 a 7.500 litros y un 10% en barricas de roble francés de 225 litros. Una vez terminada la fermentación se realizó una crianza sobre lías de 6 meses. Tras la crianza, se clarificó y filtró ligeramente para mantener todas sus cualidades. El vino fue embotellado el 20 de julio de 2015. Producción: 19.300 botellas.
Enmarcado como Vino Ecológico dentro de la denominación Vino de la Tierra de Castilla y León. 14% vol. PVP: sobre los 10€
Cata:
Preciosa vista con un color amarillo dorado con muestras de untuosidad en agitación. Lagrima fina y densa.
Nariz expresiva cuya protagonista es la verdejo. Claro predominio de notas frutales (amarilla) junto con aportes florales anisados (hinojo) y sutiles toques minerales (canto rodado) y de bollería fina. Complejo.

En boca tiene un paladar fresco marcado por una excelente acidez con un tacto pulido y un final aromático. Largo, envolvente y untuoso. En retronasal vuelve el abanico aromático de fruta, flores y minerales con buena intensidad.
Elegante vino dotado de una gran personalidad que reivindica la personalidad de una casta castigada por adjetivos ajenos a la misma y que tanto daño han hecho a las elaboraciones de esta zona.
¡Salud y buen vino!
Fotografías: Isaac y Manuel (www.bodeboca.com). Etiqueta y vino (autor)
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