por elbaranda | Feb 24, 2018 | blanco, Catas, Rueda, verdejo, Vinos de copa en boca

Muchas veces cuando hablamos de vinos «básicos» tendemos a dar la impresión de que son los vinos para hacer «cash» y que se alejan de todos los parámetros que debe de cumplir una elaboración que debe de reflejar casta y terruño. Pero no todo es blanco ni negro, o blanco y tinto, y Javier Sanz verdejo 2017 es un «básico» con personalidad marcada tanto de uva como de zona y con una excelente RCP (9 € PVP), que todo cuenta, a pesar de que aún hay personal que se escandaliza por pagar este precio por un «blanco». ¡Queda camino por hacer!.

Elaborado con 100% verdejo de viñas de entre 40 y 60 años que desarrollan su actividad en 45 ha. sobre una superficie formada por cantos rodados que marcan su carácter mineral.
La vendimia comenzó el 21 de agosto con Sauvignon Blanc y sobre finales de Agosto, primeros días de Septiembre, ese empezó con la verdejo. La maceración se hace en frío durante 6h, la fermentación controlando la temperatura es durante unos 14 días y por último está 2 meses de maceración con lías finas en el depósito. 13% vol.

Cata:
Precioso color amarillo pajizo con menisco verdoso. Intenso. Lágrima fina y densa. Sensaciones aceradas en agitación. Elegante.
En nariz predominio de las notas de hinojo, anisados y heno recién cortado sobre un fondo mineral de canto rodado que aporta estructura. Limpio y fragrante.
En boca muestra una excelente acidez y una retronasal que nos devuelve, cual «deja vu», a las sensaciones olfativas. Largo en recorrido y con sensaciones finales ligeramente amargas que lo hacen adictivo. Me ha gustado y mucho. Franco, sin artificios y marcado por la sinceridad de la casta.

Excelente ejemplo a seguir con el fin de reivindicar vinos elaborados con verdejo marcados por las notas «puras» de la casta huyendo de los artificios que lamentablemente se han llevado a cabo para «homogeneizar» los gustos de aquellos que se han acercado a estos vinos bajo el hipnotismo de frutas tropicales, empalagosidad y «platanitis». Ahora hay que trabajar en sentido contrario y cambiar los gustos creados artificialmente para volver a disfrutar de elaboraciones en las que hable el terruño y la casta.
Lo dicho, sienténse, descorchen y disfruten. Están en su blog.
por elbaranda | Nov 29, 2015 | aromas, blanco, Catas, Rueda, Uvas, verdejo, Vinos de copa en boca
Barco del Corneta no es el primer proyecto de Beatriz Herranz, pero sí es SU proyecto en el que ha volcado todo su saber como enóloga para desarrollar un «sueño»: devolver la esencia a una uva tan «maquillada» que hoy en día no se reconoce en gran parte de los vinos elaborado con ella.

Tuve mis primeras noticias sobre su vino a través del blog de un buen amigo, Joan Gómez Pallarés, allá por marzo del 2013, siendo Joan el que realizó una perfecta definición de Beatriz dentro de las actuales circunstancias en las que se mueve la DO Rueda:
«La veo como una isla en un océano enorme de perdición, de maneras obtusas de tratar el viñedo, las cepas y de cómo hacer el vino»
Un año después adquirí varias botellas con el fín de ver su evolución a lo largo del tiempo y en este perído el vino no ha hecho más que remarcar su potencial de guarda y reclamar por parte de todos más tiempo para dar lo mejor de sí, consiguiendo una mayor complejidad sin perder sus señas iniciales de identidad.
Como bien dice Joan, hacía tiempo que no recordaba un vino elaborado con verdejo en el que su tipicidad quedara tan clara y marcada, a pesar de ser una uva, que como bien dice Richard Sanz de Bodegas Menade, no despliega una gran complejidad aromática. De esta forma, huyendo de enmascaramientos aportados por levaduras artificiales que han conseguido amoldar los gustos de gran parte de los consumidores de verdejo a simples «brebajes» de frutos tropicales exagerados y aromas «mareantes» totalmente artificiales, nos encontramos con «soplos de aire fresco» que nos devuelven la pureza de una uva tan sumamente castigada.
Barco del Corneta 2013

Elaborado con uvas 100% verdejo de viñas plantadas hace nueve años en el paraje de Cantarranas (718 m.s.m), dentro del término de La Seca en Valladolid, sobre suelos de arenas silíceas y cantos rodados y un subsuelo de arcilla y caliza. Agricultura ecológica.
Tercera añada. Se macera durante 24 horas, prensado y decantación durante 24 horas más para eliminar las lías gruesas. Fermentación alcohólica en barricas con levaduras autóctonas. Crianza sobre lías en barricas de roble francés de 300 litros durante 8 meses. Clarificado y filtrado suave. Sin estabilizado. Se elaboraron 9000 botellas. 13,8 % vol.
Cata:
Amarillo con ribete ligeramente dorado. Limpio y brillante. Atractivo.
De inicio se muestra algo huraño en nariz a copa parada, pero en agitación comienza a desplegar aromas herbáceos, heno, toques minerales y punta cítrica con sutiles aportes de su fermentación en barrica en un segundo plano. Aromas de fruta blanca (pera) y florales (acacia), junto con notas anisadas y tropicales (piña).
En boca muestra muy buena acidez. Es fresco, envolvente y untuoso. Paso de boca graso e intenso en el que predomina el aporte mineral (canto rodado caliente) y las flores y frutas blancas.
Es largo, intenso y elegante con un toque final ligeramente amargoso que incita a seguir disfrando del vino y acaba haciéndose adictivo.
Un excelente vino.
por elbaranda | Ene 23, 2015 | Catas, Gastronomía, Ocio, Regiones, Ribera del Duero, Rueda, tempranillo, verdejo, Viajes
Alma de Protos
La última vez que desembarqué en Peñafiel fue en tiempos en que se estaba construyendo la nueva mega-bodega de Protos, diseñada por Richard Rogers, y por ello fue una gran alegría el que, junto con un grupo de blogueros, fuera invitado por Álvaro Cerrada –Yalocatoyo, S.L.– para realizar una visita que se desarrollaría bajo el lema -ahora hastag- «#AlmadeProtos».

Tal vez muchos pensarán que vista una bodega, vistas todas ya que básicamente vienen a contener prácticamente lo mismo: zona de recepción, depósitos, sala de barricas, embotellado,…, pero algunas se diferencian de las demás porque además tienen alma y ésta es una de ellas.
Adentrándose bajo las entrañas de la loma en la que descansa el castillo de Peñafiel, cual nave varada, se encuentra la vieja bodega nacida en 1927 y que ha ido arañando su interior con una red de galerías horadadas a golpe de sudor a principios del siglo pasado y bajo la potencia de tuneladoras en la parte más moderna a finales del mismo, como bien se diferencia tanto en las paredes como en sus arcos fajones que la sustentan.

Paseando por sus más de dos kilómetros de recorrido te acabas sintiendo cual nibelungo en las profundidades de la tierra buscando el gran tesoro custodiado por las ninfas, y en este caso podríamos decir que nuestro gran tesoro sería el vino de Protos conservado en las 3.500 barricas que a los dos lados de las galerías y en la sala de crianza lo custodian y van desarrollando todas las características que le harán ser los buques insignias de la bodega.
Pero la visita no había hecho más que despertar admiración ante el tamaño y las dimensiones de la bodega, puesto que tras el recorrido, y como mandan los cánones y las buenas costumbres, nos esperaba la agradable sorpresa de una cata vertical de su vino más personal: Finca El Grajo Viejo.
Finca el Grajo Viejo.
Elaborado con la uva tempranillo del pago El Grajo Viejo de cepas de más de 70 años y con una producción de poco más de 9.000 botellas, es un vino que sólo sale al mercado en añadas excepcionales.

Mimado y cuidado desde el terruño es vendimiado en cajas de 20 kg. pasando por una mesa de doble selección. Macera con los hollejos y realiza la fermentación en barrica francesa de 500 l. durante 24 días a 28º C. La fermentación maloláctia la lleva a cabo en barricas de roble francés de 225 l y un envejecimiento de 18 meses en roble francés nuevo.
Álvaro nos propuso el juego de realizar una cata ciega con el fín de ordenar las añadas en las que se ha elaborado este vino de pago y catamos las añadas de Finca el Grajo Viejo 2006, 2009, 2010, 2011 y 2012 (¡y acerté!).

De ellas, sin duda, destacar el primer vino que se elaboró de esa finca y que en sus inicios se denominó Protos Selección 2006. Vino con vida por delante, pero muy disfrutable, con estructura, sedoso, redondo y elegante.
Junto a él Finca El Grajo 2009 muestra aún buen potencial y más nervio. Terruño, mineralidad, fruta y estructura. Largo, envolvente y realmente adictivo. Un buen vino, sin duda.
Los 2010, 2011 y 2012, aún siendo agradables y muy bien elaborados, muestran una necesidad de redondear, conseguir esa sedosidad y elegancia de sus hemanos mayores. Seguramente serán grandes vinos por el potencial, la acidez y la estructura que mantienen junto con un buen aporte frutal que prevalece.
Las combinaciones de Javier Peña.

Tras disfrutar con un juego en el que colocar las añadas de Finca el Grajo Viejo, la bodega nos propuso realizar un maridaje de sus vinos con platos elaborados por el cocinero Javier Peña, participante en la última edición de Top Chef y la verdad resultó una excelente experiencia.
1.- Cebiche de corvina con kikos acompañado de Protos Verdejo 2013.

El vino de color amarillo con menisco alimonado. Nariz con aromas de flores y fruta blancas, aporte tropical y notas anisadas. Boca freso, ligero y con un toque sutil de amargor final que lo hace adictivo, aunque no sea de mis vinos favoritos. Creo que debería marcar más la tipicidad de la verdejo y tienen materia y personal para conseguirlo.
2.- Brocheta en citronela de pollo y emulsioón de frutos rojos con Protos Barrica 2012

Vino color picota de capa media-alta. Lágrima ligeramente tintada. Notas en nariz de fruta negra y mermelada de fresa. Aportes lácteos y tostados. En boca tiene buena acidez, pero se muestra aún duro y con un tanino goloso que lo hace fácil de beber.
3.- Palominta de trucha con curry y salsa de yogur con Protos Crianza 2011

Crianza de color picota y menisco ligeramente rubí. Lágrima fina y densa. Nariz con notas de mermelada de fruta negra, balsámicos, tostados, especiados y sutiles notas de verdor. Boca con buena acidez, taninos golosos y aporte frutal. Buen recorrido y promete buena proyección.
4.- Arroz meloso con setas, manitas de cerdo y leche de coco con Protos reserva 2010

Picota de capa media y menisco rubí. Nariz con buen aporte de mermelada de fruta roja, cacao, mentolados, elegantes lácteos y balsámicos. En boca muestra un buen ataque e intensidad. Ricos taninos. Goloso y con muy buena acidez. Excelene y con vida por delante.
5.- Sandwich de rabo de toro estofado deshuesado con Protos Gran Reserva Especial 1986

Gran reserva con un bonito color rubí y mensico anaranjado. Nariz con notas de buen buquet, carne cruda, apuntes de cáscara de naranja y guindas en licor. Toques animales, cueros. Boca con buena acidez. Equilibrado y con buen recorrido. Un vino muy bien hecho y muy disfrutable. De los que denomino «de trago largo».

El tunel del tiempo.
Después de recorrer galerías, cementerios de botellas, salas de crianza y de disfrutar con vinos y viandas dimos un salto en el tiempo para aparecer dentro de la nueva bodega de Protos, enmarcada en el siglo XXI de la mano de Richard Rogers y pasando de la roca y el ladrillo al cristal y la madera, de la robustez a la ligereza de formas, de la oscuridad a la luz, del pasado al futuro.

La bodega, enmarcada en su entorno y cuyo elemento emblemático es su cubierta, está compuesta por cinco crujías abovedadas que imitan a barricas que nacen de la tierra. Ocupa 20.000 m2 y tiene capacidad para almacenar 3.500.000 botellas y 5.000 barricas contando con la última tecnología de seguimiento analítico para controlar la calidad de la uva en todo momento mediante rayos infrarrojos.

El edificio, que se asienta sobre un zócalo triangular, ocupa la totalidad del solar. Las cinco bóvedas parabólicas entrelazadas que descansan sobre grandes arcos de madera laminada se han revestido de piezas cerámicas de gran formato para crear una estructura articulada ligera y creando una forma modular.

Tal vez faltase el acercarse a ver lo que, para mí, es el alma de todas las bodegas: su viñedo, y en concreto, la viña de la Finca El Grajo Viejo. Conocerla, pisar su suelo, tocar su tierra o acariciar en la viña las arrugas marcadas por el tiempo. Espero volver a Protos y tener la oportunidad y el placer de conocer esa parte tan importante e imprescindible.
La compañía
Siempre se recuerdan las visitas, a parte de por la espectacularidad o la singularidad de lo visto, por la compañía y, en este caso, el poder conocer al staff de Protos, jóven, dinámico, profesional y con futuro y poner nombre a blogueros que sigo y admiro desde hace mucho tiempo, hablar con ellos y compartir la experiencia hace que quede un grato y entrañable recuerdo en la memoria.

Fue realmente un placer: Fernando Villaba, Eduardo y María, Álavaro Cerrada, Juan Burgos, José Luis Martínez Díaz, Rafael Rincón, Paco Becerro, J. Ricardo, Rafa Tobar, Vicente González, Mavi, Lola y David Vázquez
Comentarios del personal