O mejor dicho, a los vinos, que ya vamos teniendo una edad para que no sea soportable la manida respuesta a nuestra pregunta sobre «¿qué vinos tintos tiene por copas?»: «¿Rioja, Ribera o Toro?». ¡Pero si es que no es eso lo que le pregunto sino qué vinos o de quién son!
Ya es hora de que los consumidores, aficionados, enochalados,…-ponganse ustedes el calificativo epíteto que consideren- empezemos a reclamar los vinos que nos gustan y no los que nos quieren vender.
Entendemos perfectamente que al hostelero le resulte más rentable la compara de 5 cajas de seis botellas y que le regalen 3 cajas más de vinos, la mayoría de ellos, infumables o, en el mejor de los casos, clónicos, pero ¿tánto le cuesta «invertir» en comprar, aunque sea tres botellas -ahora que también la distribución te vende por unidades- de vinos con los que sorprender, atraer o evangelizar a la parroquia?.
No pretendo que todos los que se dedican al sector hostelero -permítanme que la utilización de la palabra profesional quede más restringida- sean «prescriptores» -¡hay Dios!- de los vinos que se elaboran en sus zonas, pero hombre ¡un poquito más de ganas por los productos de la tierra!.
Y si pasamos ya a la cantidad servida ¡échense a temblar! porque hay grandes diferencias en dos aspectos principales: el grosor de los dedos del camarero y la utilización de copas con curva, y se lo explico:
1.- Si el camarero ha recibido la órden de que la cantidad máxima de vino han de ser dos dedos, tenga en cuanta grosor del índice del susodicho que a la hora del serivicio eso se nota. Otra cosa es que tengan confianza y se salte la indicación de medida. Entonces, sin problemas.
2.- Si veo que las copas son esas que en la parte cercana al pie se curvan, me pido cerveza. Lo siento, pero para mojarme los labios, prefiero la espuma.
Si tienen la suerte de que en el establecimiento en cuestión cuentan al menos con sistema Vacuvin -o similares- o con un aparato dispensador de vinos por copas, no lo dude, puede respirar tranquilo y disfrutar con cierta garantía. Y si éste aparto tiene la posibilidad de que se definan las cantidades a servir, por lo menos puede probar distintos vinos con cantidades homogéneas y sin desviaciones. Ahora, aún quedan «trasegadores» que tras el mostrador consiguen «coupages» haciendo trasvases con los «culines» de las botellas y claro, luego la «complejidad» aromática se deja notar.
Lo dicho, busque, compare, exija y si encuentra un local con garantía de buen servicio, buenos vinos y profesionales detrás de la barra ¡entre y consuma vino!.
¡Ah, y no se olviden recomendar aquí sus bares de vinos por copas de su ciudad y así podemos ir a tiro hecho cuando nos acerquemos algunos de los enochalados confesos! Y de paso no estaría mal hacer un mapa con ellos en un próximo post.
¡Salud y buen vino!.
Comentarios del personal