Cada año atravesamos La Mancha camino de nuestro «Shangri-La» en la costa alicantina y no dejo de asombrarme ante la inmesa alfombra que cubre de vides y olivos gran parte de nuestro recorrido, aunque hoy comentaremos de vinos y aceites elaborados en la comarca de La Jara, todos ellos elaborados en la finca Capilla del Fraile dentro del término de San Bartolomé de las Abiertas (Toledo), curioso nombre del pueblo que proviene de unir uno de los santos a los que se tenía devoción (Bartolomé) con la descripción del emplazamiento en el que se sitúa, una zona desforestada, plana y rasa (Abiertas).
Originalmente la finca era destinada a cultivos de secano hasta que en 1998 se produce una reconversión que lleva a la plantación de 120 Ha de cultivo de olivar de las variedades picual y arbequna, mediante riego por goteo, y en el 2001 se procede a la plantación de las primeras cepas de las que se cuentan en la actualidad 12,9 Ha correspondiendo un 76% a la variedad Syrah y el resto a la variedad Petit Verdot.
Pero vayamos a la cata de los productos estrella de la propiedad, su aceite de oliva vírgen extra y sus vinos: un roble 2010 y un crianza 2007.
Capilla del Fraile AOVE. 0,1 Acidez Máxima.
Extraído de los propios olivares que tiene la propiedad en a las orillas del río Pusa muestra un precioso color amarillo dorado con reflejos verdoso. Limpio.
En nariz despliega aromas a tomate, hierba recién cortada y notas de alchachofa.
En boca muestra gran volumen y untuosidad en el que vuelven a marcarse en retronasal las notas de tomate y herbáceas. Sutil amargor final y en aspiración un ligero picor en la parte posterior bucal que remarca su calidad.
Excelente como acompañante de una simple tostada de pan candeal y jamón ibérico con unas simples gotas que realzan todo el conjunto. También probada en una ensalada de tomates de la vega del Tormes mostrando su gran carácter aromático.
Viña Ito 2010. Vino de la Tierra de Castilla. 15%
Elaborado a partes iguales con las uvas syrah y pinot noir, y con una crianza en barrica seminueva de roble francés durante 5 meses.
Si hay algo que me hace recelar siempres de los vinos apellidados «Roble» es que la mayoría suelen ser «sopas de madera» elaborados para hacer caja e inyectar de capital de forma rápida a las bodegas, amén de domar las barricas nuevas que luego serán usadas para la realización de sus vinos top, pero he de confesar que este no es el caso, afortunadamente para nuestras papilas.
En vista muestra una capa media de color picota con menisco cardenalicio que refleja su juventud. Lágrima fina y densa que tinta la copa. Limpio y brillante.
En nariz aromas de fruta roja y negra, tostados y torrefactos sin «abrumar», balsámicos (regaliz), apuntes de minerales (grafito), notas de caramelo tostados y una madera muy bien integrada -supongo que gracias al uso de barricas seminuevas-.
En boca muestra una correcta acidez bien equilibrada con el grado que lo hacen fresco y agradable. Retronasal maracada por las notas de fruta y balsámicas y un ligero amargor final que nos recuerda al regaliz negro.
Me ha gustado y si además tiene una buena RCP, miel sobre hojuelas.
Capilla del Fraile 2007. Syrah y Petit Verdot. 15%. Vino de la Tierra de Castilla
Elaborado en barricas de roble francés allier nuevas o de dos usos, durante 12-14 meses, presenta un precioso color picota de capa media-alta, con menisco azulado. Brillante. Lágrima fina y densa. Se aconseja decantar por los ligeros depósitos que encontamos en la botella y, como bien se ve, también se manifiestan en el corcho.
En nariz notas de fruta negra, lácteos, balsámicos, regaliz, sutiles vainillas y apuntes de ebanistería bien integrada. Buena intensidad.
En boca mustra buena acidez aunque con unos taninos un «pelín» secantes que avisan de que el vino tiene que redondearse aún más en botella para pulir esas puntas.
Buen ataque, goloso, con un alcohol bien integrado con la acidez que evita ser pesado aunque ligaramente cálido. Retronasal marcada por las notas de fruta negra y balsámicas y un final con un recorrido medio apostillado por un ligero amargor final que lo hace muy apetecible.
Me ha gustado. No lo he encontrado muy marcado por la crianza, es más, está muy bebible aunque un pequeño descanso en botella tampoco le vendría mal para pulir esos taninos aún «durillos».
Si en la dieta mediterránea son recomendables el consumo de frutas y hortalizas de nuestros campos, no olvidemos incluir un buen aceite de oliva vírgen extra y un consumo moderado de buen vino, como los que he tenido el placer de disfrutar. Ahora, ¡qué ustedes también los disfruten!.
Estuvimos visitando la bodega y la almazara hace unos años y ya nos impresiono ese aceite, complejo y con buenos niveles de amargor y picante. Sobre todo si es solo arbequina, como la que Carlotta pidio para nuestra casa, ya que le gusta el aceite «potente». Este aceite tiene el honor de ser el primero no italiano que se usó en nuestra casa. Y ademas es el mismo que se embotella bajo la marca de Marques de Griñon, pero a un precio mucho mas barato!
Los vinos bien, me acuerdo solo de un muy buen rosado
Javier, el aceite realmente bueno y los vinos, sobre todo el roble, me ha gustado mucho. Del 2007 muestra muy buenas maneras, bebible y aún por mejorar, y supongo que con buena RCP, que en épocas de crisis…
Voy a discrepar un poco.
¿Seguro que el «contenido» de las botellas de aceite italiano era italiano? Y yo entiendo por potente a la jiennse picual y no tanto la arbequina. Y recuedo el buen rosado del que hablas, creo de PV. Aunque creo ya no lo hacen.
Un abrazo y hasta pronto.
Jeje Paco, me ofendes con esas dudas… Que no te lea Carlotta! El aceite italiano del que te hablo lo vamos a buscar al productor y casi que nos lo prensan y embotellan delante de nuestros ojos. Los campos alrededor de Foligno, donde nació Carlotta, son miles de minifundios explotados tradicionalmente, donde las olivas se recogen a mano (sin darles palos ni dejarlas caer al suelo) en su justo punto de maduración, mucho antes que por aquí. Y lo de la picual y la arbequina no se si era al contrario, le preguntare a mi Santa, que ella lo sabe mejor.
Javier, mil perdones por dudar del origen de es néctar divino.
Hasta el miércoles.
Desde luego, es uno de los mejores aceites que he probado nunca. Una auténtica joya.
Pues, como bien dices, el aceite es una auténtica joya y ya me estoy planteando alguna cata en ese sentido, que no sólo de vino vive el hombre 😉