Hace unos días despedíamos el calendario de catas del eno-lobby charro, hasta después del verano, con una vertical formada por seis añadas de Numanthia 1999-2004, y la verdad es que había espectación por comprobar cómo habían evolucionado unos vinos que algunos habíamos probado hacía unos años y se encontraban marcados por una madera sin integrar aunque con unas «buenas mimbres» centradas en una excelente acidez y potencia.
¿Ha merecido la pena esperar para descubrir cómo se encuentran los vinos? ¿se ha ensamblado la madera con la fruta? ¿siguen manteniendo una marcada tanicidad?.
Bueno, pues las respuestas las iremos desgranando a lo largo de una cata que podíamos definir como camaleónica ya que lo único que mantenían en común todas las añadas -a excepción del 2001 que salió con corcho- eran un color muy homogéneo con pequeños matices diferenciadores y una marcada acidez que les hacía pronosticar aún vida por delante. Además algunos de ellos se comportaron como los astados que salen jugetones y sin fijeza, pero que según se desarrolla la lidia se vienen arriba dando lugar a una excelente faena.
Como información común a todos los vinos estamos hablando de viñedos prefiloxéricos de Tinta de Toro situados en Valdefinjas (Zamora), de una media de 70 años de edad, con una extensión de 19,5 Ha. y una altitud media de 700 m. Tipo de poda corta en vaso. Marco de plantación 3 x 3 y con un número de vides por Ha. de 1.100. Vendimia manual y mesa de selección en bodega.
El envejecimiento de todos los vinos se realiza en barrica bordelesa nueva de roble francés, con trasiegos cada 4 meses.
Pero como veo que ya suenan las palmas no quiero dilatar más esta cata y pasamos a desgranar y disfrutar con los comentarios a que dieron lugar estos vinos. Para aquellos que deseen visualizar más pormenorizadamente las fichas de cada vino pongo un enlace al documento facilitado por la bodega.
Elaboración: Maceración con los hollejos durante 28 días con remontados diarios. Fermentación maloláctica en barrica y envejecimiento en barrica durante 19 meses. Embotellado en julio de 2001.
Cata: Color picota de capa media con ligera turbidez. Lágrima fina y densa. En nariz notas inicales de reducción que desaparecen en aireación dando lugar a fruta negra, vainillas, notas de chocolate y regaliz, además de apuntes minerales. Ligeros lácteos y apuntes terrosos. En boca tiene una excelente acidez, largo, envolvente, secante y con una punta alcohólica.
A lo largo de la cata mantendrá las notas de crianza en barrica y practicamente al final vuelven a repuntar las notas balsamicas y de fruta negra madura.
2.- NUMANTHIA.2000.
Elaboración: Maceración con los hollejos durante 29 días con remontados suaves. Envejecimiento en barrica durante 19 meses. Embotellado en junio de 2002.
Cata: Picota de capa media-alta con menisco rubí. Ligera turbidez. Muestra notas de reducción más marcadas que la añada 1999. Se encuentra más cerrado. Una vez aireado despliega notas de cacao, minerales, fruta roja, vainillas, café y marrón glacé. En boca se muestra equilibrado, con muy buena acidez, tánico, de buen recorrido aunque un pelín secante y con un amargor final de cacao. Retrogusto de fruta madura, vainilla, torrefactos y apuntes de carne cruda.
3.- NUMANTHIA 2001.
Se observa una disminución en la producción de 17 Hls. en añadas anteriores a 12,9 Hls.
Elaboración: Maceración con los hollejos durante 30 días. Envejecimiento en barrica durante 20 meses. Embotellado en junio de 2003.
Cata: ¡CORCHO!. Lamentablemente no pudimos disfrutar de este 2001 debido a un problema de contaminación que anulaba todo análisis.
4.- NUMANTHIA 2002.
Producción por Ha. 19 Hls.
Elaboración: Maceración con los hollejos durante 31 día. Embotellado en junio de 2004.
Cata: Mantiene la misma capa que los hermanos anteriores. En nariz sorprende con notas de colonia, frutas aragonesas en licor, vainillas. Punta de volátil, pero sin molestar. Fruta blanca (pera sobremadura), fruta negra madura, naranja sanguina, ligeras notas de acetona, apuntes florales y cítricos. En boca muestra buena acidez y recorrido, pelín astringente.
5.- NUMANTHIA 2003.
Producción por Ha. 20 Hls.
Elaboración: Maceración con los hollejos durante 33 días con remontados suaves. Envejecimiento en barrica durante 18 meses. Embotellado en junio de 2005.
Cata: Mantenemos color picota de capa media-alta con meniscos azulados. Lágrima fina y densa. En nariz notas ahumadas, torrefactos, chocolate, fruta negra, tapende, lácteos, vainillas, regaliza y hojarasca. En boca excelente acidez, envolvente, con buena estructura, pelín secante pero muy disfrutable.
6.- NUMANTHIA 2004.
Producción media por Ha. 21 Hls.
Elaboración: Maceración con los hollejos durante 25 días. Envejecimiento en barrica durante 20 meses. Embotellado en julio 2006.
Cata: Mantiene el color homogéneo de todas las añadas anteriores. En nariz se muestra cerrado a pesar de haber sido decantado una hora antes del servicio. Evoluciona hacia una compleja nariz marcada por notas de fruta negra madura, torrefactos, grafito y regaliz. En boca se muestra secante, con muy buena acidez pero muy bebible, redondo y con un intenso recorrido. Pelín de calor en boca -algo que se ha mantenido en todos los vinos- y una buena estructura.
CONCLUSIÓN:
Quitando el problema de corcho de la añada 2001 coincidimos en definir a la cata como camáleónica por la gran diferencia existente entre cada uno de los vinos catados, comenzando por un 99 muy directo y aromático de inicio que se cierra en madera a lo largo de la cata para volver a resurgir como Ave Fénix practicamente al final. Un 2000 complejo y con buena estructura, muy disfrutable, un 2003 desconcertante por esas notas que aunaban apuntes cítricos, dulces y ácidos a la vez y que algunos definimos como «naranja sanguina», pero que aún así agradó, un 2003 redondo, elegante, con muy buena estructura y futuro y un 2004 que si bien se mostró como el más cerrado de la cata en inicio fue el que a nivel de conjunto demostró ser un vino realmente excelente.
Y como no sólo de vino vive el hombre, Toño, jefe de cocina de La Cocina de Toño, nos preparó unas sorpresas tales como «Pizarra con 3 delicias: setas salteadas, chupito de melón con frambuesa, y salchicha desestructurada envuelta en bechamel con rosca de Ledesma», «Timbal de verduras (pimiento verde y rojo) confitadas + tomate caché marinado con pasas y salsa Perkins + bonito del norte en aceite con mayonesa y caviar de aceitunas negras (huevos de trucha)» o «Piperrada (salsa riojana) sobre lámina de melón a la plancha, bonito con aceite virgen extra + brotes de lechuga sin germinar» de las que os dejo muestras gráficas.
Aunque una imágen vale más que mil palabras, aún no se ha conseguido llegar a disfrutarlas gustativamente, así que espero haber podido transmitiros a través de esta crónica las sensaciones que tuvimos a lo largo de la cata.
Agradecer a Bodegas Numanthia el habernos facilitado dos añadas para completar la vertical que espero podamos volver a repetir puesto que los vinos catados muestran buenas sensaciones de evolución en los próximos años.
Viñedos prefiloxéricos y la media de edad de 70 años… mmmm…. 😕
Saludos,
Jose
Jose, lo mismo es una zona en la que no hubo filoxera ¡mal pensado! 😉
Es una posibilidad, sí. Pero lo de la media y prefiloxérico sigue rechinando una pizquilla. En pié franco y tal; y puede ser que tengan viñas muy, muy, pero que muy viejitas y otras hechas unas mozuelas, lo cual arroja esa media de edad, pero en fin, entre viñedos prefiloxéricos, la media de edad, viñas viejas, el nombre en latinfundio… pues como me llama a gritos la de siete muelles.
Saludos,
Jose
Jose, que nos lo aclaren ya que los datos son de sus propias fichas. Estoy contigo en que hay cierto «bruxismo» que espero aclaren 😉
Buenos dias.
Evidentemente no todas las viñas están plantadas antes de la invasión de filoxera de finales del XIX, aunque algún viñedo tenemos de los que te dejan de piedra, donde se puede comprobar que no ha entrado un tractor en la vida. En Toro el tradicional marco de plantación de 3 x 3 m y el suelo arenoso, unidos a la baja pluviosidad (400 l/año) hicieron que la repercusión de la filoxera fuera mucho menor que en otras zonas, por lo que muchos viñedos pervivieron y la gente no «cambió el chip» para plantar sobre portainjerto.
Respecto a nuestros viñedos, además de los que sí que han resistido mas de 100 años, que los hay, nos referimos a aquellos viñedos plantados en pie franco con material vegetal prefiloxérico. El tesoro de Toro es que aunque sean plantas de 70 años esas varas provienen de otro pie franco, y esas de otro, con material prefiloxérico y autóctono, sin que hayan pasado por medio porta injertos o selecciones de vivero. En las viñas de Toro de 70 años se conserva el ADN de las viñas que dieron el vino que llevó Colón a America.
Espero que esto haya aclarado vuestras dudas, pero si teneis alguna otra, o mas información sobre los viñedos no dudeis en llamar a la bodega y estaremos encantados de ayudar en lo que podamos.
Un saludo.
Gracias Rubén por tu aclaración. Nada mejor que los «padres de las criaturas» para aportar luz a las dudas.
Un saludo.
No sé dónde se ha ido mi respuesta que se ha comido WordPress…
Comprendido, entonces suponiendo que las viñas más antigüas no suponen el grueso de la producción que va a parar a estos vinos, se trata la cuestión de viñas en pie franco, que como en muchos otros lugares provienen de injertos de las más antigüas.
Gracias por la aclaración y saludos,
Jose
Hola Mario:
Por primera vez en mucho tiempo discrepo claramente de tu evaluación global de la cata, y si discrepo es porque yo salí claramente defraudado de la cata. Eran los vino malos, pues no, pero los Numanthia y yo toreamos en plazas distintas ese día. Evidentemente es una sensación totalmente subjetiva en la que entran en juego también expectativas personales sobre los vinos.
Una parte del problema es que no fui, creo que nadie, capaz de reconocer un patrón común en los 5 vinos (dejemos de lado el 2001), a pesar de estar hechos todos por la misma mano. Si hacemos una vertical, esperamos ver un patrón de bodega/viña modificado por las características de la añada, y creo que aquí había algo mas.
El 1999 estaba mas pa alla que pa aca, y después de 10 minutos en copa se fue. Yo no llegue a verlo volver nunca, mas alla de la madera residual.
El 2000 estaba bebible, pero ¿pagaríamos 35€ por este vino?. Si la cata fue camaleónica en si mismo, el 2002 resulto camaleónico al cuadrado, difícil de interpretar, pero con juego en una mesa de cata.¿Como aguantaría una comida?
El 2003 y el 2004 tenían la marca Toro, pero como dices un pelín secantes. El problema es que ya tienen años en botella, ¿podrán todavía mejorar esa astringencia? Evidentemente estaban buenos, pero ¿tanto como para ser la referencia en su escala de precios?
Creo que la guarda de vinos de Toro esta todavía por ser evaluada seriamente, ¿que te parecería una horizontal de, digamos 2002 (o 2004/5): San Roman, Numanthia, Pintia, El Albar etc?
Agradezco la aclaración de la bodega sobre el termino prefiloxérico, pero según esta explicación cualquier viñedo plantado con material vegetal prefiloxérico en pie franco lo llamarían prefiloxérico. Si esto es asi, una cepa prefiloxérica podría dar lugar a «cientos de hectáreas prefiloxéricas», aunque sólo tuvieran 5 años. O lo que es lo mismo, cualquier cepa que no haya visto nunca un porta injerto se puede llamar prefiloxérica. Biológicamente no se sostiene la explicación, que calificaría de puro marketing, cuando no de otra cosa.
Cesar
Buenas César. Ya que estamos hablando de «toros», has entrando en plaza tirando claros «derrotes» 😉 y básicamente comentas lo mismo que yo desde el inicio de mi crónica: «lo único que mantenían en común todas las añadas -a excepción del 2001 que salió con corcho- eran un color muy homogéneo con pequeños matices diferenciadores y una marcada acidez que les hacía pronosticar aún vida por delante».
Comentas la inexistencia de un patrón, pero recuerdo una cata de borgoñas, si no me confundo, en el que comentábamos que no habíamos catado 6 vinos, sino que al final habían evolucionado tanto los vinos a lo largo de la cata que parecía que habíamos bebido 18 vinos diferentes. Todos de la misma bodega y creo que todos de la misma añada. Diferencia, el terroir, pero en este caso, y en eso te doy la razón, si los Numanthia se han nutrido de la misma zona y de las mismas parcelas, tenía que haber más elementos de unión que de diferencia. Pero dentro de las botellas era lo que había.
Sobre realizar verticales de distintas bodegas de Toro, me parece bien y lo tendré en cuenta para el período de catas que viene.
Y por útlimo, yo también discrepo de tu evaluación, tal vez demasiado «negativa». Yo sí disfruté y tanto el 1999, como el 2002, 2003 y 2004 -cada uno con sus característica propias y diferenciadoras-, me gustaron.
Y esto es lo bueno de un grupo: los distintos puntos de vista que al final -al menos a mí- no dejan de enriquecer.
Abrazotes.
Mario, me encanta discrepar y prueba de ello es que yo discuto conmigo mismo. Quizás en esta cata estuvimos un poco lejos para contrastar opiniones.
Borgoña sólo está en Francia y es eso, Borgoña, con genericos, villages, premier y grand crus. La cata que citas, de hecho han sido dos parecidas (¿cuando repetimos Iñaki?), marcaron dramáticamente las diferencias entre parcelas. Pero nunca hemos hecho una vertical de «Villages», que sería lo mas parecido a las verticales de vinos españoles. ¿Como se verían esos vinos? Sería bueno saber la opinión del algún experto en Borgoñas.
Un abrazo
Aprovecho las vacaciones para revisar vuestros comentarios de la cata de Numanthia, que no habia tenido tiempo de leer y mucho menos de comentar…
En mi opinion, mucho mas cercana a la de Cesar que a la «diplomacia» de Mario, los vinos me decepcionaron un poco. Esperaba mucha mas complejidad y equilibrio en en los vinos. Revisando mis notas veo que el que mas me gusto fue el 2006, dandole una puntuacion de 8.9, que no esta mal, pero que es mucho menos de lo que me esperaba (mi idea es que todos estarian por encima de 9). Coincido con Cesar (a lo mejor porque estabamos sentados juntos) en que el 99 estaba bastante caido y que los «jovenes» (a partir del 2003) tenian una astringencia algo excesiva para vinos de su edad y una acidez rozando lo artificial (sobre todo 2002 y 2003).
Una pena ese TCA dl 2001, que seguramente habria sido de lo mejorcito (a ver si la bodega se estira y nos reemplaza la botella, jeje). Lo raro es que poco antes de la cata, en la Feria de los vinos de Toro tuvimos la ocasion de visitar la bodega y probar el 2010 del deposito, antes de ser embotellado y recien salido de barrica, y me parecio mucho mas equilibrado y menos astringente que los 2003 y 2004 que probamos en la cata. Cuanto menos curioso…
Y coincido que Cesar que a lo mejor podriamos pensar en hacer alguna cata horizontal de los grandes de una zona en una cierta añada (y a ciegas, que es mas divertido…)
Buenas Javier. Veo que te estás poniendo al día.
Sobre la cata de Numanthias, bueno, pues parece que por nuestra parte de la mesa hubo cierta unanimidad a la hora de valorar los vinos y así se transcribieron las sensaciones observadas.
Desde mi punto de vista, creo que hubo una serie de vinos que están en su momento de consumo óptimo (1999 y 2000) y otros que aunque pueden beberse y disfrutarse mantienen parámetros que indican mayor evolución en el tiempo (2002-2004).
No hace mucho volví a recatar el 1999 y me mantengo en las sensaciones observadas en la cata, y para nada caído, amén de muy disfrutable.
Más que «diplomacia» es la transcripción de mis sensaciones y, tal vez, va uno buscando más los aspectos positivos que los penalizables y ver la botella más llena que vacía. Se va uno haciendo mayor ;).
Por cierto, Javier, la cata llegó hasta el 2004, así que el 2006 lo disfrutarías en otra ;P.
Abrazotes,
Mario.
Pues si que estamos bien, se ve que todavia algunas neuronas estan de vacaciones. El que mas me gusto fue el 2000, en su punto de evolucion.
Javier, ahora si que no te pongo un «pero». Por cierto, vertical vamos a tener de otra bodega de Toro de su vino «top», pero no quiero desvelaros más novedades ya que prefiero comentaroslo por correo. Casi está diseñado el calendario de catas y creo que vamos a seguir disfrutando con vinos y elaboradores, amén de locuras varias.
Ah! y por cierto benvenuti! 😉