Alvar de Dios, el protagonista.

No me canso de repetir que estamos en un excelente momento vinícola con la incorporación de nuevos nombres, de savia fresca, que han encontrado en este mundo, no sólo una forma de vivir, sino una forma de expresar lo que llevan dentro a través de sus elaboraciones.

Este es el caso de Alvar de Dios, jóven zamorano, que gracias a las buenas compañías (Fernando García, Oliviere Riviére o Daniel Gómez Jiménez Landi) tenemos hoy la realidad de un viñador , como diría Luis Gutiérrez -y no a todo el mundo le agrada el término, pero a mí si y ¡estoy en mi blog!- que elabora los vinos que a él le gusta beber. Más personales, imposible.

Alvar de Dios entre viñas en Las Arribes del Duero

Foto: www.elnortedecastilla.es/degustacastillayleon/

Que su nombre se ha dado a conocer por sus elaboraciones en Toro, es cierto, y que la mano ungida de Robert Parker, gracias a su representante para España -ya mencionado- también ha ayudado, pues ¡miel sobre hojuelas!, pero en este caso no comentaremos ninguna de sus elaboraciones toresanas -tiempo habrá-, sino un vino nacido en tierras de Fermoselle, la parte zamorana de Las Arribes del Duero.

 

Camino de los Arrieros 2016. El resultado.

Elaborado con uvas de juan garcía (60%) y rufete (30%) de viñas de entre 40 a 60 años de edad, aunque hay aportaciones (10%) de tempranillo, verdejo tinto y bastardillo, sobre suelos graníticos y arenosos. Vino de la Tierra de Castilla y León.

Las uvas son pisadas y el mosto fermenta con sus propias levaduras salvajes. Maceración de tres días y fermentación con remontajes diarios. Crianza de 10 meses en barriles de roble francés de 300 l. 13% vol. Servir a 16º. 4.800 botellas. 13,50 €.

Relación Disfrute-Precio: Muy buena.

Camino de los Arrieros 2016

La cata:

Color picota de capa media-baja con ribete cardenalicio. Hijo cromático de las uvas con las que está elaborado. Lágrima fina y lenta.

En nariz necesita aireación -no se asusten- para que despliegue aromas a fruta roja, minerales (granito), toques de verdor que le añaden frescura debido a la elaboración con raspón -Alvar me ha confesado que no tiene despalilladora, ni falta que le hace ateniéndonos al resultado-.

En boca muestra muy buena acidez. Es fresco, carnoso, directo y con una retronasal en la que vuelven a ser los protagonistas los aportes de fruta roja acompañados por las notas minerales y sutiles recuerdos balsámicos.

Un vino sencillo, que no simple, y muy agradable de beber con una crianza muy bien integrada. Adictivo, aviso.

Viñas de Camino de los Arrieros

 

Bueno pues aquí os dejo la puerta abierta para aquellos que quieran seguir a este jóven, no digo promesa, porque sus elaboraciones son toda una realidad y una fuente de principios en busca de casta, terruño y personalidad. Puede que se haya perdido un buen veterinario, pero lo que no me cabe duda es que hemos ganado con este cambio de rumbo. No le pierdan de vista, aunque de todas formas, por aquí le seguiremos la pista comentando sus vinos.

Ponganse cómodos, descorchen una botella de buen vino -y éste lo es- y disfruten. Ya saben que están en su blog.

¡Salud y buen vino!

Fotos: www.degustacastillayleon.es, Alvar de Dios y autor.

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