La viña de Valtravieso

 

Valtravieso crianza 2015.

Valtravieso CR. 2015

Valtravieso cr. 2015 se elabora en la bodega con mayor altitud de la D.O. Ribera del Duero (950 msm) con un 89% de Tinta Fina, un 8% de Cabernet Sauvignon y un 3% de Merlot provenientes de las zonas de Roa, Moradillo y La Aguilera.

Terruño protagonizado por suelos pedregosos y con oscilaciones térmicas en verano de 18º entre el día y la nocha que son soportadas sin el alivio que pudiera aportar el «artificial» del riego por goteo realizado por otras bodegas.  14,5% vol. Crianza en barrica de roble francés durante 14 meses. PVP sobre los 14€.

La cata:

Precioso color picota de capa media-alta. Lágrima fina, densa y ligeramente tintada. Limpio y brillante. Aromas algo huraños en principio, pero que en agitación va desplegando unos inicios marcados por la fruta negra que se ve acompañada por sensaciones tostadas y de cacao, notas lácteas, toques especiados y sutiles florales. Complejo.

En boca muestra buena acidez y un buen ataque protagonizado por un tanino fino y goloso aportado por la crianza en barrica, aún con poderío que se ve acompañado por el tanino de la fruta. Largo, fresco, sedoso y con muy buen equilibrio en el que las notas secundarias no anulan al aporte primario. Retronasal compleja y elegante, muy disfrutable y con un alcohol muy bien integrado dejando al final sensaciones muy agradables con un ligero amargor que te marca recuerdos de regaliz, cacao y elegantes mentolados.

Valtravieso Cr. 2015 en copa

En resumen, me ha parecido un muy buen vino con vida por delante y alejado de las marcas de «maderitis» que pueden observarse en las elaboraciones de la zona. Refleja fruta y terruño muy bien conjuntados con una crianza equilibrada. Algunos lo pueden definir de comercial, yo lo dejaría en «elaborado para disfrutar».

Quizás la añada 2015, calificada como excelente, sea comparable a la excelepcional 2005 y por ello habrá que estar atento a los vinos de ese año marcados por una buena intensidad colorante, el predominio de los aromas frutales y el potencial aportado por los taninos dulces que muestran la buena maduración fenólica de la uva. Ya saben, ponganse en modo «busca y captura».

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