por elbaranda | Oct 4, 2018 | Catas, Ribera del Duero, tempranillo, Vinos de copa en boca
Rafa García y Raúl Tamayo, un tándem bien coordinado.
Hay veces que lees o te comentan sobre un vino, Naluar en este caso, y entro en fase de «busca y captura» tanto por el vino como por conocer quiénes son los elaboradores. La mayoría de las veces no es complicado encontrar información bien en web, bien en otros comentarios, pero en este caso la función ha sido más bien detectivesca.
Habías escasas pisatas, no tienen web, el nombre de Erre Vinos no deja muchos rastros y al final buscando aquí y allá, y gracias a informadores que están dentro de este mundillo, doy con los «culpables» de este seguimiento y que elaboran, bajo un proyecto en común, unos sorprendentes y personales vinos en la Ribera del Duero.
¡Cómo será que sólo he conseguido la foto de uno de ellos, Rafa y del año 2016! A Raúl de momento no le pongo cara, aunque espero que me manden alguna más actualizada una vez pasada la vorágine de la vendimia. Lo dicho, haciendo de Sherlock Holmes.

Breve biografía.
Rafa García es natural de Nava de Roa (Burgos) y compagina su trabajo en Bodegas Trus con este proyecto en el que le acompaña -tanto monta, monta tanto- Raúl Tamayo, natural de Pampliega (Palencia) y que actualmente asesora a la Bodega Pagos de Negredo en la Ribera del Arlanza.
Ambos se conocieron al estudiar Enología y, como Dios los hace y ellos se juntan…, se embarcaron en elaboraciones de «garaje» -por decirlo fino- desde 2006, comenzando más en serio durante el año 2011 con el nacimiento del proyecto Acediano.
A día de hoy aún no tienen bodega propia y elaboran sus vinos -y comparten experiencia y sabiduría con sus «caseros»- en una pequeña bodega que les permite hacer sus elaboraciones parcelarias, Bodega Rodero Calderari, situada en Pedrosa de Duero.
Trabajan en propiedad 5 ha. en Nava de Roa. En la actualidad elaboran entre 4.000 y 5.000 botellas.
Si se preguntan el por qué del nombre Na-lu-ar, indicarles que es el acrónimo de Na -por Nava de Roa, lugar de nacimiento de Rafa-, Lu -por Luis, padre de Rafa- y Ar -por Araceli, madre de Rafa-.
Por cierto, si se cruzan con alguna botella, no lo duden y háganse con ellas. Ya saben que no me gusta hablar de relación-calidad-precio y prefiero la definición relación-disfrute-precio, y están realmente excelentes. Me lo van a agradecer.
1.- Naluar 2014

Elaborado con un 90% de abillo y un 10% repartido entre palomino y pirulés. Crianza de 2 meses con sus lías. 12,9 % vol. Vino de la Tierra. PVP sobre los 12 €.
La cata:
Bonito color amarillo pajizo con reflejos verdosos. Pálido y acerado. Untuoso en agitación. Elegante en vista.
Aromáticamente complejo conjugándose notas anisadas con fruta de hueso, toques de frutos secos con sensaciones cítricas acompañadas de recuerdos de ortigas y melón. Graso en boca, elegante y con buena acidez. Rico, goloso, con buena persistencia, vamos, largo y con un ligero y elegante amargor final.
Un buen blanco elaborado con un coupage fuera de regla que me ha gustado por su frutosidad, por su elegancia y por su complejidad. Buen trabajo que habrá que seguir.
2.- Naluar 2014

Elaborado en un 100% tinto del país, clon distinto y anterior al tempranillo que hoy abunda en la DO, de viñas situadas a más de 800 msm sobre suelos arcillo-calcáreos con edades que rondan los 20 años de distintos viñedos en los majuelos de El Cerral, El Acedi y El Espaldón.
Fermentación con levaduras autóctonás y maloláctica con arranque natural. Crianza de 12 meses en barrica americana y francesa de 225 l. y 500 l. de 2º y 3er año. Reposo en botella durante 18 meses antes de salir al mercado. DO. Ribera del Duero. PVP sobre los 13 €
La cata:
Precioso color rojo picota de capa media-alta con ribete carmesí. Lágrima fina y densa. Serio, elegante y con preciosa capa.
Nariz intensa en aromas limpios destacando las notas de frutos negros, regaliz, recuerdos de cacao, torrefactos y apuntes especiados (clavo, pmienta negra). Buen aporte mineral que se deja notar.
Boca con puro equilibrio acidez-alcohol que lo hace freso. Entrada sedosa, elegante, con paso pausado. Tanino goloso y equilibrio de sensaciones. Largo en recorrido -deseas que no acabe-. Con cuerpo y potencia, pero carente de agresividad. Volumen -te llena la boca de pura elegancia-.
Uno de los mejores vinos de la Ribera del Duero que he probado ultimamente nacido de entre 5 ha. en Nava de Roa fruto de microvinificaciones que van buscando el protagonismo del terruño y que esperamos que en breve sea cada uno protagonista de su propio vino.
Lo dicho, si tienen ocasión de que caiga en sus manos una botella de cualquiera de estos dos vinos, no dejen de probarlos. Vinos sinceros y sin artificios en el que se busca la personalidad de casta, terruño y elaborador. Estoy seguro que no les dejará indiferentes. En todo caso ya saben que, como enochalados, están en su blog y pueden comentar sus impresiones en el sentido que sean. Y si no se corresponden con las mías, lo negaré todo.
¡Salud y buen vino!
por elbaranda | Sep 26, 2018 | Colaboración, Ribera del Duero
*Éste es un artículo de invitado de Pedro Gallego, fundador y enólogo de Bodega Campos Góticos, que en época de vendimia, quiere trasmitirte cómo se vive la vendimia desde dentro de una bodega, y hacerte llegar la emoción que siente como viticultor y elaborador de vino, al recolectar la uva e iniciar la creación de sus vinos. ¡Al final del artículo te encontrarás con una sorpresa!.

Así vivo la magia de la vendimia
En el viñedo.
Estos días en una buena parte de las regiones españolas ya se ha empezado a vendimiar. Sin embargo, en la Ribera del Duero la cosecha se hace esperar.
Durante la primera quincena de octubre los cambios de temperatura entre el día y la noche en la zona del Duero pueden llegar a ser brutales. La caída de estas temperaturas en el crepúsculo es uno de los especiales secretos de la calidad de nuestros vinos tintos.
Hoy quiero descubrirte la magia con la que vivo la vendimia cada año como viticultor y elaborador de vino. Quiero contarte cómo mis sueños se hacen poco a poco realidad en cada vendimia.
Gracias a las lluvias del invierno y la primavera, este año se espera una producción alta en la Ribera del Duero.
Pero una cantidad excesiva puede perjudicar la calidad, así que, en Campos Góticos hemos ido liberando aproximadamente un 35% de racimos para descargar la planta y asegurar que las uvas tengan la calidad que siempre buscamos para elaborar nuestros vinos.

Tras descargar las plantas, la calidad de las uvas y la calificación final de la añada dependerá de la maduración fenólica y de que el clima acompañe durante las semanas previas a la vendimia con días cálidos y frío nocturno.
Durante todo el verano he realizado un control constante del viñedo para ver cómo iba evolucionando la maduración.
A medida que se aproxima la vendimia, los controles son más frecuentes y llega el momento de ir preparándolo todo para poder arrancar la vendimia.
Las semanas previas a la vendimia son muy emocionantes, poco a poco se acerca el sueño de muchos meses de trabajo, y a la vez sientes la gran responsabilidad de decidir el momento adecuado teniendo en cuenta la maduración de la uva y las previsiones meteorológicas.
A primera hora de la mañana, cuando el paisaje verde aún huele a tierra mojada por la esporádica lluvia de la madrugada, y sale el sol, comienza todo. Los vendimiadores empezamos nuestro trabajo con ganas y buenas expectativas, frotamos nuestras manos embutidos en polares y jerséis, que no darán paso a la manga corta hasta la hora de comer.
El trajín de estos días y las emociones encontradas, no es comparable a ninguna otra época del año. En estas jornadas de vendimia bebemos de la tradición de los recordados días familiares en los majuelos, que acababan convirtiéndose en improvisada fiesta. Hoy día, aún continúa el interés por conservar tan ancestrales procesos de trabajo y experimentamos la misma mezcla de alegría y extenuación.
En nuestra bodega, primera en el plantado de viñedos ecológicos en la Ribera del Duero, todo forma parte de un engranaje perfectamente organizado, bajo un sistema de agricultura biodinámica.
Comenzamos por repartir las tareas entre los vendimiadores, que recogen con diligencia la selección de las mejores uvas que aún conservan el frescor de la noche de nuestros viñedos mediante vendimia manual. Se hace con mimo y también con eficiencia.
Siempre me resulta conmovedor ver los primeros racimos en las cajas, casi como si fuera la primera vez.
Estas pequeñas cajas de aproximadamente 16 kilos son importantes, acogen nuestro mayor premio al trabajo de toda una temporada, las uvas; además de preservar intacta su calidad.

Otro equipo se encarga de la recogida de estas cajas de vendimia, que se cargan en remolques para su traslado a bodega. Realizamos el trasporte inmediatamente, de modo que antes de dos horas después de cortar el racimo, la uva ya esté en depósitos de fermentación bajo el control de manos expertas.
Las calles de los viñedos están entonces más vivas que nunca, con el ir y venir de los tractores. El ruido, el olor y el color son increíbles; ha comenzado la magia.
En la bodega…
Cuando entra la uva en la bodega se vive gran entusiasmo, caen los kilos de racimos con gran ansia en la cinta, donde eliminamos cualquier resto que no debe ingresar en los depósitos de fermentación, como hojas o algún racimo en mal estado, en caso de que por descuido algún vendimiador los hubiera puesto en la caja.
Trabajamos de forma muy organizada, prestando atención al orden y la limpieza en las distintas estancias de la bodega.
Toda la arquitectura, los espacios, los materiales y los equipos, fueron pensados con mimo y detalle cuando comencé hace ya dos décadas este proyecto, en mi obsesión por obtener lo mejor de las uvas siguiendo procedimientos naturales y ecológicos en un espacio único.
Inmediatamente después de seleccionar la uva en bodega, comenzamos el proceso del despalillado. Consiste en separar las uvas de la parte leñosa del racimo, ya que ésta no ingresa en el depósito, ni siquiera participa en la fermentación.
Lo hacemos como una cadena bien engrasada, es trabajo en equipo.
El siguiente paso es el estrujado, éste es un momento delicado e importante, donde atenazan ciertos nervios. Se aplasta la uva suavemente para extraer el mosto, es un momento sobrecogedor que vivo ilusionado, pues de la uva transitamos al mosto, el paso previo a la transformación en vino.
Realizamos un pisado artesanal de la uva usando depósitos de acero especiales, que permiten emular el pisado tradicional que se hacía antiguamente en las bodegas, para así extraer las mejores propiedades de la fruta, favoreciendo el contacto con las levaduras 100% autóctonas, responsables de iniciar la fermentación.

La uva permanecerá durante unos días macerando en frío a temperatura controlada, para extraer unos aromas y colores espectaculares, ya que estos compuestos se encuentran en la piel de la uva y la maceración favorece su extracción.
Después, comienza la fermentación con levaduras autóctonas del viñedo que ingresan con la propia uva y que convertirán el azúcar en alcohol.
La fermentación es un ejercicio de paciencia que se realiza por control de temperatura, no permitiendo que la temperatura exceda los 26 grados para preservar los aromas primarios de la fruta. No usamos ningún producto durante la elaboración del vino que no proceda de la uva, creamos vinos totalmente ecológicos.

El uso de levaduras naturales y autóctonas es una característica importante en los vinos Campos Góticos, uno más de los ‘pequeños’ detalles que cuidamos para conseguir que nuestros vinos ecológicos tengan carácter y personalidad, el carácter y personalidad más auténticos del terroir, de la Ribera del Duero, una de las regiones vitivinícolas más privilegiadas del mundo.
Una vez terminada la fermentación alcohólica y maloláctica, el vino se abre paso ante nosotros en todo su esplendor, se ha convertido en el más preciado presente.
Lo introducimos en nuestras barricas de roble francés para su proceso de envejecimiento, que confieren al vino carácter y elegancia, y le permiten una lenta evolución característica singular de los mejores vinos. Pero eso ya es otra historia…

En el corazón…
No pienses que todo es trabajo, como en la vida misma en un solo día podemos pasar de la tensión del estreno a la distensión del descanso.
Me gusta en estos días organizar comidas de hermandad. En ocasiones, hasta la gran mesa maciza de la bodega se queda pequeña. Un buen menú para reponer fuerzas es imprescindible.
Ya a mediodía hay grandes anécdotas de la jornada por contar y nadie deja aflorar el más leve síntoma de malestar o cansancio en este clima de concordia.
La bodega se llena por unas horas de un bullicio que le es ajeno y sin embargo, le colma de vida.
Queda la tarde de intenso trabajo, pero ya en este momento, siento la certeza de que nadie cerrará su día sin una amplia sonrisa y la satisfacción del trabajo bien hecho.
Este año será una vendimia más especial si cabe, pues en Campos Góticos cumplimos 20 años.
A veces, me parece mentira que los sueños se hayan hecho realidad. Un proyecto que comenzó con el mismo objetivo que continúa, el de crear vinos auténticos para que tú puedas vivir nuevas experiencias y disfrutar de momentos intensos.
Si has llegado hasta el final de mi artículo y has compartido conmigo mi pasión por la vendimia y por el vino, tengo un regalo para ti.
Me gustaría invitarte a participar en el sorteo de 3 botellas de vino Campos Góticos Reserva que hemos organizado para celebrar nuestro 20 aniversario.
Espero que tras leer mi historia, puedas disfrutar aún más de cada copa de vino.
Pedro.
por elbaranda | Jun 22, 2018 | Catas, merlot, Ribera del Duero, tempranillo, Vinos de copa en boca

Valtravieso crianza 2015.

Valtravieso cr. 2015 se elabora en la bodega con mayor altitud de la D.O. Ribera del Duero (950 msm) con un 89% de Tinta Fina, un 8% de Cabernet Sauvignon y un 3% de Merlot provenientes de las zonas de Roa, Moradillo y La Aguilera.
Terruño protagonizado por suelos pedregosos y con oscilaciones térmicas en verano de 18º entre el día y la nocha que son soportadas sin el alivio que pudiera aportar el «artificial» del riego por goteo realizado por otras bodegas. 14,5% vol. Crianza en barrica de roble francés durante 14 meses. PVP sobre los 14€.
La cata:
Precioso color picota de capa media-alta. Lágrima fina, densa y ligeramente tintada. Limpio y brillante. Aromas algo huraños en principio, pero que en agitación va desplegando unos inicios marcados por la fruta negra que se ve acompañada por sensaciones tostadas y de cacao, notas lácteas, toques especiados y sutiles florales. Complejo.
En boca muestra buena acidez y un buen ataque protagonizado por un tanino fino y goloso aportado por la crianza en barrica, aún con poderío que se ve acompañado por el tanino de la fruta. Largo, fresco, sedoso y con muy buen equilibrio en el que las notas secundarias no anulan al aporte primario. Retronasal compleja y elegante, muy disfrutable y con un alcohol muy bien integrado dejando al final sensaciones muy agradables con un ligero amargor que te marca recuerdos de regaliz, cacao y elegantes mentolados.

En resumen, me ha parecido un muy buen vino con vida por delante y alejado de las marcas de «maderitis» que pueden observarse en las elaboraciones de la zona. Refleja fruta y terruño muy bien conjuntados con una crianza equilibrada. Algunos lo pueden definir de comercial, yo lo dejaría en «elaborado para disfrutar».
Quizás la añada 2015, calificada como excelente, sea comparable a la excelepcional 2005 y por ello habrá que estar atento a los vinos de ese año marcados por una buena intensidad colorante, el predominio de los aromas frutales y el potencial aportado por los taninos dulces que muestran la buena maduración fenólica de la uva. Ya saben, ponganse en modo «busca y captura».
por elbaranda | Feb 12, 2017 | Catas, garnacha, Ribera del Duero, tempranillo
Podemos decir que Vera Vides 2015 es el pequeño de la familia de los vinos tintos elaborados por Andrea Sanz y Pablo Arranz, un proyecto vinícola, Magna Vides, que desde 2005 desarrollan en La Aguilera, en la Ribera del Duero Burgalesa, centrando el protagonismo en el terruño y en la recuperación de castas de más de 80 años, y un tanto olvidadas, como la garnacha blanca y tintorera, albillo mayor, bobal, pirulesa o alarije, entre otras, bajo una agricultura sostenible y ecológica.

Vera Vides 2015 está elaborado en un 95% con tempranillo y un 5% de garnacha. La crianza la realiza en barricas de roble durante 9 meses.
La cata:
En vista muestra un precioso y llamativo color picota madura con un ribete cardenalicio. Lágrima fina y lenta que tintan ligeramente la copa. Muy atractivo.
Nariz marcada por el claro predominio de la fruta negra y roja, y notas florales muy bien conjuntadas con el aporte de la crianza apenas perceptible, pero juganto su papel en un segundo plano. Sutiles toques balsámicos y terruño muy matizados acompañados por sensaciones vegetales que le aportan frescura. Elegante.

Boca con perfecto equilibrio entre acidez y alcohol. Tanino goloso, sedoso y pelín secante -no en vano acaba de salir y necesita pulirse con el tiempo en botella-. Muy buen paso de boca, largo, envolvente, con cuerpo y estructura y a la vez fresco.
Retronasal rica en matices (fruta, regaliz, flores, toques vegetales y de terruño). Largo y con un claro protagonista que se hace notar: su equilibrio.
Me ha gustado. Lo temía más duro, pero es pura seda con una acidez propia de la uva y del año. No le pidamos a la naturaleza lo que no puede dar. Un vino en la que la viña habla y en el que destacaría su equilibrio, la sedosidad y el excelente trato de la crianza, apenas perceptible. Hecho para disfrutar desde ya, aunque habrá que recatar con cierto tiempo porque estoy seguro que dará lo mejo de sí con un poco de descanso.
Fotos del autor y la de cabecera de http://concdecasa.blogspot.com.es
por elbaranda | Ene 23, 2015 | Catas, Gastronomía, Ocio, Regiones, Ribera del Duero, Rueda, tempranillo, verdejo, Viajes
Alma de Protos
La última vez que desembarqué en Peñafiel fue en tiempos en que se estaba construyendo la nueva mega-bodega de Protos, diseñada por Richard Rogers, y por ello fue una gran alegría el que, junto con un grupo de blogueros, fuera invitado por Álvaro Cerrada –Yalocatoyo, S.L.– para realizar una visita que se desarrollaría bajo el lema -ahora hastag- «#AlmadeProtos».

Tal vez muchos pensarán que vista una bodega, vistas todas ya que básicamente vienen a contener prácticamente lo mismo: zona de recepción, depósitos, sala de barricas, embotellado,…, pero algunas se diferencian de las demás porque además tienen alma y ésta es una de ellas.
Adentrándose bajo las entrañas de la loma en la que descansa el castillo de Peñafiel, cual nave varada, se encuentra la vieja bodega nacida en 1927 y que ha ido arañando su interior con una red de galerías horadadas a golpe de sudor a principios del siglo pasado y bajo la potencia de tuneladoras en la parte más moderna a finales del mismo, como bien se diferencia tanto en las paredes como en sus arcos fajones que la sustentan.

Paseando por sus más de dos kilómetros de recorrido te acabas sintiendo cual nibelungo en las profundidades de la tierra buscando el gran tesoro custodiado por las ninfas, y en este caso podríamos decir que nuestro gran tesoro sería el vino de Protos conservado en las 3.500 barricas que a los dos lados de las galerías y en la sala de crianza lo custodian y van desarrollando todas las características que le harán ser los buques insignias de la bodega.
Pero la visita no había hecho más que despertar admiración ante el tamaño y las dimensiones de la bodega, puesto que tras el recorrido, y como mandan los cánones y las buenas costumbres, nos esperaba la agradable sorpresa de una cata vertical de su vino más personal: Finca El Grajo Viejo.
Finca el Grajo Viejo.
Elaborado con la uva tempranillo del pago El Grajo Viejo de cepas de más de 70 años y con una producción de poco más de 9.000 botellas, es un vino que sólo sale al mercado en añadas excepcionales.

Mimado y cuidado desde el terruño es vendimiado en cajas de 20 kg. pasando por una mesa de doble selección. Macera con los hollejos y realiza la fermentación en barrica francesa de 500 l. durante 24 días a 28º C. La fermentación maloláctia la lleva a cabo en barricas de roble francés de 225 l y un envejecimiento de 18 meses en roble francés nuevo.
Álvaro nos propuso el juego de realizar una cata ciega con el fín de ordenar las añadas en las que se ha elaborado este vino de pago y catamos las añadas de Finca el Grajo Viejo 2006, 2009, 2010, 2011 y 2012 (¡y acerté!).

De ellas, sin duda, destacar el primer vino que se elaboró de esa finca y que en sus inicios se denominó Protos Selección 2006. Vino con vida por delante, pero muy disfrutable, con estructura, sedoso, redondo y elegante.
Junto a él Finca El Grajo 2009 muestra aún buen potencial y más nervio. Terruño, mineralidad, fruta y estructura. Largo, envolvente y realmente adictivo. Un buen vino, sin duda.
Los 2010, 2011 y 2012, aún siendo agradables y muy bien elaborados, muestran una necesidad de redondear, conseguir esa sedosidad y elegancia de sus hemanos mayores. Seguramente serán grandes vinos por el potencial, la acidez y la estructura que mantienen junto con un buen aporte frutal que prevalece.
Las combinaciones de Javier Peña.

Tras disfrutar con un juego en el que colocar las añadas de Finca el Grajo Viejo, la bodega nos propuso realizar un maridaje de sus vinos con platos elaborados por el cocinero Javier Peña, participante en la última edición de Top Chef y la verdad resultó una excelente experiencia.
1.- Cebiche de corvina con kikos acompañado de Protos Verdejo 2013.

El vino de color amarillo con menisco alimonado. Nariz con aromas de flores y fruta blancas, aporte tropical y notas anisadas. Boca freso, ligero y con un toque sutil de amargor final que lo hace adictivo, aunque no sea de mis vinos favoritos. Creo que debería marcar más la tipicidad de la verdejo y tienen materia y personal para conseguirlo.
2.- Brocheta en citronela de pollo y emulsioón de frutos rojos con Protos Barrica 2012

Vino color picota de capa media-alta. Lágrima ligeramente tintada. Notas en nariz de fruta negra y mermelada de fresa. Aportes lácteos y tostados. En boca tiene buena acidez, pero se muestra aún duro y con un tanino goloso que lo hace fácil de beber.
3.- Palominta de trucha con curry y salsa de yogur con Protos Crianza 2011

Crianza de color picota y menisco ligeramente rubí. Lágrima fina y densa. Nariz con notas de mermelada de fruta negra, balsámicos, tostados, especiados y sutiles notas de verdor. Boca con buena acidez, taninos golosos y aporte frutal. Buen recorrido y promete buena proyección.
4.- Arroz meloso con setas, manitas de cerdo y leche de coco con Protos reserva 2010

Picota de capa media y menisco rubí. Nariz con buen aporte de mermelada de fruta roja, cacao, mentolados, elegantes lácteos y balsámicos. En boca muestra un buen ataque e intensidad. Ricos taninos. Goloso y con muy buena acidez. Excelene y con vida por delante.
5.- Sandwich de rabo de toro estofado deshuesado con Protos Gran Reserva Especial 1986

Gran reserva con un bonito color rubí y mensico anaranjado. Nariz con notas de buen buquet, carne cruda, apuntes de cáscara de naranja y guindas en licor. Toques animales, cueros. Boca con buena acidez. Equilibrado y con buen recorrido. Un vino muy bien hecho y muy disfrutable. De los que denomino «de trago largo».

El tunel del tiempo.
Después de recorrer galerías, cementerios de botellas, salas de crianza y de disfrutar con vinos y viandas dimos un salto en el tiempo para aparecer dentro de la nueva bodega de Protos, enmarcada en el siglo XXI de la mano de Richard Rogers y pasando de la roca y el ladrillo al cristal y la madera, de la robustez a la ligereza de formas, de la oscuridad a la luz, del pasado al futuro.

La bodega, enmarcada en su entorno y cuyo elemento emblemático es su cubierta, está compuesta por cinco crujías abovedadas que imitan a barricas que nacen de la tierra. Ocupa 20.000 m2 y tiene capacidad para almacenar 3.500.000 botellas y 5.000 barricas contando con la última tecnología de seguimiento analítico para controlar la calidad de la uva en todo momento mediante rayos infrarrojos.

El edificio, que se asienta sobre un zócalo triangular, ocupa la totalidad del solar. Las cinco bóvedas parabólicas entrelazadas que descansan sobre grandes arcos de madera laminada se han revestido de piezas cerámicas de gran formato para crear una estructura articulada ligera y creando una forma modular.

Tal vez faltase el acercarse a ver lo que, para mí, es el alma de todas las bodegas: su viñedo, y en concreto, la viña de la Finca El Grajo Viejo. Conocerla, pisar su suelo, tocar su tierra o acariciar en la viña las arrugas marcadas por el tiempo. Espero volver a Protos y tener la oportunidad y el placer de conocer esa parte tan importante e imprescindible.
La compañía
Siempre se recuerdan las visitas, a parte de por la espectacularidad o la singularidad de lo visto, por la compañía y, en este caso, el poder conocer al staff de Protos, jóven, dinámico, profesional y con futuro y poner nombre a blogueros que sigo y admiro desde hace mucho tiempo, hablar con ellos y compartir la experiencia hace que quede un grato y entrañable recuerdo en la memoria.

Fue realmente un placer: Fernando Villaba, Eduardo y María, Álavaro Cerrada, Juan Burgos, José Luis Martínez Díaz, Rafael Rincón, Paco Becerro, J. Ricardo, Rafa Tobar, Vicente González, Mavi, Lola y David Vázquez
por elbaranda | Dic 27, 2014 | Catas, Ribera del Duero, tempranillo, Vinos
6 vinos de la Ribera del Duero, 6
Hacía tiempo que no catábamos en el Enolobby Charro vinos de la Ribera del Duero y la verdad es que ya tocaba acercarse más a nuestra tierra después de haber dado tumbos por medio mundo disfrutando de sus néctares.
En este caso había organizado una cata a ciega con una serie de Riberas del Duero que tal vez se alejan de lo que viene a ser lo común en esta zona, incluyendo alguna «malicia» para ver cómo procedían los miembros del grupo, amén de verles las reacciones suscitadas en sus caras.
En una palabra intentaba huir de vinos con sobremaduración, sobreextracción, sobre… (pongan los que quieran) y acercarme a vinos cuyas señas de identidad estuvieran marcadas por la finura, la fruta, la frescura y la posibilidad de disfrute en un tiempo no muy lejano sin agotarse a la vuelta de la esquina.
Unos más que otros cumplieron con todas o casi todas las características buscadas, pero mantengamos el suspense hasta el final y por favor no hagan como los malos lectores de novela negra ¡y NO lean el final sin pasar antes por el principio!.
Los vinos ocultos:
Bonito color picota de capa alta, intenso, oscuro. Con lágrima ligeramente tintada, fina y lenta.
Nariz en la que afloran las notas de frutos rojos y negros, sutiles mentolados, tostados, ligeros verdores que le dotan de frescor, hojarasca y notas de caballería.
En boca muestra buena acidez. Pelín astringente y un tanino maduro. Largo. En retro vuelven las notas frutales, el toque de brett y un toque de bombón de chocolate negro que lo hacen adictivo.
Picota de capa media alta, brillante. Lágrima fina y densa. Bonito y atractivo en vista.
Nariz con despliegues de fruta roja y negra, cacao, láctos y notas ligeramente terciarias.
En boca tiene buena acidez. Algo secante y con el roble más marcado, pero mostrándose fresco. Se nota que le falta botella.
Bonita capa de color picota con intensidad media-alta. Lágrima fina y densa.
Notas de fruta roja, vainillas, sutiles toques minerales, chocolate, aportes mentolados y un recuerdo a mostaza de Dijon.
Buen acidez en boca. Se muestra goloso, fresco, directo, elgante. Retronasal en la que las notas de fruta predominan y marcan el desarrollo del vino. Largo. Para disfrutar y con visos también de desarrollarse bien en el tiempo.
Picota de capa alta, precios en vista, llamativo. Lágrima fina y densa y ligeramente tintada. Serio.
En nariz predomino de frutas y notas tostadas de la crianza, vainillas, café y apuntes de caramelo de toffe. Elegante. No te cansas de pasar las papilas olfativas y seguir disfrutando.
En boca aún manteniendo buena acidez se hace un poco pesado tal vez porque aún está por «ajustar» el alcohol. Por lo demás es un vino redondo y elegante, aunque la fruta queda en un segundo planto ante la madera. Lo dicho, falta ensamblar, pero con muy buenos «mimbres».
Mantiene la nota de los vinos anteriores con una capa alta, color picota y lágrima fina y densa. Bonito.
En nariz se aprecian notas de fruta roja compotada, cacao, chocolate, toques mentolados y balsámicos.
En boca se nota que es un vino al que le falta «hacerse» con cierto desequilibrio entre acidez y alcohol que lo dejan ligeramente descompensado. Falta botella y el hecho es que a medida que avanza la cata el vino mejora.
Bueno éste se aparta de los criterios seguidos hasta ahora apareciendo un color picota de capa media y menisco carmesí que avisa ciertamente de su juventud.
En nariz se muestra fresco con notas de fruta roja, toques de panadería y apuntes florales -descoloque general- y sutiles aromas de tofe.
La boca mantiene una buena acidez, un tanino aún secante, pero que se muestra fresco. Final ligeramenta amargoso, pero adictivo. Retronasal marcada por las notas de fruta fresca y las notas florales. El «juguete» de la cata.
Los vinos al descubierto:

100% tempranillo. Este vino sólo se elabora en cosechas especialemente significativas respecto de la calidad de la uva y de las condiciones de la añada. Se vinificó con el 50% del raspón y posteriormente se realizo la crianza en barricas de roble francés azuelado y no tostado durante 36 meses. PVP 30 €.

Este vino procede de las uvas de un único viñedo, Finca La Navilla, situado a una altitud de 844 m.s.m.
Elaborado con 100% Tinta del país permanece en barrica de roble francés durante 20 meses. PVP 25 €.
3.- Viña Fuentenarro Vendimia Seleccionada 2011. Bodegas Fuentenarro.

La uva procede del viñedo de El Pino propiedad de la bodega, situado en La Horra (Burgos).
Elaborado con uva Tinta del país y con una crianza sobre sus propias lías en barricas de roble francés y americano, coupage previo al embotellado. PVP 11 €.
4.- Viña Sastre Pago de Santa Cruz 2011. Bodegas Viña Sastre.

Elaborado a partir de viñas de unos 64 años de edad, pasa por una crianza en barricas de roble americano durante 18 meses. PVP 35 €.
5.- Preludio de Sei Solo 2011. Bodega Sei Solo

«Sei Solo» son las dos primeras palabras de una de las obras maestras del gran músico alemán Johann Sebastian Bach, compositor favorito de Javier Zacagnini y al cual busca rendir homenaje con sus vinos: el conjunto de seis obras conocido como «Sonatas y Partitas para violín solo, BWV 1001-1006», originalmente «Sei solo a vviolino sensa Basso accompagnato».
Elaborado exclusivamente con uvas de tinto fino procedentes de La Horra de 9 parcelitas con viñas de entre los 60 y los 90 años que dan apenas 1.400 kg./ha. Superselección de las uvas, fermentaciones en 4 pequeños fudres y crianza en roble francés. PVP 26 €.

Jorge Monzón ha trabajado en bodegas míticas como la Romanée Conti o Vega Sicilia y ha dirigido viticultura y enología en Arazuaga durante 9 años.
En 2010 junto a su mujer, Isabel Rodero, empieza a elaborar sus primeros vinos de 30 ha. de viñas muy viejas cultivadas en ecológico y 5 ha. de viñas más jóvenes.
El vino está elaborado con las uvas Tempranillo, Blanca del País, Garnacha y Bobal.
Las uvas no se despalillaron y maceraron posteriormente en frío. El mosto fermentó a temperatura controlada y realizó la maloláctica en cubillo de roble, criándose enlos mismos cubillo durante 19 meses. PVP 25 €.

Conclusiones:
Terruño, tipicidad o personalidad son características que busco en los vinos huyendo de sobreextracciones, sobremaduraciones, crianza en detrimento de fruta, homogeneidad de añadas en contra de diversidad, pesadez versus frescura.
Afortunadamente hay viticultores, elaboradores o bodegueros que apuestan por «reinventar» la zona y acercarnos elaboraciones que nos hacen pensar que aún hay vida más alla de la «Ribera del Duero» al uso.
Hoy os he querido acercar algunas de ellas ya que, para nuestro disfrute, cada día hay nuevos vinos y viticultores que se acercan a ese tipo de características alejándonos del aburrimiento que muchas veces nos provocan aquellas elaboraciones que buscan un consumidor «esclavo» de parámetros repetitivos añada tras añada y que lo que realmente conlleva es a una minusvaloración de los vinos de la Ribera del Duero. Lo valorado es lo distinto, lo personal, lo inimitable.
En la cata no buscábamos un ganador sino apreciar distintas elaboraciones de vinos de la Ribera del Duero alejados de los parámetros establecidos en la mayoría de los vinos acogidos a la Denominación de Origen a día de hoy.
Como conclusión comentar que Fuentenarro VS mantiene una RCP imbatible, codeándose sin compeljos. El más alejado de cánones al uso fue sin duda Gran Fausto. Directo, Viña Pedrosa La Navilla, disfrutable desde el principio. La elagancia vino marcada por un gran Viña Sastre Pago de Santa Cruz. Preludio de Sei Solo es el que más botella necesita. ¿Infanticidio?, lo asumo; con todo mantienen excelentes virtudes para ser un gran vino dándole algo más de tiempo. Por útlimo, El Pícaro del Águila –la malicia de la cata– fue el que descolocó a más de uno, pero que acabó siendo el jugete de la cata. Muy disfrutable y distinto.
Si algo me produce más satisfacción es ver cómo los vinos de cada añada son distintos a los aneriores porque no puede ser de otra forma principalmente porque su terruño y su viña han sufrido las modificaciones producidas por un clima cambiante. No se puede elaborar vino como quien fabrica coches porque hay principios que no pueden ser modificados por el ser humano, y ese es el privilegio por el que el vino es una bebida de dioses.
Comentarios del personal