Goyo García Viadero,  hacedor de vinos.

Goyo García Viadero, hacedor de vinos.

La verdad es que siempre me ha llamado la atención el comprobar que somos un país que estamos al mismo tiempo a la cabeza y a la cola en un mismo sector.

Sí, me explico: somos uno de los países con más casas construidas y a la vez con más viviendas vacías o uno de los que más libros edita y a la vez menos lee o -en el caso que más nos atañe- el país que menos consumo de vino tiene per cápita -16 míseros litros- y más volumen genera -graneles sobre todo-.

Y a pesar de ello, en el último aspecto, contamos con excelentes elaboradores -en este caso estoy de acuerdo con Federico Oldenburg y hablaría más de un «hacedor de vinos»- que en su gran mayoría venden toda o casi toda su producción al exterior y son, por lo general, unos perfectos desconocidos en nuestro país para el común de los mortales.

Como bien sabéis me empeño en que aquellos que tienen algo que contar en el mundo del vino -y son cada día más afortunadamente-  nos transmitan sus sensaciones, su filosofía de trabajo, sus ideas o pensamientos en directo para el grupo de cata que dirijo y que es conocido como el «Enolobby charro», dejando ya una pista de dónde nos podemos situar geográficamente.

Goyo García Viadero

Goyo García Viadero

Y este curso, como colofón del mismo, tuvimos el placer de contar con Goyo García Viadero, que sin pensárselo mucho se acercó hasta Salamanca y  nos transmitió sus sensaciones no sólo sobre sus vinos, sino de por qué los elabora de forma distinta a lo «generalmente» establecido. Persona sencilla y afable, buen conversador y apasionado de lo que hace como quedó patente en las más de tres horas de cata.

Su filosofía de trabajo queda experesada en sus palabras:

«Soy heredero de la historia del vino de la Ribera del Duero, de sus activos en forma de vides y de su cultura en forma de vino. Viñas muy viejas, variedades de uvas autóctonas y mis conocimientos. Sin enzimas, sin exceso de roble, sin sobreextracción, el vino se hace en la viña.

Con mi proyecto personal tengo la intención de restaurar el respeto por la tierra de mis antepasados ​​y honrarlos como elaboradores de vinos desde hace siglos, de la manera más natural, honesta y sincera.«

Goyo elabora, dentro de sus proyectos personales, en tres zonas: La Ribera del Duero (Olmedillo de Roa, Villanueva de Gumiel y Anguix); en Cantabria en el Valle del Liébana (Pumareña y Los Cos) y en la Ribera del Arlanza. Mantiene las cepas según están en el majuelo y elabora los vinos de éstos con las variedades que en él están sin separarlas.

Los vinos:

1.- Cobero 2012

Cobero Palomino 2012 18-06-2014 19-15-47 18-06-2014 19-15-47

Elaborado igual que un tinto con una larga fermentación y macerado con los hollejos.

Zona: Pumareña y Los Cos (Cantabria)
Orientación: sureste ladera empinada
Altitud: 600-800 m
Las precipitaciones anuales: 800 a 1,000 l / m2
Clima: Atlántico
Suelo: pizarra negro sobre arcilla y arenisca
Densidad de plantación: 4.000 x Ha
La poda en vaso
La cosecha en estilo recolección manual tradicional

Fermentación: 10-15 días
Maceración: 15 días
Crianza: 5 meses en acero inoxidable.
Sin filtración y sin estabilización
Uvas: Palomino Fino
Producción: 500 botellas.
Cosecha: 2012
Vino de Mesa

La cata:

Cobero Palomino 2012 18-06-2014 21-24-51

De color amarillo dorado con lágrima fina y densa. Muestra cierta turbidez. Refleja cierta turbidez. En nariz despliega aromas de fruta amarilla (membrillo), manzana asada, lima, flor de acacia, notas minerales, toque de caramelo e incieso y sutiles recuerdos de miel. En boca tiene un punto carbónico, muy buena acidez y notas salinas. Es un vino envolvente, largo y complejo. Personal. Excelente y que fue evolucionando a mejor a lo largo de la cata.

2.- Cobero 2012

Cobero Mencía y Palomino 2012

Cobero Mencía y Palomino 2012

Ciudad: Pumareña y Los Cos (Cantabria)
Orientación: sureste ladera empinada
Altitud: 600-800 m
Las precipitaciones anuales: 800 a 1,000 l / m2
Clima: Atlántico
Suelo: pizarra negro sobre arcilla y arenisca
Densidad de plantación: 4.000 x Ha
La poda en vaso
La cosecha en estilo recolección manual tradicional

Fermentación: 10-15 días
Maceración: 15 días
Envejecimiento: 16 meses en barricas usadas de 225 l. con una edad de 10 a 12 años.
Sin filtración
Sin estabilización
Uvas: Mencía (70%) y Palomino Fino (30%)
Producción: 1.800 botellas.
Cosecha: 2012
Vino de Mesa

La cata:

Cobero Mencía 2012

De llamativo color pictoa de capa media y menisco carmesí. Lágrima fina y densa. En nariz se muestra elegante con un inicio de fruta roja madura, canela, toques de carne y chocolate. Sutiles notas de bret, salinos y ciertos toques de verdor que no molestan. Madera elagante y muy bien conjunada. Sedoso, elegante, con una excelente acidez que le da frescura y un toque mineral que habla de terruño.

3.- García Semova 2013

(No es que se me haya olvidado la etiqueta, es que no le habían llegado a Goyo)

Zonas: Revilla Cabriada, Ermita de Mancilles y Covarrubias (Burgos)
Orientación: sur suroeste
Altitud: 880-900 m
La precipitación anual: 650 l / m2
Clima: Continental
Suelo: cantos y arenisca
Densidad de plantación: 3.000 x Ha
La poda en vaso
La cosecha en estilo recolección manual tradicional

Fermentación: 75 días
Maceración prefermentativa en: 3 semanas
Envejecimiento: 3 meses en viejas barricas de 225 l.
Sin filtración
Sin estabilización
Uvas: Tinta Fina (75%) y Albillo (25%)
Producción: 2.700 botellas.
D.O. Ribera del Arlanza
Cosecha: 2013

La cata:

De color rubí y capa baja y un menisco con un toque ligeramente azulado. Atractivo y llamativo. En nariz necesita airearse para que los toques azufrados den paso a fruta roja, regaliz y notas minerales. En boca mantiene una excelente acidez, mostrándose fresco y largo. Excelente. Demuestra que se pueden hacer vinos en Arlanza… como siempre se hicieron.

4.- Finca «El Peruco» 2011

 Finca El Peruco 2011

Finca El Peruco 2011

Ciudad: Olmedillo de Roa (Burgos)
Orientación: noreste
Altitud: 860 m
La precipitación anual: 670 l / m2
Clima: Continental
Suelo: piedra arenisca sobre arcilla
Densidad de plantación: 2,000 a 2,500 x Ha
La poda en vaso
La cosecha en estilo recolección manual tradicional. Prensado manual.

Fermentación: 10-15 días
Maceración: 3 semanas
Envejecimiento: 17 meses en barricas usadas de 225 l.
Sin filtración
Sin estabilización
Uvas: Tinta Fina y Albillo
Producción: 1.500 botellas.
D.O. Ribera del Duero
Cosecha: 2011

La cata:

Picota de capa media y menisco carmesí. Atractivo. Lágrima fina y densa. Nariz explosiva con fruta roja y negra, toques de cacao, almizcle y sutiles notas de bret. En boca es sedoso, elegante, con excelente acidez y tanino pulido. Laaaaaaargo y muy disfrutable.

5.- Valdeolmos 2010

Finca Valdeolmos

Finca Valdeolmos 2010

Zona: Villanueva de Gumiel (Burgos)
Orientación: noreste
Altitud: 890 m
La precipitación anual: 670 l / m2
Clima: Continental
Suelo: piedra arenisca sobre calizas
Densidad de plantación: 3.100 x Ha
La poda en el árbol
La cosecha en estilo recolección manual tradicional

Fermentación: 10-15 días
Maceración: 3 semanas
Envejecimiento: 16 meses en barricas usada de 225 l. con una edad de 7 a 9 años.
Sin filtración
Sin estabilización
Uvas: Tinta Fina y Albillo
Producción: 1.900 botellas.
D.O. Ribera del Duero
Cosecha: 2010

La cata:

Picota de capa media. Limpio. En nariz notas de fruta negra, sutiles tostados y toques minerales. Apuntes de incienso y cacao. En boca mantienen una excelente acidez. Es sedoso, fresco y largo, con un tratamiento de la madera elegante y sin restar un ápice de protagonismo a la fruta.

6.- Viñas de Arcilla 2010.

Finca Viñas de Arcilla 2010

Finca Viñas de Arcilla 2010

Zona: Anguix (Burgos)
Orientación: sur y con un pinar al NW.
Altitud: 810 m
La precipitación anual: 670 l / m2
Clima: Continental
Suelo: arcilla roja y arenisca
Densidad de plantación: 3.100 x Ha
La poda en el árbol
La cosecha en estilo recolección manual tradicional

Fermentación: 10-15 días
Maceración: 3 seman
Envejecimiento: 20 meses en barricas usada de 225 l. de 8 años.
Sin filtración
Sin estabilización
Uvas: Tinta Fina (100%)
Producción: 1.700 botellas.
D.O. Ribera del Duero
Cosecha: 2010

La cata:

De bonito color de cpaa media alta y lágrima fina y densa. Nariz en la que marca la fruta negra junto con aportes de cacao, mentolados y sutiles notas de naranja sanguina. En boca es goloso, con «músculo», con tanino un «pelín» secante que seguramente se suavizará con el tiempo. De trago largo y adictivo. Excelente.

Conclusiones.

En copas

Si he de trascribir las sensaciones que se escucharon a lo largo de la cata indicaría calificativos como: personales, distintos, hay luz al final del tunel en la Ribera del Duero, elegante tratamiento de la madera, de trago largo, complejos o adictivos, a los que yo añadiría el término camaleónicos  ya que son vinos que evolucionan, cambian y transmiten distintas sensaciones a lo largo de toda la cata dando la sensación de que hemos disfrutado con 18 vinos en vez de con 6.

Creo que Goyo consigue elaborar vinos que te hablan de terruño, de castas, de una forma de hacer el vino como tal vez se hiciera en otra época en la que no se estaba tan influenciado por modas y usos que nos han llevado a la globalización vinícola. Realmente ha tenido el valor -como otros viticultores intrépidos en los últimos años- de alejarse de una ortodoxia establecida arriesgandose a no ser comprendido y, por extensión, valorado, y por ello me quito el sombrero ¡Salud maestro!.

Visita de Germán R. Blanco con sus Milús. ¡Siempre un placer!

Tuve el placer de estar en la última visita de Germán R. Blanco en Salamanca y poder disfrutar de los vinos que elabora en la Ribera del Duero con su Milú a la cabeza, algo que siempre es un placer.

Germán R. Blanco

Elaborador de 75.000 botellas al año de viñedos con una edad que oscila entre los 35 y los 150 años, vendimiando parcelas por separado y elaborando cada una de ellas también por separado. Realiza la maceración en frío y bazuqueos, con una adición mínima de sulfuroso y no hace ni filtrados, ni clarificados ni estabilizaciones sobre sus vinos.

Los Milús

Pero vamos con los «Milús»

1.- Milú Roble, 2011

100 % tempranillo. Elaborado en barrica de roble francés y americano de 3, 4 y 5 años.

Quinta Milú roble 2011

Cata:

Muestra en vista un color picota de capa alta con menisco carmesí y lágrima ligeramente tintada, fina y lenta que más que lágrima es un «quejío». Precioso.

En nariz, notas de fruta roja y negra. Apuntes de ahumados, blasámicos y cacaos conjutados con minerales y ligeras notas de su paso por roble. Muy agradable.

En boca muestra buena acidez con un ataque secante, pero goloso, tánico y potente, dando muestras de que tiene que redondearse en botella, pero con muy buena proyección.

2.- Quinta Milú La Cometa 2010.

100% tempranillo. El 45% del vino se pisa y no se despalilla. Fermenta durante 16 meses en barricas de roble francés de 225 y 500 l. abiertas y usadas.

Quinta Milú 2010

Cata:

Color picota de capa alta y menisco carmesí. Lágrima fina, tintada y lenta.

En nariz fruta negra, ahumados, notas lácteas (nata y fresa), cerezas y toffe, con una clara evolución aromática en copa a lo largo de la cata.

En boca mantiene una buena acidez. Se muestra tánico, pero no agresivo con cierta sensación secante (piel de castaña). En retronasal notas de chocolate y balsámicos, y ligeramente cálido.

3.- Quinta Milú La Cometa 2011

Milús en copa

Cata:

Mantiene las mismas características cromáticas que La Cometa del 2010: picota, capa alta, lágrima tintada y densa. Limpio.

En nariz necesita aireación para que desaparezcan unas notas de azufradas que dan paso a notas frutales maduras (roja y negra), yogur de fresa. Muy frutal.

En boca se muestra goloso, con buena estructura y acidez, fresco y agradable. Un vino de guarda, pero muy disfrutable en el que no se aprecian notas cálidas ni pesadez.

4.- Quinta Milú El Malo 2009

100% tempranillo. Crianza de 18 meses en barricas de roble francés nuevo de 500 y 225 l.

El Malo 2009

Es un vino de viña de 1 ha. con una edad de 36 años y plantada en espaldera, concretamente de un viñedo de nombre Camino del Calvario plantado sobre una tierra dura y fría de arcilla que dificulta y ralentiza su maduración todos los años. Sólo se han elaborado 900 botellas.

Cata:

Color picota de capa alta. Lágrima fina. Limpio y brillante.

En nariz apuntes iniciales de azufre que desaparece en agitación. Notas de fruta negra y lácteos. Chocolate, ahumados, especias, vainillas. Tiene una nariz elegante, redonda.

En boca se muestra aún astringente y secante, con un taninto potente y buena acidez. Le falta redondear. Le falta tiempo en botella, pero sin duda tiene muy buena proyección.

5. – Viñas Viejas Quinta Milú Pilar 2009

Uvas provenientes de una parcela con 70 años de edad.

De este vino sólo se han elaborado magnums de una barrica de un año de 225 l, tostado medio y tras una crianza de 23 meses.

VV para Pilar 2009

Cata:

Muestra picota de gama alta. Lágrima fina y densa.

En nariz, cerrado de inicio, pero delicadado. Al airearlo  aparecen notas de fruta negra, balsámicas y vainillas.

En boca se muestra fresco, con buena acidez, goloso, sedoso y con buen recorrido.

6.- Quinta Milú El Malo 2010.

Como primicia nos acercó Germán un vino aún por embotellar y claramente por hacer. En vista mantiene la uniformidad de sus hermanos con una gama cromática centrada en los colores picotas de capa alta. En nariz se muestra cerrado en el que predominan aún notas lácteas y apuntes de cacao. Falta ensamblarse y redondear, aunque como muestra de lo que llegará tiene buenos mimbres que habrá que comprobar cuando salta al mercado.

Conclusiones:

Se disfrutó, a parte de con la agradable compañía de Germán, con una batería de vinos  en los que se diferencian dos líneas: una dedicada al consumo, vamos a llamar «fácil» a través de su Quinta Milú y otra más «seria» como son La Cometa y El Malo, vinos con proyección y con visos de evolucionar bien en el tiempo.

Corchos

En cuanto a las características todos mantienen una uniformidad en las notas cromáticas y esa dosis de frescura que los hacen agradables aunque algunos de ellos tengan apuntes de dureza que tienen que pulir, amén de destacar por el buen ensamblaje con la medera que hace que predominen las notas frutales sobre la crianza.

Como simpre, un placer contar con el padre de las «criaturas» y disfrutar con su compañía y explicaciones que espero repita por estas tierras.

¡Salud!

Tempranillos 2004-2005 y algo más. Una cata ciega veraniega.

La verdad es que no hay nada como que un buen amigo toque generala para invitarnos a disfrutar de una cata ciega de tempranillos 2004-2005 en plena canícula veraniega para asistir más que encantados cual llamada del flautista de Hamelin.

Y dicho y hecho. Fuimos enfrentando nuestra vista, olfato y gusto al ejercicio de desentrañar qué vino podía ser, de qué zona, añada y bodega, claro que a lo más que nos acercamos -al menos yo- fue a la zona de algunos y ¡gracias a Dios que la uva ya nos la sabíamos!. ¡No hay mejor cura de humildad para bodegas y catadores que una cata ciega!.

Pero vamos a ir comentando cada uno de los vinos en cuestión y descubriendo las etiquetas  para que no acabéis de comeros las uñas y terminar con los muñones de los dedos ¡qué os conozco!.

Vino nº 1:

Picota de capa media. Lágrima fina y densa. Notas de reducción y volátil. En aireación empieza a desplegar aormas terciarios: cueros, cáscara de naranja, almizcle. Notas de regaliz y minerales. En boca presenta una buena acidez mostrándose fresco, goloso y un pelín secante.

Según va evolucionando la cata muestra una clara disminución de cualidades e intensidad.

Vino nº 2:

Rubí de menisco atejado. Lágarima viva y fina. Capa baja. En nariz notas especiadas con un punto de carne cruda, retama, frutas rojas en licor y cáscara de naranja. Ligeros lácteos, torrefactos y tostados. En boca se muestra fresco, con buena acidez y largo recorrido. Buena estructura, ligeramente licoroso y envolvente.

Vino nº 3:

De color rubí con menisco atejado. Lágrima fina y viva. En nariz notas de yodo, fruta roja en licor, tostados, mentolados y regaliz (pastilla de Juanola). En boca se muestra equilibrado, sedoso, fresco, con buena estructura y envolvente. Largo.

Vino nº 4:

Picota de capa media. Se muestra en nariz un poco cerrado. Aireado nos ofrece aromas lácteos, fruta roja, notas de caramelo, vainillas y balsámicos. Una boca ligeramente astringente y pelín tánica. Buena acidez, goloso.

A lo largo de la cata le cuesta abrirse aunque evoluciona a mejor con notas de torrafactos cacaos y bombón.

Vino nº 5:

Picota de capa media. Lágrima fina. En nariz muestra inicialmente ligeros verdores y tostados. Cerrado. A lo largo de la cata evoluciona dando aromas de fruta roja, punto lácteo, tostados, café y notas de cuero. En boca muestra una buena acidez y pelín secante con notas astringentes. Buena estructura pero le falta aún botella.

Vino nº 6:

Rubí con menisco ligeramente atejado. En nariz notas balsámicas, algo de caucho, tostados. Almizcle y fruta roja licorosa. De corta intensidad olfativa. En boca se muestra secante con esa sensación de piel de castaña.

Vino nº 7:

Picota de capa media. Lágrima fina y viva. Notas de reducción. Necesita aireación. Ligeros apuntes de humedad. A lo largo de la cata evolucionará con notas de fruta negra, tostados y torrefactos. Notas de sobremaduración. En boca muestra una justa acidez, cálido, goloso y pesado.

Los vinos al descubierto.

Vino nº 1: Pesquera Crianza 2004. Bodegas Pesquera. DO Ribera del Duero.

Vino nº 2: Carlos Serres Gran Reserva 2004. Bodegas Carlos Serres. DOC Rioja.

Vino nº 3: Caecus Crianza 2004. Bodega Pago de Larrea. DOC. Rioja.

Vino nº 4: Cenit 2004.  Bodegas Cenit. V.T. Zamora.

Vino nº 5: Sinforiano 2005. 14,9%. Sinforiano Bodegas. DO Cigales.

Vino nº 6: Mesopotamia 2005. 100% Juan García. 13,5%. Bodegas y Viñedos Entre Ríos. DO Arribes.

Vino nº 7: Novellum 2004. Tinta de Toro. Bodegas Rejadorada. DO Toro.

Conclusiones:

Pesonalmente los vinos con los que más disfruté fueron con Carlos Serres GR 2004 -todo un descubrimiento para mí, además de tener una muy buena RCP para los que quieren iniciarse ante un Rioja «clásico»-, Caecus Cr. 2004 y Sinforiano 2004 -aunque como comento, le falta botella, pero muestra buenas hechuras-.

En un segundo grupo estarían Cenit 2004, cuyo exceso de madera y su escasa evolución a lo largo de la cata -al menos hasta que yo me fuí- lo penalizan; Pesquera Cr. 2004 -me defraudó, esperaba más de este vino y más en esa añada-; Mesopotamia 2005 y Novellum 2004 -vino que siempre que lo he probado me ha gustado, pero que esta vez no dió la talla, tal vez por problemas de botella-.

Disfrutamos y como siempre, y quizás más importante, seguimos aprendiendo.

Si junto al disfrute de la cata le añadimos unas lascas de queso de oveja de Monleón, cecina de vacuno, jamón ibérico, una empanada de dátiles con bacon y la buena compañía, no podemos pedirle más a la jornada.

Por el Valle del Cuco

Hace unos días tuvimos el placer de visitar Curiel de Duero, situado a la entrada del Valle del Cuco, localidad cercana a Peñafiel y que cuenta con un precioso castillo en lo alto de un cerro rocoso, siendo el más antiguo de Valladolid al estar construido sobre un casella romano del siglo IV.
Nuestra visita no era precisamente visitar el castillo de Doña Berenguela, sino una bodega de la que habíamos oido hablar: Centum Cadus y conocer a su «alma mater» Justo Casado, elabordor de unos vinos amparados bajo la D.O. Ribera del Duero y con nombre de Dominio del Cuco.

Excavada en la roca y con capacidad de 100 barricas, -de ahí el nombre en latín de la bodega,Centum Cadus-, somos recibidos por Justo y su mujer, gente hospitalaria donde las haya y que disfruta enseñando y compartiendo sus experiencias.

Los viñedos de la bodega, situtados a más de 900 metros de altitud se extienden por los términos municipales de Pesquera de Duero y Baños de Valdearados, elaborando vinos bajo el más puro concepto de «vigneron», de viticultor, dejando «hablar» al terroir, huyendo de la estandarización de las elaboraciones y buscando la personalidad propia que da cada año el clima, la tierra y la vid.
Frutos de esos trabajos nacen vinos que, en primer lugar, llaman la atención por su carácter cromático, su intensidad de color y el predominio de la fruta, su equilibrio y su personalidad.
Vinos serios, intensos, equilibrados, largos y con muy buena estructura que están dando alegrías a Justo fruto de un buen trabajo iniciado en el terreno y que culmina con la elaboración y crianza en bodega.

En la actualidad elabora dos tipos de vino: Dominio del Cuco y El Especial Dominio del Cuco.
Elaborados con tempranillo y con crianza en barricas de roble francés y americano, y estabilizando con medios naturales.
Pero creo que lo mejor es dejar hablar al padre de las criaturas. Con ustedes Justo Casado.
¡Qué ustedes disfruten!

Viyuela 2003, crianza y reserva


Coincidencias de la vida, he tenido ocasión de probar estos vinos ambos del 2003 -añada maldita para muchos- de Bodegas Viyuela, de Bodada de Roa (DO Ribera del Duero), con resultados satisfactorios.

Viyuela Crianza 2003.
100% tempranillo. Crianza en barricas de roble francés y americano durante 12 meses. 13,5%.
Color: Picota capa alta, buena intensidad. Lágrima fina y densa.
Nariz: buenos aromas a fruta negra, tostados y vainillas aportados por al crianza en barrica, regaliz negro, notas de tabaco y cueros.
Boca: buena acidez y tanicidad. Equilibrado y paso de mediana intensidad pero agradable con una retronasal marcada por la notas de fruta y tostados.



Viyuela Reserva 2003.
100% tempranillo. Crianza durante 18 meses en barricas de roble francés. 13,5%.
Color: Picota de capa media-alta.
Nariz: Predominio de notas terciarias -tabaco, cueros, caja de habanos-, bien conjuntados con notas de fruta negra compotada y regaliz.
Boca: Buen ataque, sedoso, equilibrado y con buen recorrido.