La verdad es que hay catas a las que tienes ganas por algo en especial y ésta era una de ellas ya que tenía pendiente el saludar en persona a Abel y Maite después de que recibieran una llamada de teléfono desde Salamanca -de esto hará al menos 9 años- para pedirles unas cajas de su Abel Mendoza Selección Personal 2000, algo que les debió de resultar tan extraño que se acercaron para conocer al enochalado que en aquellos tiempos había apostado por sus vinos en un lugar tan recóndito, vinicolamente hablando.
Lamentablemente me fue imposible saludarlos cuando visitaron el restaurante familiar y no podía dejar pasar esta ocasión en su visita a Salamanca gracias a su nuevo distribuidor Julio González y disfrutar de su compañía y de sus vinos en La Vinoteca. Añadir que aún conservo algunas botellas de ese SP 2000 y añado sus comentarios de cata a este post.
Hombre hecho a sí mismo y teniendo la responsabilidad de dirigir la bodega familiar desde temprana edad no cabe duda de que ha sabido plasmar en sus vinos un carácter personal huyendo de modas e influencias externas marcadas por el mercado o las críticas que hubieran tenido como consecuencia la pérdida de su propia personalidad cayendo en lo que hoy algunos llaman la «homogeneidad» en el mundo del vino, algo que agradecemos los aficionados.
Su máxima es que el terruño «hable», que se expresen las castas y que sus vinos se alejen de todo contacto «extraño» no aportado por la tierra, la vid y el clima. Son vinos, en mi opinión, que necesitan tiempo para expresarse y su tiempo para disfrutarse. Y para muestra, dejemos hablar a sus vinos.
Los vinos.
1.- Tempranillo Blanco 2011.
Elaborado con la variedad tempranillo blanco y con una crianza de 5 meses en barrica nueva de roble francés. 13% vol.
Cata:
Amarillo con menisco alimonado, reflejos metálicos. Lágrima fina y lenta. Limpio y brillante. En nariz aportes de tostados y vainillas con un punto de hueso de fruta amarilla, notas minerales (tiza), florales. En boca presenta una buena acidez, se muestra goloso, untuoso con una punta ligeramente anisada, y ligeras sensaciones de mantequilla, largo, y con notas ahumadas.
2.- Malvasía 2011.
100% malvasía.
Cata:
Muestra una tonalidad menos intesa que el tempranillo manteniendo las notas amarillas y ribete alimonado. Lágrima fina y lenta. En nariz notas minerales (caliza), fruta amarilla, toques de flores blancas y punta cítrica. Ligeros toques de frutos secos y amielados. Equilibrado en boca, goloso y largo con una retronasal marcada por las notas de fruta amarilla y amieladas.
3.- Jarrarte 2012 Maceración carbónica.
Tempranillo. 13,8%
Cata:
Precioso color picota con menisco violeta que nos indica su juventud. Lárima fina y densa que tinta ligeramente la copa. En nariz notas de violetas, fresa, punto ligeramente vegetal que no molesta y le da frescor. En boca muestra un correcta acidez, ligeramente astringente y pelín secante debido al tanino (sensación de piel de castaña).
4.- Jarrarte Cr. 2008.
Tempranillo. Crianza de 12 meses en barricas seminuevas. 13,5%
Cata:
Picota de capa media y menisco con tonalidades que van del granate al carmesí. Lágrima fina y lenta. Nariz marcada por el predominio de la fruta negra, apuntes balsámicos y notas minerales, junto con ligeros aportes florales. En boca se muestra redondo, con una retronasal en el que destacan notas de chocolate y con buena acidez.
5.- Selección 2010.
12 meses en barrica nueva francesa
Cata:
En vista picota de capa media y menisco carmesí. Lágrima fina ligeramente tintada. Limpio. En nariz predominio de la fruta negra, apuntes balsámicos y tostados. En boca muestra buen ataque y acidez con una retronasal marcada por las notas de la fruta negra, balsámicos (chocolate) y punta de mentolados. Equilibrio acidez-alcohol.
6.- Tempranillo Grano a Grano 2010
Cata:
Picota de capa media-alta. Notas lácteas, fruta negra y balsámicos. En boca mantiene la buena acidez de sus hermanos con un tanino goloso, pelín secante, buen ataque y con buen cuerpo y estructura que lo hacen pronosticar una buena proyección.
7.- Graciano Grano a Grano 2010.
18 meses en barrica nueva.
Cata:
Picota de capa media-alta con menisco violáceo con lágrima fina y densa. Nariz con notas de café, torrefactos, fruta negra, apuntes balsámicos y terrosos, y punta cítricas. Notas ahumadas y ligeras notas de madera nueva. Buena acidez en boca con un tanino «pelín» secante pero goloso. Largo y con buena estructura que nos indican un buena evolución en el tiempo.
8.- Abel Mendoza Selección 2000
100% tempranillo. 13,5%.
Cata:
La última vez que lo caté fue el 9-9-2008, dejando ficha en Verema, y la verdad es que con el tiempo que ha pasado aún está vivo y muy disfrutable.
En vista muestra un color guinda con evolución en el borde hacia notas marronáceas y tejas. Lágrima fina y densa. Nariz compleja con notas iniciales de reducción -como no podía ser de otra forma- que dan paso a apuntes de cueros, punta de cáscara de naranja, notas terrosas y minerales, sutiles cacaos y ahumados. Buen buquet.
En boca mantiene una correcta acidez y golosa tanicidad. Sedoso, envolvente y aún con cuerpo y buena estructura. De buen recorrido y largo en el que la retronasal nos devuelve sensaciones terciarias (cuero), notas de cassis, cacaos y ligeros ahumados que terminan en una sensación de ligero amargor que lo hace muy agradable.
Conclusiones:
Vinos con personalidad marcada que van avisando de su potencia desde sus inicios visuales con notas cromáticas brillantes, limpias y muy agradables. Son, como digo, vinos con potencia, pero no agresivos. Necesitan tiempo para expresarnos todo lo que llevan dentro, sobre todo los Grano a Grano y el SP -¡si son 2010!- pero en los que ya se disfruta de su complejidad aromática, de su buena estructura y de una acidez que se encuentra muy bien equilibrada con el alcohol haciéndolos frescos y nada pesados.
Lo que empezó siendo una presentación de vinos no tardó en convertirse en una reunión de amigos en torno a un trabajo bien hecho por Abel y Maite, y sólo espero que no tengan que pasar tantos años para poder echaros unas risas junto a una copa de buen vino.
¡Salud!
¿No hay demasiada presencia de madera con tanta nueva? Al ser añadas recientes, además… En todo caso, mi única experiencia con sus vinos -viura de 2008 bebido el verano del 10- fue satisfactoria.
Pues no percibí gran aportación de la madera nueva en ninguno de forma «abusiva». Tal vez en el graciano se notaba más presencia de ebanistería, pero dentro de un conjunto y no machacando al resto de los componentes olfativos. Como digo se notaba potencia, pero no agresividad y estoy de acuerdo con Jorge Sibaritastur -por diferenciaros ;)- en que son vinos con muy buena estructura, pero a los que le falta tiempo para dar todo de sí. A mí particulamente me dejaron muy buen sabor de boca.
Tengo por el blog una cata antigua de su Jarrarte crza, me había gustado, simplemente. Probé varios de sus vinos en marzo del año pasado y me llamaron mucho la atención su torrontés y su garnacha blanca blanca pero sobre todo sus grano a grano, auténticos vinazos – como su precio- que necesitan tiempo en botella. Eran del 11 los blancos y del o9 los tintos.
Jorge en los 09 si que había madera presente pero había tanta «chicha» que con el tiempo creo que se equilibrará.