De copa en boca: Oloroso Extra-Viejo 1/7 VORS

De copa en boca: Oloroso Extra-Viejo 1/7 VORS

Doña Pilar Plá.

Lamentablemente no tuve el placer de conocer en persona a Dª Pilar Plá, pero sí de hablar por teléfono hace años cuando organicé para el restaurante familiar unas Jornadas de vinos del Marco por copas y entre los que quería incluir estaban algunos de su bodega Maestro Sierra.

La conversación fue primero de sorpresa, ya que no esperaba que desde Salamanca se preguntaran por sus vinos acogidos a la D.O. Jerez -puesto que aquí no había posibilidad de conseguirlos y entonces internet ni existía para el e-commerce- y después de simpatía, ya que ella también tenía a una persona salmantina muy cercana en la bodega: su enóloga. Así que la llamada discurrió entre la simpatía y el agradecimiento por haber pensado en sus vinos para acercárselos a los salmantinos.

Lástima que no pude visitarla antes de dejarnos, y sigo con la espina clavada de acercarme algún día a la bodega y dejarme perder por ella envuelto en aromas jerezanos entre el laberinto de sus criaderas y soleras.

Doña Pilar entre botas de Maestro Sierra

Había leído como Doña Pilar se había puesto al ferente de la bodega tras la muerte de su marido y como supo seguir y mantener la tradición con una máxima que representa a todos sus vinos: «la excelencia a través del tiempo».

Y es que cuando descorchas una botella como la que hoy comento, un Oloroso Extra-Viejo 1/7 con una vejez de más de 80 años es como si abriéramos una cápsula del tiempo y en cada sorbo generáramos un flashback no sólo de lo que ha cambido el mundo o España o Andalucía, sino también el Marco.

El principio de este vino se gestó siendo Maestro Sierra  una bodega almacenista y no elaboradora,  tras una guerra civil y con un futuro en el que se verían cambios importantes tanto a nivel de elaboración, de mercados o empresariales que nos ha llevado a lo que es el Marco a día de hoy, con sus luces y sus sombras.

Hoy la bodega está en manos de María del Carmen Borrego Plá junto con un equipo liderado por la enóloga y directora comercial Ana Cabestrero con el fin de que, según decía Robert Louis Stevenson, el vino siga siendo poesía embotellada.

No es un post para hablar de la bodega, aunque creo que sería imperdonable si no lo hiciera más adelante en otro dedicado íntegramente a ella. Tiempo al tiempo.

El oloroso

Como su nombre indica, estos vinos tienen mucho aroma. Solamente si son limpios en la nariz deben denorminarse Olorosos. Su aroma es menos punzante que el de los finos y amontillados, distinguiéndose por tener más cuerpo, o sea mayor vinosidad en el paladar -(ésto se llama gordura en el lenguaje bodeguero)- y aunque sean secos, parece notárseles un vestigio de dulce al probarlos, diferenciándose de los amontillados que dejan en la boca un gusto totalmente seco. Su graduación suele ser de 18% a 20% de alcohol en volumen, aunque al envejecer aumenta aquella, a veces, hasta 24º y 25º. Su color es más dorado que el de los amontillados y se asemeja al oro oscuro, aumentando con la edad.

Jerez, Xerez, Sherish. Manuel Mª González Gordón.

Nada mejor que empezar con una excelente definición cuando vamos a hablar de un Oloroso, y en este caso de una verdadera joya como es este Oloroso Extra-Viejo 1/7 de El Maestro Sierra.

Cariaderas y soleras Maestro Sierra

OLOROSO Extra-Viejo 1/7 VORS

Elaborado con uva 100% palomino fino este oloroso es el hermano mayor de los que elabora El Maestro Sierra ya que, junto con el 1/14, forman parte de la misma solera.

El 1/14 alimenta a la solera del 1/7 ya que ésta se refresca con la fila del oloroso más jóven, si es que jóven son 50 años.

Además es un vino con 24% vol. lo que nos indica que es más viejo y por la evaporación sufrida, más concentrado.

Oloroso El Maestro Sierra 1-7

La cata:

Vista: Precioso color caoba-ambarino con reflejos verdoso mostrando ligera turbidez.

En nariz: Abanico de aromas en los que la evolución y el tiempo dan forma a sensaciones de caramelo, toffe, naranja confitada, brioche, dátiles, avellanas, higos secos, canela y curry, junto con barnices de madera noble, nuez moscada y puntas minerales.

Complejo y soprendente en una nariz que sigue «hablando» a lo largo de la cata.

 En boca tiene una entrada elegante, envolvente y con volumen. Una retronsal en la que tiene lugar una explosión de aromas marcada por notas especiadas (canela y curry), sensaciones salinas, nuez, tabaco, chocolate y cítricos confitados.

Un auténtico despligue de sensaciones que hace de este vino algo único.

 

Reflexión

Para muchos de nosotros el tiempo es oro, pero hay veces que valoramos más cuando el tic-tac se para y poder disfrutar con una verdadera joya vinícola como es este oloroso.

Cuando entra en nuestra boca un sobro de este vino e impregna nuestro paladar se produce un choque espacio-temporal en el que el reloj se para y la realidad se defumina provocando un flaschback  que consigue hacer que nos movamos en el tiempo, en un tiempo de reflexión.

Reconozco que soy un enamorado de este tipo de vinos que no entiende de mercados, de precios, de valoraciones y sí lo hace de hacernos partícipes de la Hisotira con mayúsculas.

Espero que hayan disfrutado del post y les animo a hacerlo con este vino o con otros «aclados» en el tiempo, algo que es un lujo difícil de alcanzar y que no tiene precio.

¡Salud y buen vino!

Urkizahar: el terruño como protagonista

Urkizahar: el terruño como protagonista

Bodega Urkizahar

Urkizahar, «abedul viejo» en euskera, es el proyecto que nace de la mano de Luis Javier Oregi y de Igone Arruti en el municipio de Beizama a las faldas del monte Illaun en el macizo de Murumendi, durante el año 2007.

Cuenta con 2,5 Ha., la mayoría con la variedad Hondarrabi Zuri y una pequeña proporción de Chardonnay, tratadas en ecológico en uno de los viñedos situados a más altitud, 450 msm, de la D.O. Getariako Txakolina, cayendo en pendiente pronunciada hacia el embalse de Ibai-Eder.

En el 2016 abandona la elaboración del txacolí en las bodegas de Getaria que había realizado desde 2012, y nace la primera añada elaborada ya en el caserío restaurado de Beizama.

Alejada de la costa y con una pluviosidad similar, la influencia de los vientos hace que le llegue tanto el aporte cálido del sur, clave para una perfecta maduración, como la llegada de la influencia marina que se hará notar en el aporte aromático y gustativo del txacolí, aunque con la amenaza de ataques de mildiu y oidio.

Urkizahar

Elaborado en un 100% con uva Hondarrabi Zuri. 11% vol. PVP 10 €

La vendima se realiza de forma manual, pasando a ser despalillado el racimo y realizando un prensado del que se utiliza sólo el mosto flor que cae por gravedad. El mosto realiza fermentaciones espontáneas a baja temperatura en depósitos de acero inoxidable y embotellándose el verano siguiente a la fecha de la vendimia. Certificado Ecológico.

Urkizahar 2016

2016. La cata:

Llamativo color amarillo pajizo-acerado con ribetes verdosos y una finísima burbuja en suspensión. Atractivo.

Aromas en los que predominan los aportes frutales (manzana) conjuntados con recuerdos de flores blancas, notas cítricas, sutiles apuntes salinos,no tan marcados como en los txakolís de «costa», y toques minerales.

Boca con muy buena acidez que no llega a ser agresiva -a mi me encanta-, pero marcada. Fresco y muy agradable entrada en boca con un sutil carbónico.

Elegante, complejo, redondo y, a pesar de esos 4 años, sigue manteniendo potencia, volumen y con un cromatismo que para nada anuncia esos vejez.

Urkizahar 2017

2017. La cata:

Bonita vista con color amarill-verdoso. Acerado. Limpio y brillante.

Aromas a fruta blanca (manzana), recuerdos de pera, sensaciones de flores blancas, toque cítricos y minerales (arenosos-calizos) y recuerdos salinos.

Boca marcada por una excelente acidez, fresco y con un carbónicos sutil y elegante.

Muestra amplitud y potencia junto con una retronasal compleja en la que se remarcan las sensaciones frutales, florales, minerales, cítricas y salinas.

Buen recorrido de mediana intensidad y con un final ligeramente amargo muy bien conjuntado con el aparte cítrico.

Excelente. Muestra más nervio y potencia que 2016. Un potro por domar.

Urkizahar 2018

2018. La cata:

Precioso color amarillo-verdoso más intenso que en añadas anteriores. Limpio, brillante, acerado y con microburbujas de carbónico vivas, aunque sin hacer corona.

Nariz marcada inicialmente por la fruta blanca, aunque se muestra uraño hasta que en agitación comienaza a desplegar un abanico de aromas de flores blancas, cítricos y recuerdos anisados, dejando las notas salinas en un segundo lugar.

Boca con una acidez más comedida que en añadas anteriores (ese grado de más se deja notar).

Fresco, con más volúmen que el 2016 y 2017. Largo y con más untuosidad, aunque muestra un punto de golosidad que no he observado anteriormente. Elegante.

Retronasal con más sensaciones florales y frutales que en añadas anteriores, dejando en un segundo planto el amporte mineral. Ligero amargos final junto con notas anisadas. Muy rico.

No hay tops

Me preguntaba un seguidor en instagram cuál era el top de la cata y le remití a este post, ya que, para mí no hay ninguno y lo son todos.

Respuesta un tanto a la gallega, pero que incide en la diferencia de los vinos, no en su elaboración, sino en uno de los componentes básicos y a  la vez esencial: el terruño.

Luisja e Igone consiguen con su trabajo en bodega respetar y preservar el aporte de casta, suelo y clima que  marcarán  las diferencia entre cada una de las añadas.

El 2016 es el más redondo y, podemos decir, que se ha «domesticado» ya que el tiempo ha jugado a su favor. Adicez más matizada, carbónico sutil y prácticamente imperceptible, más elegante en su conjunto. Un top.

El 2017 ha sido de los tres el más «salvaje». Acidez más marcada, sensaciones salinas y minerales más acentuadas sobre el aporte floral y frutal. Muy en línea de un txakolí serio, vivo y potente. Un top.

Y por último, el 2018 ha sido el que se ha visto más afectado por el clima. Ese grado de más lo delata y deja su impronta en esa untosidad, esa acidez más suave, ese aporte floral y frutal predominando sobre el componente mineral que nos habla de una madurez fenólica más completa. Un top.

Algún enochalado de los que nos siguen pregunarán por el Urkizahar 2017 Edición Limitada, pero al «jugar en otra liga» le dedicaré un post para él.

Espero que hayan disfrutado y, si no los conocen, se animen a disfrutarlos. Me lo van a agradecer, estoy seguro.

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¡Salud y buen vino!

De copa en boca: Amontillado Solera Rare Sherry AOS

De copa en boca: Amontillado Solera Rare Sherry AOS

El amontillado

No es nada nuevo para aquellos que siguen este blog que una de mis pasiones son los vinos elaborados en el Marco y si alguno tiene curiosidad al respecto, puede realizar una búsqueda para comprobar la cantidad de post escritos sobre los distintos tipos de vinos allí elaborados.

Hoy, gracias a que uno no es estricto en el control de la bodega, comentaré una auténtica joya que apareció sin haberla buscado: el Amontillado Rare Sherry AOS de Osborne.

Para aquellos que se acercan a este mundo de crianzas biológicas y oxidativas creo que nada mejor que tratar de definir qué es un amontillado, para lo que recurriré a la establecida por D. Manuel Mª González Gordón en su libro Jerez-Xerez-Sherish:

Este vino también pude decirse que pertenece al tipo Fino, y generalmente adquiere las características de Amontillado al perder por la edad el típico carácter del Fino. Los Amontillados son muy secos, como los vinos de donde provienen, pero en general son menos pálidos, teniendo el color ámbar y con el envejecimiento llegan a ganar aún más color. También adquieren un aroma punzante, aunque más avellanado que el fino, por tener más cuerpo y graduación alcohólica  (17º a 18º grados Salleron, equivalente al tanto por ciento de alcohol en volúmen), y con la edad suelen llegar a 20º, y hasta 24º en casoso excepcionales de vejez. Estos vinos son excesivamente limpios en nariz y en la boca, debido a que son también completamente secos. Un vino fino, si no se conserva en su estilo por no hacerle sacas perídicas, se convierte en general, al envejecer, enel tipo amontillado.

La referencia más antigua que nos dicen se conoce de esta nomenclatura en el negocio jerezano, es del año 1796 y es una  calidad de vino muy apreciada por los buenos catadores.

Amontillado AOS Rare Sherry

Amontillado Rare Sherry AOS

Solera fundada en 1903 para celebrar el nacimiento del II Conde de Osborne por Tomás Osborne Guezala de entre las mejores botas de amontillado de la bodega La Palma, situada en la calle del mismo nombre en el Puerto de Santa María.

El vino no se podría embotellar hasta 1924, cuando el hijo Antonio Osborne -de ahí su nombre AO a la que se añade la S de Solera- cumpliera 21 años.

Elaborado con un 92% de Palomino fino y un 8% de Pedro Ximenez esta solera ha envejecido así de bien debido al envejecimiento de los mostos de ambas castas (ahora rechazado por el Consejo Regulador) desde hace más de 100 años.

Envejecido en el sistema tradicional de criaderas y soleras durante más de 25 años. Toda la solera se compone de 39 botas y 3 criaderas.

Botella de 75 cl. 22% vol.

La Cata:

Muestra un precioso color ambarino con reflejos yodados y apuntes verdosos.

En nariz aparecen sensaciones complejas con notas tostadas, punzantes, roble noble, recuerdos de rebotica, habanos, caramelo, manzanilla y frutos secos (avellanas y nueces).

Boca potente, muy seco, largo, amplio y con volumen. Retro marcadas por las sensaciones aromáticas que se acompañana por apuntes de cacao, toques cítricos y ligero amargor final.

Uno de los mejores vinos que he probado. Realmente excelente en todos sus aspectos.

Conclusión.

No me canso de repetir de que el vino no sólo forma parte de nuestra cultura, sino que también lo es de nuestra historia y, quizás éste sea una parte de la misma embotellada para nuestro deleite.

Es un vino que yo defino como de «reflexión», es decir, para tomarlo sólo en momentos en los que nuestra mayor dedicación sea «dejarnos llevar» por las senaciones que nos aporta. Un vino que, como historia o como arte, no tiene precio, al igual que tampoco lo tendría un cuadro del Greco o de Velázquez.

Sólo nos queda disfrutar el momento. ¿Hedonista?, tal vez. Siempre «carpe diem».

Saben que están en su blog y pueden hacer los comentarios que lo deseen y si quieren estar informados de los post que subo, sólamente tienen que suscribirse a él. Fácil.

¡Salud y buen vino!

De copa en boca: Escolinas 2018

De copa en boca: Escolinas 2018

La finca Escolinas:

Situada en una ladera en Cangas de Narcea, dento de la DOP Cangas (Asturias), con una pendiente pronunciada y una excelente exposición, está cultivada en terrazas a orillas del Río Narcea lo que hace que reciba una influencia moderadora de temperatura. Lo suelos son de gravas y se cultivan con fertilización orgánica, cargas por planta muy bajas y vendimia manual.

Viñedos de Cangas

La variedad Albarín blanco.

Variedad blanca de racimo cónico de 1 a 3 alas de compacidad media y pedúnculo corto. Las uvas de color verde amarillento, tienen forma elíptica con tamaño y color uniforme y sabor con toque a moscatel. La hoja tiene forma pentagonal con tres o cinco lóbulos, pigmentación antociánica de los nervios principales en el haz y en el envés. Seno peciolar y senos laterales abiertos en forma de V. Es conocida también como Blanco Verdín, sobre todo en la zona de Ibias.

Escolinas 2018 - Alvarín. Foto Provedo.com

Escolinas 2018

Escolinas Albarín Blanco es un vino elaborado en un 100% con la varidad albarín blanco fragante y delicado que muestra la verticalidad y el carácter del verdadero Albarín cultivado en un clima extremo.

A la vendimia manual en cajas de 15 kgs se añade una vinificación en depósito de acero de 5000 litros y permanencia en lías de unos dos meses. Para mayor frescura, el vino no realiza la fermentación maloláctica y se afina en botella en la bodega antes de su puesta a la venta.

Bodegas Monasterio de Corias. Vino de la D.O.P. Cangas. 13% vol. PVP aprox. 12 €.

Escolinas 2018

La cata:

Precioso color amarillo con irisaciones verdosas.

Aromas iniciales con recuerdos a anís, flores blancas, apuntes cítricos y un fondo mineral marcado.

Boca con una acenutada acidez -me encanta-, tensión y buen recorrido.

Retronasal en la que las sensaciones olfativas vuelven y se refuerza la potencia mineral. Recorrido final con un aporte ligeramente amargoso que lo hace aún más adictivo.

Reflexión.

No cabe duda de que, debido en parte al cambio climático, nos estamos encontrando con que cada vez se elaboran vinos en altura o en zonas situadas al norte de nuestra península -y no hablemos ya de los que se están produciendo en zonas de Gran Bretaña, Dinamarca e incluso Noruega- más sorprendentes y en los que la maduración se abre paso sobre la marcada acidez que todo lo rodeaba en añadas anteriores.

No es la priemera vez que me acerco a los vinos elaborados en Asturias, como pueden comprobar si realizan una búsqueda en el blog, y creo que, junto con los txakolís y a los vinos elaborados por Goyo García Viadero en la zona cántabra de Pumareña y Los Cos, dan muestra de que se pueden realizar muy buenos vinos en zonas en las que anteriormente el protagonismo eran tanto las enfermedades como el mildi o el oidio,  como la elevada acidez de los vinos que anulaba todo lo demás.

Pierdan el miedo cuando lean vino de Asturias, Cantabria o Txakolí, al igual que seguramente nos sorprenderán elaboraciones de países que hasta ahora se encontraban por encima de la Franja del Vino situada entre las latitudes 30° y 50°  del emisferio norte.

¡Salud y buen vino!

Fotos: viñas (www.conmuchagula.com), uvas de albarín (www.provedo.com) y autor.

De copa en boca: Tantaka 2017 (Gota a gota)

De copa en boca: Tantaka 2017 (Gota a gota)

 Tantaka Wines

Detrás de Tantaka Wines se encuentra Juanjo Tellaetxe, viñador, que ha dedicado 10 años para que viera la luz un proyecto que intenta volver a lo que fue el Valle de Arrastaria, zona fronteriza entre Vizcaya y Álava, hace 150 años, allá por 1860 cuando el 60% de la tierra se dedicaba al cultivo del viñedo.

En esos años se produjo un fuerte ataque de oídio que junto con la entrada de la filoxera y los inicios de la incipiente industrialización de País Vasco, provocaron el abandono del viñedo y dejando sólo majuelos testimoniales para el consumo propio.

Como comentaba al principio, Juanjo Tellaetxe realiza hace diez años una plantación de Hondabarri Zuri con el fin de activar esa viticultura olvidada en el tiempo y elaborar txakolís en los que el aporte de viña, terruño y viñador los dote de personalidad frente a los «típicos» vinos en los que la acidez es la protagonista casi en exclusiva.

En el 2017 nace Tantaka Wines con la idea de elaborar de nuevo –como hacía su familia hace más de 80 años- vinos propios de las variedades autóctonas en su pueblo natal, Artomaña. Os dejo su dossier en el que encotraréis toda la información relativa a la bodega, suelos, clima y parcelas.

Tantaka 2017 cápsula naranja.

Su nombre (tantaka traducido como «gota a gota«) obedece al tipo de lluvia –chirimiri lo llamamos en Castilla- típico de la zona que «piano, piano» puede conseguir una pluviosidad de unos 30 l/m2. al día, aunque ahora con el cambio climático a lo más a lo que se llega es a unos 10 l/m2.

Por cierto, seguro que les llama la atención la etiqueta y piensan que hay pinturas rupestres en la zona, ¡pues no!, es sólo el diseño. Y si creen que le han echado demasiada imaginación, yo me pregunté qué hacía la pintura de un candelabro de 9 brazos -el judío tiene 7- en una cueva de la época Auriñaciense.

Menos mal que Juanjo me aclaró que representaba a un viña. Sí, pueden reírse sin remordimientos.

Tantaka 2017 está elaborado con un 80%  Hondarrabi Zuri y un 20% de Petit Corbou de viñedos procedentes del Valle de Arrastaria. 14% vol.

El año 2017 se caraterizó por  un mes de enero con numerosas heladas, que dio paso a un inicio de primavera con temperaturas más altas de lo habitual, lo que adelantó la brotación. La principal característica de esta añada fue la fuerte helada del 28 de abril que condicionó notablemente la producción. El verano fue seco y poco caluroso, con bastantes jornadas de nubes bajas.

Las 5 ha. de viñedos propios están trabajados bajo una viticultura de mínima intervención y razonada, ubicados en tres parcelas situadas en Artomaña y Delika, en el Valle de Arrastaria. Los suelos se caracterizan por su carácter aluvial y profundos, con una climatología entre atlántica y continental, dependiendo de la añada.

Realiza una crianza sobre lías en depósitos de inox durante 7 meses.

D.O. Arabako Txakolina.

Tantaka 2017 lacre naranja en copa

La cata:

Presenta en vista un precioso color amarillo intenso con menisco dorado. Lágrima fina y densa, acerado y graso.

Aromáticamente muestra un abanico de sensaciones que van desde las notas de fruta amarilla (melocotón y membrillo), junto con notas de miel, cera y recuerdos cítricos. Aportes de bollería (brioche) y sutiles anisados que combinan con notas de fruta blanca (manzanas), florales (camomila), tabaco rubio y recuerdos minerales.

Boca con muy buena acidez, volúmen y recorrido. Notas de tanicidad de la uva aportada por la crianza sobre lías. Es graso, largo, untuoso, equilibrado y muy bien conjuntado con sensaciones ligeramente amargas al final, que me encantan.

Retronasal elegante, compleja y en la que la paleta aromática se potencia aún más.

Excelente.

 

Viñas en el Valle de Arastaria - Tantaka 2017

Reflexión.

Sigo afirmando que una de las zonas que más satisfacciones vinícolas nos dará -y nos está dando ya- es el País Vasco. En pleno proceso de «revolución» veo una gran similitud con el que se produjo en Galicia hace unos años protagonizado en gran parte por la sabia nueva más preocupada porque  el terruño de dónde nace se «sienta» en el vino.

Aquí, entre otros, econtramos viñadores como Oxer Bastegieta, Imanol Garay, Alfredo Egin o bodegas como Gorka Izagirre, Astorbiza, Doniene Gorrondona, Txomin Etxaniz, Magalarte de Lezama o Hirutza .

Algunos los hemos comentado aquí -sólo tienen que buscarlos en la web- y aún nos faltan otros proyectos como los de Bizkai Barne, Bodega K5 o Gaintza Txakolina entre otros, que no tardaré en comentar.

En este caso, Juanjo Tellaetxe ha conseguido en apenas tres años no sólo el reconocimiento de aquellos consumidores «enochalados» -como el que escribe-, sino el de la crítica especializada, y si no lean los últimos comentarios de Luis Gutiérrez sobre sus vinos del 2018 en Wine Advocate.

Lo dicho, si se cruzan con alguno de sus vinos, no lo duden disfrútenlos y luego, si les parece bien, nos cuentan porque ya saben que están en su blog.

¡Salud y buen vino!

De copa en boca: Acediano 2015

De copa en boca: Acediano 2015

 Acediano 2015

Elaborado en Nava de Roa dentro de las las bodegas Rodero Calderari por los enólogos Rafa García y Raúl Tamayo, de los que hemos probado y hay reseña en esta web de sus «básicos» Naluar blanco y tinto,  nace de un pago único de un antiguo clon de Tinto Fino de viñas con exposición Sur de entre 80 y 100 años situadas a 830 msm en una zona de leve pendiente sobre suelos arcilloso-calcáreos y con zonas franco-arenosas negras.

Subsuelo formado por calizas fragmentadas por donde se introducen las raicillas de la viña unos dos metros de profundidad para absorver los minerales que le dotarán de grasa y volumen.

Maceración durante 12 días en dos pequeños depósitos abiertos con levaduras autóctonas y realiza la fermentación maloláctica en barricas de 225 l. y 500 l. de las que se realiza un coupage previo al embotellado.

Crianza durante 14 meses en barricas de roble francés de diferentes tamaños y una estancia en botella de un mínimo de 18 meses.

Podemos decir que su buque insignia, su vino top -y a la cata me remito-.

Producción 1.500 botellas. D.O. Ribera del Duero. PVP 42 € aprox.

Viñas de Acediano en Nava de Roa
Acediano 2015

La cata:

Aromas de fruta negra (mora) y roja (cereza) y sensaciones lácteas con sutiles toques de verdor que no molestan. Aportes balsámicos (regaliz) y mentolados acompañados de recuerdos especiados. Complejo, sin defectos y elegante.

En boca muestra buena acidez y equilibrio con un tanino goloso en el que se deja notar el aporte de la fruta en las encías. Aún rugoso, pero caminando hacia una excelente sedosidad. Fresco, largo, amplio y con volumen.

Lástima abrirlo ahora ya que, aunque está soberbio, dará aún más en botella.

Excelente e interesante vino que no es fácil de ver en las grandes «plataformas» ni comentado por los grandes gurús, pero al que espero seguir la pista ya que será imprescindible recatar dentro de un par de años.

Puntuación 9/10

¿Uno de los «tapados» de la Ribera?, puede ser. Sin duda es un excelente vino elaborado con una buena materia prima, muy pensado y con resultados, a mi modo de ver, realmente excelentes.

Como comentaba al principio, no es fácil de encontrar y, tal vez, esa dificultad hace que el conseguirlo lo haga aún más apetecible y disfrutable.

No soy muy de comentar su Relación Calidad Precio, sino su Relación Disfrute Precio, y Acediano 2015 tiene una RDP realmente excelente.

Mi recomendación: si se cruzan con él, no lo duden y háganse con al menos un par de botellas. La primera de consumo inmediato y la segunda para observar una excelente evolución en la que gana aún más complejidad.

¡Salud y buen vino!