Hace unos días le comentaba a un periodista, que me hacía una entrevista para un períodico digital, mi predilección por dos zonas contrapuestas en todos los sentidos (por castas, por clima, por terruños y por situación geográfica), como eran la zona NW y la SE de la península ibérica. Zonas en las que se están produciendo tal vez los cambios y las aportaciones más atractivas del panorama vinícola español, en mi modesta opinión, claro está, y hablando como zonas en su conjunto y dejando aparte nombres emergentes de forma individual en el resto de las zonas vinícolas.
Asi pues el poder participar en una cata-presentación de vinos de una de las bodegas más atractivas de la zona de la Ribeira Sacra, como Dominio de Bibei a través de su enólogo Gutier, era todo un lujo, y como trovador, cronista o escribano -seleccionen ustedes lo que más les guste- paso a describir las sensaciones que me produjeron los vinos presentados, que veo que, como en el anuncio de la fabada, los veo con prisa y «ansia viva» por conocer mis comentarios sobre los vinos de esta bodega con 32 ha. de producción y parcelas de alta densidad de vides y corta producción.
Los vinos.
1.- Lapola 2010.
70% godello, 20% albariño y 10% Dona Blanca. 12,5%. 6 meses en barrica sobre lías.
Cata:
Presenta un color amarillo con menisco alimonado. Limpio y brillante. Untuoso en agitación. La nariz muestra notas cítricas y ahumadas iniciales. Apuntes de crianza en madera, mantequilla, fruta amarilla (membrillo). En agitación despliega matices de flores blancas y minerales. Atractivo.
En boca muestra buena acidez, untuosos, envolvente y largo. Retro marcada por notas minerales y apuntes de tostados. Madera muy bien integrada y un final ligeramente amargoso, sin molestar.
2.- Lalama 2009
85% mencía, 15% brancellao, mouratón y garnacha tintorera el resto. Fermentación en depósitos troncocónicos.
Cata:
Color picota de capa media y menisco carmesí. Notas de fruta roja (fresa) y negra. Apuntes ahumados, notas mienerales (grafito), balsámicos y ligeros apuntes de sangre. Compleja y elegante nariz.
En boca tiene buena acidez, se muestra fresco, con volúmen y una retronsasal en la que aparecen notas minerales, balsámicas (regaliz) y notas lácteas (yogur de fresa).
3.- Lacima 2009
Elaborado con un 85% mencía y un 15% brancellao. 13% vol.
Cata:
De color picota de capa media-baja. Menisco caremsí con reflejos azulado y lágrima fina.
En nariz se muestra cerrado de inicio, algo huraño. Con más tiempo de oxigenación muestra notas minerales, fruta madura roja, balsámicos, apuntes de hojarasca y torrefactos.
En boca tiene buena acidez. Es goloso, fresco, elegante y un pelín secante, sin molestar, más bien sedoso. Muy buen recorrido y retro complejo y elegante.
4.- Refugallo 2009
90% mencía, 10% garnacha, brancellao y mouratón. Envejecido sobre lías durante 20 meses, 65% en barricas de roble francés de 300 litros y 35% en foudres de 45 Hl. y, posteriormente, durante 18 meses en botella. Uvas procedentes del viñedo más jóven de la bodega.
Cata:
Muestra un bonito color picota de capa media-baja y menisco carmesí. En nariz notas de fruta roja, apuntes ahumados y ligeros minerales (pizarra), con notas herbáceas.
En boca muestra un correcta acidez, fresco y ligero, algo corto y «frugal» de sensaciones.
5.- BM Brancellao 2007
60% brancellao, 40% mencía. Fermentación alcohólica en barricas 500l. Envejecido sobre lías durante 20 meses en barricas de roble francés de 300l. y, posteriormente, en botella durante 30 meses más. Sólo se han elaborado 1000 botellas. 12,5%
Cata:
Color cereza con menisco ligeramente atejado y de capa media-baja. Lágrima viva.
En nariz muestra notas iniciales de reducción y medicinales que desaprecen en aireación. Se muestra cerrado. Necesita tiempo para que despliegue las notas de fruta negra, balsámicos, minerales y ligeros mentolados. Apuntes de cáscara de naraja y florales (¿violetas?).
En boca muestra muy buena acidez, mostrandose complejo, largo. Notas en retronasal marcadas por los ahumados y minerales con un final de recuerdos balsámicos (regaliz).
Vino que nos ha parecido muy en la línea de los vinos de tendencia «borgoñona» con una boca que predomina sobre las sensaciones olfativas.
Esto es lo que dio de sí la excelente cata (y post-cata) en la que la zona vuelve a demostrar un gran potencial y un claro elemento diferenciador apostando por castas autócontas y por el terruño, algo que en un mundo globalizador -y la viticultura no escapa a ello- siempre es de agradecer.
¡Salud y buen vino!
Y qué pasó con La Pola?, raro que no estuviera. Es una bodega interesante y con muy buenos vinos y ese lalama es una de las mejores rcp que conozco.
Jorge, Lapola está el primero! 😉
Perdón, quería decir La Pena
Jorge, desconozco el por qué no estaba y la verdad tampoco se me ocurrió preguntar.
Yo también creo que es una bodega que hace cosas muy interesantes. Rara vez me han decepcionado; me causarán más impresión o me dirán algo menos pero siempre me cuentan algo. Eso sí, ganan con el tiempo, necesitan su retiro espiritual en la botella 😉