No hay nada más gratificante que el poder ver hechos realidad los sueños que uno mantiene a lo largo de su vida, y este es el caso de un buen amigo, Jesús Herrero.
No es flor de un día, sino del trabajo de unos años cuando descubrió junto con su mujer un precioso pueblo de la Sierra de Francia, San Martín del Castañar, y decidió que si había un lugar en dónde algún día elaborar vino con castas autóctonas y foráneas, sería en este precioso enclave.
Según escribo estas líneas se estará haciendo realidad la bodega dentro de la DO Sierra de Salamanca en San Martín, pero Jesús quería ver el potencial y la posibilidad de hacer un vino digno, serio, marcado por el terruño, por las cicatrices que se entreven en las cepas de más de 90 años de rufete y tempranillo, por las bondades de una syrah bien acomodada en este entorno y por unas vides de verdeja blanca y moscatel que, si todo se hace bien -y eso parece- dará que hablar.
Basando su trabajo en un cultivo ecológico y tratando de recuperar el viñedo con más de 80 años y de baja producción, cuenta en la actualidad con viñas de aragonés (tempranillo) de más de 15 años asentadas sobre suelos pizarrosos y a una altitud de 640 m/snm, junto con viñas de garnacha, calabrés y rufete con suelos de arenisca y una edad de 95 años y un «monumento» de viña conocida como «Viña del Secretario» a unos 900 m/snm plantada de rufete en bancales y sobre suelo arenisco que es digna de asombro y de visita obligada.
Por eso ha empezado a elaborar en una microbodega en Carbajosa de la Sagrada que haría las delicias de aquellos para los que hacer vino sería un verdadero placer (en mi caso, espero hacerlo en mi otra reencarnación que en esta no me veo yo con facultades y conocimento para ello) contando con maquinaria a «escala», pero cuidada al mínimo detalle en cuanto a tecnología se refiere.
Los vinos.
1.- Verdeja blanca y palomino.
Aún no tiene nombre, pero quizás sea lo último. Servido de deposito aún sin desfangar y sin filtrar, el vino se muestra amarillo, turbio, como no podía ser de otra forma, pero lo interesante empieza en la nariz en el que las notas de fruta blanca -manzana y pera- se combinan con notas de madroño y lías. El protagonismo de la boca está en su acidez, aunque muestra una buena estructura, untuoso y con muy buenas hechuras, sin olvidar, claro está, que le falta «hacerse mayor».
2.- Probamos después su único vino envasado, Verso 2009, elaborado con rufete, tempranillo aragonés y garnacha. Total 250 botellas.
De precioso color picota con menisco vivo, cardenalicio, limpio y brillante. Con una nariz muy frutal, sobre todo roja, frambuesas, notas de regaliz rojo, tal vez con demasiada «extracción» para mi gusto, pero que se muestra diferente y que algunos calificaron como «femenino» por sus características olfativas. En boca resulta fácil de beber, con buena acidez, sin complicaciones, fresco y con un paso de boca de trago largo, que incita a seguir disfrutando.
3.- De depósito tuvimos la ocasión de probar un syrah de la única viña que existe de esta variedad injertada por Jesús, que aún no había ralizado la maloláctica, pero que presenta muy buenas maneras, aunque le falta tiempo para definir todo su potencial.
4.- Por último disfrutamos con una muestra de su tempranillo-syrah directamente de barrica, aún no embotellado, que estoy seguro dará que hablar. Con una capa media-alta y menisco cardenalicio, lágrima fina y ligeramente tintada, notas en nariz de fruta negra y roja, aportes balsámicos (regaliz) y notas minerales; boca con buen ataque y cuerpo envolvente, buena acidez, taninos aún por domar, pelín astringente, pero con un conjunto serio, con potencial y en el que la syrah muestra una buena aclimatación a la Sierra de Francia.
Como colofón, no hay que descubrir a estas alturas que Jesús Herrero es todo un emprendor amante de su tierra,y está en proyecto la construcción en San Martín del Castañar de un Centro Enológico en el que se realizaran catas, guardería de vinos y todo aquello que acerque al visitante las maravillas que ofrece la Sierra de Francia, que son muchas y variadas, y que invito desde aquí a que descubráis.
¡Salud y buen vino!
R.Muy interesante. Otro aliciente para visitar esa preciosa comarca.
Bonita mañana la que nos regaló Jesús enseñándonos su microbodega a la que no le falta nada y catando todos sus vinos.
A parte de lo que ya ha señalado Mario, conozco un vino de verdeja de otra microbodega de Villamor de los Escuderos, zona donde Jesús se ha agenciado las uvas, Alumbro se llama, y realmente está muy bien. Buen camino lleva ese blanco con el complemento de la palomino. Y muy buena impresión me dejó el aragonés de las zonas más altas.
Y el remate final del hornazo recién salido del horno acompañado por los vinos… una gozada.
Jesús, gracias por todo y que veas completado este proyecto que ya está bastante avanzado.
Paco.
Aunque me repita un poco con Paco: Interesantísima experiencia, gracias Jesus.
No tengo experiencia en eso de probar vinos del depósito, por lo que mis opiniones hay que tomarlas como puras fantasías, animadas por el frío de un sábado de Noviembre, un magnífico hornazo y buena compañía.
Blanco muy interesante todavía por hacerse. Fantaseando con lo que hay, yo le dejaría hacer la maloláctica, pero seguro que me equivoco y lo estropeo.
Verso 2009, muy bien en nariz, pero en boca no es mi estilo de vino, tiene y tendrá su público.
Potentísimo el Shiraz antes de la maloláctica, pero probablemente un buen contrapunto para el coupage con otros vinos mas amables.
Impresionante el Aragones de la zona alta, podría ser embotellado ya sin maloláctica. A imaginar mezclado con el Shiraz !!!!!!!!!! Nos sorprende la diferencia de este deposito con la aragonés de la zona baja, mucho mas rústico a pesar de ser la misma finca.
Muy bien el «reserva», directamente de barrica, pero ya hecho. Solo le falta afinarse en botella. Sospecho que algo parecido dará el coupage Shiraz/Aragones todavía en deposito. Puede gustar a mucha gente y debería ser el estandarte de la bodega.
En definitiva, la Sierra nos sigue gustando y lo hace casi siempre a base de proyectos pequeños, no se si será suficiente para revitalizar la viticultura en la zona, pero de momento es bastante.